EPILOGO

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Tres meses después...


La habitación es fría y gris. La única fuente de luz proviene del pequeño foco que cuelga del techo. En una de las cuatro paredes de color gris acero, hay un espejo ancho y grande. Nick Anderson les dedica una sonrisa a los agentes federales que se encuentran detrás de aquel espejo.

La puerta por la que entró, hace 45 minutos, se abre y entra un hombre. El hombre, que lleva un folder color manila en la mano derecha, se sienta en la silla vacía frente a Nick, entre ambos hay una mesa de acero inoxidable, el mismo material de las sillas.

─Que gusto volver a verlo, agente Brown─ dice Nick, con una sonrisa.

─Lamento no opinar lo mismo, señor Anderson─ replica el agente─. ¿Qué tal lo trata la prisión?

La sonrisa se borra del rostro de Nick. Tres meses en prisión lo han tratado mal. No tan mal como él sabe que se merece ni tan mal como a la mayoría, pero definitivamente no han sido unas vacaciones placenteras. El dinero que tiene le ha servido para hacerse de algunos amigos, más que enemigos, y así poder sobrevivir.

─ ¿Qué hago aquí, agente? ─pregunta a su vez, ignorando la pregunta que le han hecho.

El agente Dominic Brown se ríe por lo bajo, para luego poner el folder, que llevó consigo, en la mesa tendiéndoselo a Nick.

─ ¿Reconoces a alguno de esos hombres?

Nick sube sus manos, esposadas, a la mesa para abrir el folder y encontrarse con cuatro fotografías en las que se muestran a los mismos seis hombres. A tres los desconoce, pero a los otros los recuerda muy bien. Uno de ellos, el más importante, es Markov Vasíliev, el jefe de una de las familias mafiosas más importantes de Rusia. Los otros dos sujetos son los hombres de más confianza de Markov y sus guardaespaldas. Pero claro, eso no se lo diría al agente Brown.

Trabajar con la mafia rusa fue lo que lo envió a prisión, pero eso no significaba que a la menor oportunidad iba abrir la boca para denunciarlos a los federales. Ya tenía suficiente con vestir un horrendo traje naranja, comer tres veces al día espantosos guisados y compartir celda con un sujeto bastante loco, como para que encima tuviera a la mafia rusa en busca de su cabeza.

─Lo siento. Jamás los he visto─ se limita a decir.

─No mientas, Anderson. No te conviene─ el agente trata de intimidarlo con la mirada, pero al ver que no funciona, decide continuar hablando─. Creemos que este hombre─ señala el rostro de Markov─, es el jefe de la familia Vasíliev. Tú trabajaste para los rusos, dime todo lo que sepas.

─ ¿Qué le hace pensar que sé algo, agente? ─pregunta Nick, con el rostro carente de emociones─. Pero sobretodo, ¿qué le hace creer que se lo diría?

El agente Brown se acerca a la mesa y, sobre ella, pone sus antebrazos para acercarse a Nick y mirarlo directamente a los ojos.

─Nicholas, no eres más que un niño jugando a ser grande─ le dice─. Pero hoy te ofrezco la oportunidad de enmendar tus errores. ¿Cómo? Muy fácil. Trabaja para mí. No te puedo ofrecer mucho, pero creo que en tu situación, una reducción de condena o, incluso, una libertad condicional te vendrían muy bien.

Nick abre la boca con la intención de mandar a la mierda al agente, pero no logra decir nada. Aquella oferta es muy buena. El agente Brown debe estar desesperado. Nick piensa, instantáneamente, en aprovecharse de eso.

─Tentador─ admite─. Pero preferiría permanecer encerrado y vivo que ser un hombre libre y muerto. Porque no sé si lo sepa, agente, pero ninguna mafia es muy amable con los soplones.

─Una vez que termines de trabajar para mí, entraras en el programa de protección a testigos. Tendrás una nueva identidad, un nuevo lugar para vivir, nadie podrá encontrarte. Estarás a salvo.

─No lo sé. Y no es que dude de la capacidad del gobierno para protegerme─. Claro que dudaba─. Si acepto, estaré firmando mi propia sentencia de muerte.

─Trabajaras encubierto. Según tengo entendido, eres muy bueno para mentir y manipular. Creo que sabes tan bien como yo que, estarás bien.

─Cierto─ responde Nick con arrogancia─. Pero si acepto, tengo condiciones.

─ ¿Cuáles? ─ pregunta el agente Brown, de mala gana y con el ceño fruncido.

─Para empezar, la quiero a ella.

El agente Brown, inmediatamente, supo de quien hablaba.

─No creo que esté interesada ni en saber de ti.

─Bueno... tendrá que persuadirla de aceptar.

─Ni lo pienses, Anderson. No pienso involucrarla, esto es otro nivel. Es más peligroso.

Nick frunce el ceño al escuchar al agente. Brown habla de ella como si le preocupara y... algo más. Es increíble, Nick está más que sorprendido. Primero su hermano y ahora un agente del FBI. Eso, para Nick, es algo más que debe cobrarle.

─Tienes razón al suponer que yo sé todo sobre Markov Vasíliev─ dice Nick─. Sé cómo trabaja, sé de dónde saca la mayoría de su dinero, sé quiénes son sus amigos y enemigos. Y sobre todo, sé cuál es su debilidad. Pero si quieres que te ayude... Tráeme a Alexandra Blake.


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♦¡Hola! Como siempre, espero que estén bien. El capitulo anterior fue el final, ¿qué les ha parecido? Se aceptan todo tipo de comentarios (seré una chica fuerte xD ). Para ser sincera, esto del epílogo no estaba en mis planes.  Se me ocurrió de última hora y aunque no estaba muy segura... bueno, el que no arriesga no gana. Y por lo tal, he decidido hacer una tercera parte: "Libertad y Obsesión" (Lo sé, no soy muy original con los nombres :/ ) Pueden buscarla en mi perfil, y déjenme avisarles que será algo diferente, pronto descubrirán por qué.

Por último, pero no menos importante: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. De todo corazón, muchas gracias por seguirme hasta aquí, y bueno... vamos por más ;) ♦


Anhelo y Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora