CAPITULO 11.

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*Alex*

 El apartamento es pequeño y entra poca luz. Los ladrillos de las paredes están totalmente desnudos, nadie se molesto en cubrirlos ni con papel tapiz. El piso de madera, cruje con cada mínimo movimiento. No hay muchos muebles, sólo una mesa plegable para cuatro, con tan solo dos sillas, un pequeño librero, una mesita más pequeña con una lámpara amarilla, un sofá y un sillón. Desde donde estoy, no puedo ver el interior de la cocina y la habitación principal, pero imagino que deben ser igual de pequeñas. El sillón en el que estoy sentada no es muy cómodo, pero permanezco quieta mientras el agente Brown está en la cocina sirviéndome un vaso de agua.

 En todo el camino hacia aquí, en el barrio chino, no se molesto en decir ni una sola palabra, lo cual solo hizo que me pusiera más nerviosa. A pesar de que me hago una idea bastante clara de por qué, el agente Brown, quiere hablar conmigo, no logro entender por qué actúa de una forma tan extraña y misteriosa. El crujido de la madera me avisa que el agente Brown se acerca. Alzo la mirada y lo encuentro frente a mí, ofreciéndome mi vaso con agua. Me limito a sonreírle en agradecimiento y tomo mi vaso. Mientras le doy un trago, el agente Brown se sienta frente a mí en el otro sofá.

―Disculpa por traerte a este lugar tan austero―me dice―, pero es el único lugar seguro que pude encontrar.

―Entonces, ¿usted no vive aquí?

―Puedes hablarme de tú―dice con una sonrisa―. Y no, no vivo aquí. Mi apartamento está en el centro de Manhattan. Este lugar es sólo… una casa de seguridad.

― ¿Por qué? ―le pregunto con curiosidad.

―Porque nadie debe saber de lo que vamos a hablar, señorita Moore.

―Si quieres que te hable de tú… Dominic, no vuelvas a llamarme “señorita Moore” ―le digo cortante―. Mi nombre es Alexandra, o puedes decirme Alex, si no, no me hables.

―Como tú digas Alexandra, tranquila―me dice con una sonrisa satisfecha.

― ¿Para qué me trajiste aquí? ¿Qué quieres decirme o preguntarme que nadie debe escuchar? ―pregunto exasperada.

 Dominic me mira en silencio, como si simplemente tratara de sacar las respuestas de mi mente. Yo le sostengo la mirada, en busca de respuestas, o de mínimo para que diga algo.

―Lo sabemos todo Alexandra―dice con una mirada muy intensa y con rostro serio―. Sabemos que fuiste novia de Nicholas Anderson. Sabemos que Nicholas le robo dinero a tu padrastro y a otro sujeto. Sabemos que tu padrastro lavó dinero para Nicholas y su padre, Kurt. Y sabemos que, con mucho gusto, tú puedes entregárnoslos.

 Mi sangre, mi respiración, mi corazón, todo en mí se congela. Lo que dice Dominic debe ser verdad, o de lo contrario no se habría referido a Richard como mi padrastro, pues son contadas las personas que saben que en realidad, él no es mi padre. Y si Dominic sabe eso, también debe saber lo que planeo. Pero eso me cuesta creerlo, si lo supiera hubiera mencionado el nombre de Benny, el de Marcus, incluso el de Jared. Sin embargo, se refirió a Benny como “otro sujeto”, tal vez no sepan quién es.

― ¿Qué quieres de mí? ―le pregunto con apenas un hilo de voz.

―Que nos los entregues―dice con decisión―. Pero para empezar, queremos el nombre del otro sujeto al que Nicholas le robo.

―Y ¿por qué crees que yo lo sé?

―Nicholas te llevaba a todos lados. Estabas enterada de todo. Debes saberlo.

―En eso sí te equivocas, Dominic. Tal vez Nick me llevaba a todos lados, pero no estaba enterada de nada―digo con amargura―. ¿Por qué no se lo preguntas a su padre? Escuché que está en la ciudad.

Anhelo y Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora