CAPITULO 15.

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*Alex*

― ¿Agotada? ―me pregunta Jared.

            Yo retiro mi antebrazo de mis ojos, volteo la cabeza y lo miro. Está acostado junto a mí, sobre el ring y, me mira con las cejas elevadas y su estúpida media sonrisa.

―Eres un idiota―le espeto intentando no sonreír y fracasando en el intento―. Auh...―me quejo. Sonreír me duele, gracias a que Richard me partió el labio.

            La sonrisa y expresión arrogante se borran del rostro de Jared.

―Tranquilo, estoy bien―me apresuro a decirle, antes de que vaya a buscar más hielo.

― ¿Estás segura? ―. Este chico, sí que es insistente.

―Por trigésima vez, sí. Estoy bien, Jared―le digo poniendo los ojos en blanco.

―Eso espero, porque tú insististe y el entrenamiento aún no termina. Sólo te estoy dando un respiro.

            Vuelvo a poner los ojos en blanco mientras, nuevamente, cubro mis ojos con mi antebrazo. Comienzo a pensar que pedirle a Jared que siguiéramos con el entrenamiento, justo después de la mañana de perros que pasé, no fue muy buena idea. Pero quería hacer algo que me ayudara a olvidarme de mis problemas por un rato y si de paso me ayuda a enfrentarlos, la verdad es que el entumecimiento de mis músculos no me importa tanto.

            Todo estaba bien... o eso creía. No entiendo cómo se le metió, a Richard, en la cabeza que mi madre y yo estamos viendo a mi verdadero padre en secreto. ¡Yo ni siquiera sé su nombre! Esto es tan frustrante. Sigo pagando las consecuencias por actos que no cometo. La vida siempre es tan injusta, ¿o sólo me pasa a mí? La verdad ya no sé qué creer. Daría lo que fuera por simplemente desaparecer. Pero no es tan fácil como desearía. A como dé lugar, tengo que proteger a mi familia, y además esta lo del dinero de Benny. Tengo que permanecer fuerte y de pie. Pero mentiría diciendo que no quisiera tener donde sostenerme. Aunque... ahora que lo pienso, tal vez sí tengo a alguien que me sostiene.

            Retiro, por segunda vez, mi antebrazo de mis ojos, volteo y observo a Jared. Él está mirando hacia el techo sobre nosotros, por lo que sólo puedo ver su perfil. Su cabello está despeinado y algo húmedo, debido al sudor; su barba ha crecido más, él sólo la ha recortado y delineado; sus pestañas están rizadas y sus labios rosados; su nariz recta apunta hacia la misma dirección que ven sus ojos. ¡Mierda! Cada vez que veo a este hombre, me resulta más atractivo, y no hablo sólo de su físico.

            Jared es guapo, sí. Bueno... tal vez más que guapo. Es... es hermoso. Y sus ojos... Dios... sus ojos son divinos. Pero no es sólo su rostro y su estupendo físico, Jared tiene cierta... mmm... ¿vibra? No lo sé, es difícil de explicar. Sólo sé que él tiene algo que me atrae de una manera que me asusta. Me asusta porque no me puedo resistir. Y yo quiero resistirme porque no sé si pueda volver a confiar en un hombre, porque no lo conozco, porque... porque no quiero enamorarme de él. La última vez que creí estar enamorada... bueno, no terminó muy bien. Y sé que terminará porque todo principio tiene un fin, lo que no sé es si Jared terminará junto a mí o muy lejos. Para ser sincera, no sé si quiero descubrirlo.

―Gracias, Jared―le digo, él voltea y me mira.

― ¿Por qué?

―Por lo de esta mañana. No tenías por qué ir y...

―Sí tenía por qué―dice interrumpiéndome―. Fui por ti.

―Pero...

―Basta, Alex―vuelve a interrumpirme―. Está mañana no fui a tu casa porque quiero que me veas como tu caballero con armadura, ni para que sepas que soy un buen chico. Está mañana fui a tu casa para ayudarte y darte la mano. Eres valiente y audaz, pero no estás sola. Y aunque insistas en que puedes hacer todo tú sola, no es así. Todos necesitamos ayuda de vez en cuando, y tú la necesitabas está mañana.

Anhelo y Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora