Tiempo.

91 18 4
                                    

El frío viento se colaba por la ventana abierta, haciendo danzar las cortinas semicorridas. El sonido de tictac del reloj de manecillas irrumpía con su acompasado sonido el silencio qué quería instalarse en aquella sala. Afrodita de Piscis posó sus celestes ojos en aquel objeto y un suspiro salió de sus finos labios. Todavía era demasiado temprano.

Se dejó caer sobre su sillón y tomó un libro. Decidido a ocupar su mente y no caer en la desesperación y el nerviosismo, sin embargo, pese a sus esfuerzos, su convicción se vio severamente mermada ante sus ansias porque las horas avanzaran y se encontró a sí mismo viendo al reloj más veces de las que le hubiese gustado. Se obligó a seguir leyendo.

Sintió el momento exacto en el que su esperado visitante cruzó el umbral de su templo, miró de reojo el reloj y sonrió, puntual como siempre. Suprimió sus deseos de soltar su libro e ir a su encuentro para mantenerse en su sitio con la mirada fija en la página que leía. No quería poner en evidencia sus ansias. Una leve sonrisa apareció en su rostro cuando Shura le arrebató el libro.

—Si no querías que viniera, pudiste haberme dicho —le miró con intensidad. La sonrisa de Afrodita se ensanchó.

—Llegas tarde —respondió mirando de reojo el reloj, sabía que era mentira, pero no le importó.

—El tiempo qué me toma llegar de la entrada a aquí, no es llegar tarde. Si hubieras salido a recibirme —entrecerró los ojos. Afrodita rio suavemente.

—Tienes razón, tal vez sea eso —Shura elevó una ceja.

—¿Te burlas de mi?

—No sería capaz —respondió antes de besarlo.

Afrodita no pensaba seguir perdiendo el tiempo, lo había anhelado todo el día. Cayeron al suelo de aquella sala cuando la ropa de ambos fue apartada, no se molestaron en ir a la habitación; la unión de sus cuerpos no podía aplazarse. Disfrutó del cuerpo de Shura y dejó que él disfrutara del suyo hasta caer rendidos y el último sonido de satisfacción escapó de sus labios.

Los celestes ojos volvieron al reloj y un leve gesto de reproche cruzó su semblante, no entendía como la espera podía ser tan largo y el encuentro tan efímero. Sintió un beso sobre su hombro y giró para ver el rostro amado con ternura. Una sonrisa amable se instaló en su rostro. Tomó la mano de Shura y lo llevó a su habitación. Era hora de ir a la cama.

El tiempo no era benevolente con él, pero igual disfrutaría de las horas que Shura estuviera a su lado.

FIN

♓♑♓♑♓♑♓♑

Gracias por leer

Otra pequeña historia. Ando medio ausente del fandom, pero seguimos dándole cariño a esta hermosa pareja.

Espero les haya gustado. Nos leemos en otra ocasión.

Afrodita x Shura Historias CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora