Mal Entendido.

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Un fic cumpleañero.

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El silencio se extendía por la sala de estar del décimo templo mientras su guardián contemplaba hacia la ventana de forma distraída fumando un cigarrillo. Su mente se perdía en los recuerdos de su cumpleaños y lo bien que lo había pasado en compañía de su compañero del duodécimo templo. Una sutil sonrisa cruzó por sus labios, la noche había terminado de la mejor manera posible una experiencia que le gustaría volver a repetir, pero que en el último mes no se había dado la oportunidad debido a que Afrodita era muy reservado con esos asuntos y que si aquella noche le había dejado probar su piel, había sido únicamente por la influencia del alcohol que habían consumido aquella noche. Apagó el cigarrillo y se recargó en el respaldar de su sillón llevándose un brazo hacía su rostro debió pensar en las consecuencias de caer en los encantos de su bello compañero.

Decidió salir a dar un paseo.

Vagaba sin rumbo por el pueblo cuando una brillante cabellera rubia llamó su atención se detuvo un momento y unos ojos celestes se posaron en él, su corazón dio un vuelco. Su rostro no reflejó la emoción qué sacudía su interior. Hizo un leve movimiento de cabeza a modo de saludo y decidió continuar con su paseo. Afrodita se mantenía esquivo  y por su puesto él pensaba seguir fingiendo que lo sucedido en su cumpleaños no le había afectado. No eran ajenos, pero tampoco tan cercanos así que su gesto no era algo anormal, aunque parecía que había tomado por sorpresa a su compañero quien se acercaba con el ceño fruncido hacia él. Algo que lo dejó confundido y en su sitio sin saber cómo actuar. Desde su cumpleaños no se habían vuelto a ver y creía que era principalmente porque Afrodita lo evitaba y ahora de repente, él se acercaba molesto.

—Un mes sin vernos —fueron las palabras de saludo de Afrodita— ¿y así es cómo me recibes? —hizo un gesto despectivo—. Supongo que es mi culpa por esperar más luego de solo una noche de embriaguez —concluyó más para sí mismo que para que él lo escuchara.

Shura lo miró confundido por largos segundos intentando entender a lo que se refería. Finalmente se fijó en su ropa que parecía llena de polvo y en la mochila que llevaba en la espalda. Su cerebro finalmente lograba procesar lo que pasaba frente a él. Afrodita volvía de una misión y por lo que podía vislumbrar de sus palabras, se había ido justo después de pasar la noche juntos, quiso palmearse la cara. ¿Cómo no se dio cuenta que Afrodita en todo ese tiempo no se encontraba en el Santuario? No lo encontraba en los entrenamientos y nunca respondía a su cosmos cuando pasaba por su templo, él en su malestar había pensado que lo estaba evitando pero nunca se le ocurrió qué Afrodita pudiese no estar simplemente.

Lo miró fijamente, Afrodita le devolvía la vista esperando una respuesta que tardaba en llegar. Shura lo vio soltar un suspiro y girarse para irse. Finalmente reaccionó y lo detuvo tomándolo de la mano. Afrodita se giró de nuevo a él y lo miró con molestia.

—Perdón —soltó de forma suave—, me tomaste por sorpresa, no sabía cuándo volverías y tampoco cómo debía actuar después de lo sucedido. Te fuiste sin decir nada —le recordó.

El rostro de Afrodita se tiñó de carmín al ser consciente de ese hecho.

—Yo... lo siento, creo que lo olvidé —respondió avergonzado. Shura sonrió.

—No te preocupes, pero me alegra no ser el único que guardó esperanzas —no iba a confesar lo que había pensado realmente durante ese mes, al menos no ahora por su puesto. Afrodita sonrió de forma tierna.

—¿Estabas haciendo algo o puedes volver conmigo ahora? —preguntó como al descuido. Shura esta vez no pudo reprimir una sonrisa.

—Puedo volver.

Caminaron en silencio, había mucho qué decirse, por su puesto, pero ambos decidieron esperar hasta estar en un ambiente más relajado. Ni si quiera dijeron palabra cuando al pasar por el templo de Aldebarán el estómago de Afrodita protestó de hambre por el delicioso olor qué de ahí salía. Se detuvieron en Capricornio. Afrodita lo volteó a ver.

—Tengo la cena casi lista —comentó al ver que Afrodita esperaba él rompiera el silencio—, pero sería desconsiderado de mi parte hacer qué subas y luego volver acá —hizo una pausa y lo miró. Afrodita lo consideró un momento.

—Yo no tengo nada en mi templo y tampoco tengo muchas ganas de cocinar. Estoy algo cansado —Shura lo miró.

—Pero tienes hambre —dijo recordando el episodio en Tauro— ¿y si subo con la cena en lo que tú das el informe al Papá? —ofreció.

—Me parece bien —aceptó Afrodita—. Te veo en mi templo —terminó despidiéndose.

Shura lo observó alejarse por un momento y luego se apresuró a entrar para recoger todo lo necesario, no quería hacer esperar a Afrodita. Estaba feliz de que todo lo que se había imaginado durante el último mes fuera un mal entendido y no pensaba desaprovechar la oportunidad qué Afrodita le estaba dando. En tiempo récord estuvo en Piscis y para cuando su guardián volvió, él ya tenía todo preparado, incluyendo la conversación qué tenían pendiente.

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Fin
¡Gracias por leer!

No hubo nada para el cumpleaños de la cabra, pero lo escribo para el mío.

Afrodita x Shura Historias CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora