CAPITULO 24

573 35 4
                                    

*Jared*

La ira ha sustituido el dolor. Aunque la verdad, tal vez sea que, la frustración es quien me llena por completo. Eso me hace sentir como un estúpido, pero la realidad es que soy un perdedor y creo que es eso lo que hace que me sienta furioso, sobre todo conmigo mismo. He pasado todo el día a la espera de que alguien me diga qué diablos sucede, pero nadie puede decirme nada porque nadie sabe que está pasando. Y la única persona que puede saber algo, no me habla. Así que no entiendo por qué sigo esperando, como estúpido, a que Alex aparezca y hable conmigo.

Estoy harto. No puedo creer en que pedazo de imbécil me he convertido. ¿Desde cuando, yo, estoy esperando por una chica? Queda demás decir que no es cualquier chica. Es estúpido y trillado decir que jamás creí que algo así me sucedería, porque no es así; como cualquiera, tenía la esperanza de enamorarme un día. Cuando conocí a Alex no quería que sucediera, pero la posibilidad siempre estuvo latente. Con ella sentí lo que es tener, hacer y perder el amor, por lo tanto... ¿para qué seguir aquí? Ya he visto como dos maravillosas mujeres se van de mi vida, ver a Alex desprenderse de mí podría destruirme. Lo mejor es que me vaya antes de que el daño sea irreparable.

.

Le he enviado un mensaje a Marcus diciéndole que he cumplido con el favor que me pidió que le hiciera, y que es momento de que regrese a Miami. Obviamente no lo tomó muy bien, pero mi decisión está hecha. Como no respondí a su tercer mensaje en el que me exigía que me quedara, decidió llamarme pero tampoco respondí. Sólo espero que no se le ocurra venir, lo último que quiero es pelear con él.

Estoy empacando toda mi ropa cuando escucho que abren la puerta de mi apartamento seguido del sonido de unos pasos acercándose. Imagino que es Marcus o Connor, incluso, así que decir seguir empacando y actuar con indiferencia.

Buscando el resto de mis camisetas, estoy de espaldas a la puerta de mi habitación y no puedo ver quien se ha detenido en la puerta. Cuando doy media vuelta, me detengo en seco y me paralizo al ver a Alex recargada en el marco de la puerta. Mi estupefacción sólo dura unos segundos pues al ver su fría y cortante mirada, recuerdo que yo también estoy enojado y sigo con mi actitud indiferente.

― ¿Cómo entraste? ―pregunto secamente.

―Tú me diste una llave, ¿recuerdas? ―me responde en el mismo tono que he empleado yo.

Me maldigo a mí mismo y decido ignorar el amago de sonrisa que se asoma en sus labios y continúo empacando.

― ¿Qué haces?

― ¿Qué no es obvio? ―al no obtener respuesta, me obligo a no dar explicación alguna, pero es inútil―. Iré a ver a mi padre para...

― ¿Puedo preguntarte algo? ―me interrumpe.

―Lo acabas de hacer.

Alex me mira entornando los ojos, reprendiéndome con la mirada.

―Pregunta lo que quieras―acepto, con un suspiro resignado.

― ¿Por qué golpeaste a Nick hasta dejarlo inconsciente?

Esto debe ser una maldita broma.

― ¿En serio me preguntaste eso? ―le pregunto yo, totalmente incrédulo.

―Sí. Respóndeme―exige.

―Creo que tú, mejor que nadie, deberías saber por qué lo golpeé―me limito a decir.

― ¿Esa es tú mejor respuesta?

―Es la única que tendrás, preciosa.

― Eres un idiota―exclama indignada y me es imposible no sonreír.

Anhelo y Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora