Anhelo y Deseo.

CAPITULO 25

*Alex*

Cuando somos pequeños soñamos con ser grandes y el sin fin de cosas que podríamos hacer. Quisiéramos acelerar el tiempo y crecer para hacer todo lo que nos venga en gana y más. Cuando somos grandes, y nos afrontamos a la realidad, en vez de acelerar el tiempo quisiéramos regresarlo. Soñamos con volver a ser niños inocentes que no tienen ni la menor idea de lo dura que es la vida. Aún cuando la infancia es dura y trágica, permanecemos inocentes y ajenos a los problemas, responsabilidades y obligaciones que representa la edad adulta. Siempre me ha resultado graciosa y, sobre todo, irónica esa forma de pensar que tenemos las personas. No sé, supongo que eso es algo que nos hace humanos.

Cuando era pequeña, soñaba con ser grande e ir a la universidad, graduarme, viajar por el mundo, encontrar el amor, abrir una galería de arte, tener hijos y quizá... ser feliz para siempre. Ahora... bueno, ahora sólo sueño con el día en que finalmente pueda despertar y respirar aliviada porque el sociópata de mi ex novio está lo suficientemente lejos de mí. Aún no cumplo los 20 años y mi vida está muy lejos de ser lo que un día imaginé que sería. Cualquier chica, en mi lugar, estaría hecha un lío y así estoy. Mi vida se ha vuelto toda una maraña de mentiras, secretos, verdades y misterios que, la mayoría, no tienen nada que ver conmigo. De eso estoy perfectamente segura, pero lo que aún no logro entender es ¿de qué va todo esto?

Miro el reloj, marca las 9.30 a.m. Cuando salí del apartamento de Jared apenas eran las 6.50 a.m. El trayecto desde Brooklyn a Manhattan no es, precisamente, corto y aunque de madrugada es más rápido, quería tiempo para pensar y nada me aclara la mente mejor que cuando conduzco. Sin embargo, mi cabeza sigue siendo un embrollo total. Creía que nada de lo que pudiera saber de Nick me sorprendería, no después de lo que me hizo pasar, pero ahora con todo lo que me dijo Jared... Ya no sé qué clase de persona es Nicholas Anderson.

Las contadas veces que Nick me habló de su madre lo hizo con una falta total de afecto, como si no la quisiera, como si la odiara. Ahora sé la razón pero, sigo sin entender ¿cómo fue, Nick, capaz de conducir a su madre hacia su propia muerte y, encima, culpar a Jared? Puedo entender que no haya aceptado el nuevo matrimonio de su madre y que tampoco le agradará tener un hermanastro, pero eso no excusa sus acciones. Eso es algo más que debo averiguar. Diablos. Esto es un claro ejemplo de lo que jamás creí hacer en mi vida. Ahora me queda más que claro que nada, en la vida, resulta como lo planeamos.

Estaciono mi auto en su lugar de siempre, frente al edificio de mi apartamento. Abro mi puerta y antes de bajar tomo los cafés y la bolsa de Starbucks que compre de camino. Como no estaba muy segura de cuánto duraría la droga que le suministre a Nick, quise tener la excusa de haber ido por el desayuno por si al volver él ya estaba despierto. Medio caminando y medio trotando subo las escaleras hasta mi apartamento, entro y me dirijo a la puerta de mi habitación. Mentalmente le agradezco a Dios por haber hecho que Connor convenciera a Hannah de pasar la noche con él, porque de lo contrario mi amiga se volvería una furia si, al despertar, se encontrara con Nick. Y no la culpo.

Con la mano en el picaporte de la puerta, formo en mi rostro una sonrisa falsa y entro. Como me temía, Nick está despierto y sentado en la orilla de la cama, mirándome molesto.

―Desperté y no te encontré―dice cortante―. ¿Dónde estabas?

―Fui a comprar algo para desayunar―le digo como si nada―. Quería sorprenderte con el desayuno en la cama, pero ambos sabemos que el café me sale fatal así que, fui a comprarlo.

― ¿En serio querías sorprenderme? ―pregunta con desconfianza.

―Claro―le aseguro―. Me alegra estar contigo de nuevo, ya te lo dije.

―No. No lo hiciste.

―Sí. Sí lo hice―Nick me mira con el ceño fruncido y yo sonrió―. Anoche te lo dije, mientras me hacías el amor tan maravillosa y apasionadamente cómo sólo tú puedes ser capaz.