A la conquista de ese corazón me lance; como a una guerra he de asistir, luchando por tu amor y sin rendirme hasta quedarme con tu corazón.
Enzo estaba frente a mi tan galante como siempre, con la sonrisa de un niño pequeño que ha encontrado su juguete perdido y está feliz. En cambio, yo deseaba que hubiese una zanja para poder esconderme en esta y que nadie me viese. Ya que si es verdad que acepte la cita que el me propuso ayer, pero la acepte pensando en lo que dijo Elsa. Que este solo quiere entretenerse y experimentar, para luego aburrirse. Y una vez hubiese visto que de mí no sacaría nada satisfactorio, se olvidaría. Por eso pensé que con unas cuantas citas valdría para que se aburriese, por lo que nadie debía de enterarse ya que esto con Enzo no iría muy lejos. Sim embargo, ahora él está aquí delante de mí y mis mejores y únicos amigos por lo que nada bueno puede salir de esto...
- Hola... — musité sin saber que más decir
- Qué casualidad encontrarte aquí, justamente te estaba llamando para que me dijeses donde esperarte para vernos — dijo con esa encantadora sonrisa suya, para luego mirar a mis amigos — hola soy Enzo, un amigo de Gael — dijo luego saludando a mis amigos con gesto de la mano al darse cuenta de la presencia de estos para luego hacer una leve entonación en la palabra amigo y dedicarme una traviesa sonrisa acompañada de una íntima mirada.
- Encantado, soy Ben — hablo Ben presentándose con una expresión divertida mientras se acercaba a este para darle dos besos en cada mejilla, a lo que seguramente seria por estar imaginándose a Enzo desnudo en su perversa mente. Enzo cortésmente correspondió el saludo de igual modo excepto por esa expresión, cambiándola por una de cortesía y luego acercarse a Anelis para saludarla.
- Hola yo soy Anelis — dijo está presentándose de igual modo que Ben, pero sustituyendo la expresión lujuriosa por una cordial sonrisa y Enzo se la devolvió — Enzo porque no te sientas y te tomas algo con nosotros — expuso Anelis señalando la silla de al lado mía y este me miro a mi esperando mi respuesta, pero antes de que yo pudiese responder habló Ben.
- Si siéntate y así nos cuentas de que conoces a Gael —dijo Ben casi obligando a Enzo a sentarse — porque él es más hermético que una caja fuerte, nunca nos cuenta nada y eso que somos sus mejores amigos — siguió diciendo mientras Enzo se sentaba a mi lado y me lanzaba una mirada precavida de no saber que responder, por lo que antes de que pudiese decir algo más hable yo.
- Nos conocemos por la boda de mi prima, Enzo es padrino y mejor amigo de Connor por lo que nos conocemos de hace poco — conteste antes de que Enzo dijese algo que a mí no me interesaba que estos supiesen.
- Pues que suerte, va a ser verdad que en las bodas siempre se conocen a gente interesante — dijo Ben sin dejar de mirar a Enzo y lanzar pequeñas indirectas.
- ¿y hace mucho que os conocéis? — preguntó Anelis
- De hace unos días — respondió Enzo
- Pero la de compromiso de tu prima fue a noche, ¿no? — dijo Anelis pensativa y Enzo me miro sin saber que responder.
- Si, pero nos conocimos en una quedada hace días en la casa de mi prima y nos hicimos amigos — conteste con rapidez evitando que mis amigos supiesen que les estaba ocultando algo más.
- Bueno, Enzo háblanos de ti — dijo Ben sorprendiéndome por su insistencia en Enzo — ¿eres casado, tienes novia o soltero? — preguntó este con soltura y viendo yo como intentaba ligar con Enzo.
- Soy viudo — respondió este con cordialidad.
- Vaya, lo siento mucho — contesto Ben con un breve gesto de lastima — ¿y lo eres de hace poco o mucho tiempo? — preguntó después con rapidez y soltura, tanta que nos sorprendió a Anelis y a mí, dejándonos de piedra por su intromisión y su insensibilidad.
- ¡Pero bueno, Ben! — dijo Anelis molesta regañándole con un tono un poco alto, pero Enzo no cambió su expresión sonriente e impasible.
- No importa — dijo mirando a Anelis para luego mirar a Ben — y si fue hace bastante tiempo — respondió con amabilidad — pero tampoco estoy soltero, ya que estoy conociendo a una persona muy especial que me a robado el corazón — dijo con celebridad adelantándose la contestación de Ben, para luego mirarme a mí y dedicarme una sutil y casi imperceptible sonrisa.
- Ah, vaya, pues que suertuda — contesto Ben un poco decepcionado.
- O suertudo — opino Anelis mientras sonreía y me miraba para luego Ben mirarla confundido por su opinión.
- Bueno nosotros nos tenemos que ir, porque tengo que recoger una cosa con Enzo y después irme a la función de Alex en la iglesia — dije levantándome antes de que Ben entendiese las palabras de Enzo y Anelis.
- Si es verdad, vaya a ser que no te dé tiempo de hacer lo primero — contesto Enzo levantándose también — es un placer chicos, a ver si nos vemos otro día — dijo este despidiéndose de ambos con otros dos besos en la mejilla. Yo me despedí con gesto de la mano y me marché con Enzo siguiéndome.
Mientras nos alejábamos este me empezó a lisonjear, pero yo no le preste atención, ya que estaba algo molesto por esta situación y no es que el tuviese toda la culpa, siendo mía la mayoría por decirle ayer que me podía ir a recoger, pero el también tenía la culpa. El debió de esperarme a que yo le cogiese el teléfono o contestara los mensajes, pero no lo culpo por no hacerlo conociendo mi historial de no hacerlo.
Al andar unos cuantos pasos y girar la esquina de la cafetería, me giré y lo enfrenté.
- ¿Me has escuchado? — preguntó al yo girarme.
- No, estaba pensando en otra cosa — respondí con un tono más cortante de lo que pretendía, pero esto pareció no afectarle, ya que el seguía mirándome sonriente — ¿para has venido? — pregunté serio y esta vez si pareció afectarle, porque cambio su sonrisa por una expresión confusa.
- ¿cómo para qué?, pues porque ayer me dijiste que podía venir a recogerte para vernos un rato — contesto algo serio.
- Si, sé que te lo dije, pero no que te presentases así sin más delante de mis amigos — dije apoyándome en la pared.
- Espera, ¿estas enfadado por eso?¿porque he conocido a tus amigos?— preguntó un poco molesto, pero antes de que pudiese decir algo volvió ha hablar — ¿que pasa que te da vergüenza vean conmigo? ¿O es que no saben nada de orientación sexual? —pregunto un poco más serio.
- No, no es por eso — conteste un poco más cortante y el me miro confundido y frustrado — es que no quiero que sepan nada sobre ti — dije y Enzo desvió la mirada con lo que pareció un gesto dolido — no sé qué está pasando entre nosotros, ni como definirlo y no quiero que piensen cosas que no son o que no van a suceder — terminé por decir a la misma vez que el volvía a mirarme confuso y serio.
- ¿qué quieres decir? — preguntó dando un paso hacia delante a la vez que yo agachaba la mirada.
- Pues que no sabemos que está pasando entre nosotros, apenas nos estamos conociendo y todavía hay muchas cosas que debemos saber el uno del otro — dije cerrando los ojos — tampoco sabemos cómo definir lo que sentimos, más a allá de una atracción y sin saber lo que realmente queremos — seguí hablando para luego levantar la cabeza y abrir los ojos para mirar hacia arriba — creo que hasta no saber lo que realmente queremos o a donde va a parar esto, no debemos mezclar nuestras vidas de ese modo, más allá de una simple relación de conocidos delante de los demás y ocultar lo que esta pasando hasta conocernos mejor — terminé por decir escuchando como este daba un leve suspiro para luego aproximarse hasta mí
- Gael — dijo llevando sus manos a mi rostro para que bajase la mirada y lo mirase — es verdad que todavía tenemos que conocernos y que no es bueno que nuestras vidas se mezclen sin saber a dónde va a ir todo — continúo diciendo mientras nuestras miradas se cruzaban a la vez que sentía la cercanía de su cuerpo — pero también es verdad que yo sé que lo que siento por ti no es nada casual, ni tampoco un simple capricho — siguió hablando mientras me acariciaba las mejillas con los pulgares y me miraba con ternura — lo que estoy sintiendo por ti es mucho más fuerte de lo que pensé y no sé cómo explicarlo, ni como definirlo, pero lo que si se con toda exactitud, es que nunca lo he sentido antes con ninguna otra persona y no creo poder sentirlo por nadie más que por ti — dijo mientras se acercaba más a mí, tanto que podía sentir su respiración mezclarse con la mía; como si la gravedad de nuestros labios se atrajesen el uno al otro, como los planetas al sol — y también sé que tu sientes lo mismo por mí, por sé que tenemos algo único, algo tan grande y hermoso como el sol — terminó por decir para luego terminar de acercar sus labios a los míos y acabar en un apasionado beso.
Luego de ese beso Enzo me llevó hasta su coche y nos marchamos de la universidad para ir a comer algo a algún lugar. Yo le pedí que me llevara a algún lugar casual para comer y al final decidimos de ir al centro comercial, para comer y pasear. Mientras íbamos hacia allí, aprovechemos para conocernos mejor, preguntándonos cosas. Yo le hable de mis amigos y de que ellos sabia de mi orientación sexual, al igual que mis hermanas, Celia y mi madre. Y luego le hable un poco de mi familia al igual que el. Este me hablo de su principal adoración, su hija y el poco rato que me hablo de ella pude notar lo mucho que la quiere. Y al escucharlo pude ver su parte más tierna y adorable, y entendiéndolo perfectamente, ya que yo me siento igual al hablar de Alexander y Simba.
Al llegar al centro comercial nos fuimos directos a un restaurante de comida rápida, donde pude ver como todas las mujeres y algún que otro hombre no paraban de mirar a Enzo. Era más que evidente su gran atractivo no era solo un mito o imaginación mía, ya que mientras pedíamos la comida a la mujer que nos atendía, vi como esta le sonreía de un modo coqueto junto a las miradas de las muchas otras que había cerca nuestra. Y eso me atrajo a mi mente una de las muchas preguntas que me hice al principio de conocerlo. ¿porque le intereso yo siendo tan insignificante como soy en lugar de una despampanante mujer? Y no saberlo me preocupa más. Porque que tengo yo para que este se interese tanto por mi. Un chico sin ningún atractivo, con un físico horrible y una mente simple, siendo un negado para la magia y un poco para los estudios, además de estar tan destrozado por dentro que nunca podrá ofrecerle una relación física más allá de unos simples besos o caricias. Cuando podría tener a la mujer o hombre que quisiese con un solo chasquido de dedos. No lo entiendo, y es algo que nunca entenderé.
- Gael — dijo Enzo llamando mi atención e interrumpiendo mis pensamientos, a lo que yo lo mire despistado — ¿que donde quieres sentarte? — preguntó al ver que yo no sabía de lo que estaba hablando.
- Allí mismo — dije señalando la mesa más próxima libre para luego ir hacia esta.
- ¿está todo bien? — preguntó este al sentarnos y dejar las bandejas con la comida, a lo que yo respondí asintiendo con la cabeza mientras cogía una patata frita y me la llevaba a la boca — veo que te gusta mucho las patatas fritas — dijo después con una sonrisa al ver como yo devoraba las patatas fritas una tras otra.
- Si, mucho — conteste deteniéndome un momento para darle un sorbo al refresco — la verdad es que solo pido el menú por las patatas fritas, porque me gusta más que la hamburguesa — dije siguiendo comiéndome las patatas y esto hizo sonreír a Enzo.
Al terminar de comer y hablar un poco sobre nuestros gustos, nos marchemos del establecimiento y mientras seguíamos charlando paseamos por el centro comercial. Y sin poder evitarlo seguía percibiendo el gran atractivo de Enzo, llevándose este cada una de las miradas por donde pasásemos. Mientras que Enzo parecía no darse cuenta de esto, o al menos si lo hacía no se le notaba. Al final acabamos por entrar en una librería, ya que sin pensarlo acabé siendo absorbido por esta. Una vez dentro me perdí ojeando libros y obnubilado por estos no me di cuenta de que acabé perdiendo a Enzo de mi vista. Así que solté lo que estaba ojeando y me puse a buscarlo, cuando de repente sentí como alguien me agarraba por el brazo y tiraba de mi. Todo fue tan rápido que no me dio tiempo de a reaccionar, ni de ver de quien se trataba hasta que fue demasiado tarde y acabe en entre sus brazos. Con mi rostro tan cerca del suyo y mis brazos sobre su apolíneo pecho.
Enzo me tenía en sus brazos y me miraba con una expresión traviesa, igual a la de un niño pequeño que está a punto de hacer una travesura; con una juguetona y seductora sonrisa, y sus ojos azules de puesta de sol clavados en mi.
- ¿me buscabas caperucito? — preguntó en voz baja acompañada de un tono íntimo, mientras me agarraba de la cintura. Para luego disipar el poco espacio entre nosotros y darme un ferviente beso. Beso al que no pude resistirme, porque él es tan apuesto y sumado a la gusa que este provoca al tenerlo tan cerca es que caí presa de él. Y aunque ya había degustado sus labios otras veces, este siempre conseguía obnubilarme con la maestría y el sabor de su boca
- Que haces loco — dije después de interrumpir el beso y este me miro contento.
- Lo siento peque, pero llevo toda la tarde queriendo hacerlo desde que salimos de la universidad — contesto disculpándose sin quitar esa expresión traviesa y sin soltarme todavía de la cintura — y encima me has traído a una librería, que me ha recordado el día que nos conocimos; el día en el que te tuve entre mis brazos al igual que ahora y donde te me clavaste en la mente — explico con un toque seductor en la voz que me hizo sonreír, para luego volver a acercarse a mí y besarme otra vez, pero esta vez con un beso más profundo y pasional. Y sin darme cuenta acabé entrelazando mis brazos en su cuello, para agarrarme de este a la vez que Enzo hacia el beso más intenso de lo que era. Para luego acabar deteniéndonos un momento para coger aire — me encantas — declaro con un leve susurro mientras me miraba fijamente a los ojos y con nuestras frentes juntas. Yo sonreí y bajé mis brazos de su cuello, para después ponerlos sobre su pecho y presionar para intentar apartarme de este.
- Para, nos puede ver alguien — dije riéndome a la vez que miraba a mi alrededor, pero Enzo en vez de soltarme reforzaba más el abrazo.
- Me da igual que nos vean y piensen lo que sea —contesto con seguridad, tanto que me sorprendió y me hizo volverme para mirarlo — además así saben que eres mi caperucito y que solo yo puedo disfrutar de tus besos — dijo acercándose para darme otro beso, pero yo lo detuve poniendo mis manos en su pecho.
- No soy tuyo y tampoco soy tu caperucito — respondí yo con una sonrisa maliciosa y al escucharme Enzo simulo una expresión acusadora y dolida, como si le hubiese dado una bofetada para luego sonreír.
- ¿cómo qué no? — preguntó sonriente intentando aparentar seriedad para que yo corrigiese lo dicho anteriormente.
- No soy tuyo, no somos novios, solamente amigos y lo de caperucito no sé a qué viene — respondí con una sonrisa desafiante sorprendiendo a este con mis palabras ya que, asintió y levanto las cejas mientras sonreía.
- Con que no somos nada — dijo este pensativo a la vez que yo asentía con la cabeza, pero este me volvió a mirar y sonrió con esa seductora sonrisa con la que siempre acaba derribando mis defensas — No lo eres todavía, pero lo serás — aseguro con ese tono de voz seductor que él pone cuando quiere seducirme y demoler mi fortaleza para que acabe rindiéndome a sus besos — y lo otro es porque yo soy tu lobo feroz y tu mi caperucito, y como en el cuento solo yo tu lobo puedo comerte a besos — dijo con una sensual y traviesa sonrisa para luego lanzarse a mi cuello y darme leves mordidas con su boca y hacerme cosquillas, mientras me apretujaba a él y yo me reía compulsivamente.
- ¿Gael? — preguntó una voz que hizo que Enzo se detuviese a la vez que yo dejaba de reírme y lo apartaba un poco de mi.
- ! Profesor Egberton ¡— contesté sorprendido con un tono de voz un poco alto a la vez que separaba un poco más a Enzo de mí y este miraba confundido al profesor que nos miraba de una forma extraña, pero sobre todo a Enzo — que sorpresa verlo aquí — dije sin saber que decir.
- He venido a comprar un libro y estaba buscándolo cuando me ha parecido verte — contesto este con una cordial sonrisa sin apenas prestarle atención a Enzo y señalando el libro — ¿y tú? ¿también vienes a comprar algún libro? — preguntó con simpatía.
- No, ya compré algunos la semana pasada, pero no me puedo resistir a entrar en una librería cada vez que veo una — respondí y este sonrió con comprensión.
- Vaya parece que tenemos mucho en común, porque a mí me pasa lo mismo — dijo contento dando un paso hacia delante a la vez que Enzo carraspeo intentando llamar mi atención.
- Hay, perdón Enzo — dije al darme cuenta de mi mal educación — él es el profesor Ismael Egberton y me da clases en la universidad — expliqué presentando a este a Enzo — y el es Enzo mi...
- Novio — contesto Enzo interrumpiéndome a la misma vez que me dejaba sorprendido y no solo a mí, ya que el profesor tampoco se esperaba esa respuesta para luego dar un paso hacia delante con seriedad y ofrecerle la mano en señal de saludo a lo que el profesor correspondió de igual modo.
- Gael no sabía que tuvieses pareja, te creía soltero — dijo el profesor sin mirarme y manteniendo la mano de Enzo agarrada todavía al igual que la mirada y la expresión. Al escucharlo no supe que responder, ya que yo tampoco sabía que lo tenía, a menos que Enzo me lo hubiese pedido y yo no lo hubiese escuchado y le hubiese dicho que si.
- Estaba, hasta que me conoció a mi — respondió Enzo por mi para luego soltar la mano del profesor y acercarse a mi para abrazarme. El profesor vio el gesto y contesto con una débil y forzada sonrisa.
- Entiendo que por él es por lo que estas tan distraído estos últimos días — contesto el profesor con un tono un poco más serio y a la vez que miraba a Enzo molesto. Yo quise responderle que no, pero este volvió a hablar y no me dio tiempo — me alegro por ti, Gael es un chico muy especial y uno de mis mejores alumnos, tienes mucha suerte — advirtió luego el profesor ahora a Enzo con una pizca de cinismo en la voz.
- Por supuesto, soy el más afortunado de que me haya escogido como su novio de entre los miles y miles de hombres que hay, y que sueñan con tenerlo — respondió Enzo con una sonrisa desafiante para luego mirarme con ternura y llevar su mano hasta mi cintura — pero solo yo soy el escogido para tenerlo entre mis brazos y poder besarlo — dijo para luego darme un leve beso en la mejilla muy cerca de la boca — algo que más de uno sueña con poder hacer — siguió diciendo luego a la vez que volvía a mirar hacia el profesor, pero con una mezcla de triunfo y orgullo. Algo que pareció no gustarle al profesor, ya que pareció molestarse por su actitud — el profesor fue a responder algo, pero Enzo volvió a hablar y lo interrumpió — ¿oye Gael no tenías que ir a eso de tu hermano? — preguntó Enzo mirando su reloj sin prestarle atención al profesor a lo que yo asentí sacando mi teléfono para mirar la hora.
- Si es verdad — conteste mirando la pantalla de mi móvil.
- Bueno profesor ha sido un placer, pero se nos hace tarde para otra cita — dijo Enzo a modo de despedida.
- Igualmente, señor Adams — contesto el profesor con un tono serio para luego mirarme a mi — y Gael ya nos veremos mañana en clases — dijo con un tono más cordial a lo que yo correspondí con un asentimiento de cabeza a la vez que nos marchábamos.
No sabía porque tanto Enzo como el profesor se habían hablado y mirado de ese modo tan extraño, si ni si quiera se conocían o al menos eso dijeron. Tampoco entiendo porque Enzo le dijo al profesor que somos novios cuando apenas nos conocemos. Se que el profesor Ismael puede ser una persona difícil, estricta y seria, pero también es verdad que desde que lo conozco ha sido amable y considerado conmigo dejándome entregar trabajos fuera de plazo o ayudándome con las clases cuando no las entendía. Por eso me ha extrañado que le hablase así de mal y lo mirase de ese modo a Enzo. Podría ser por lo que dijo antes... y seguramente es eso. Estoy un poco distraído desde el lunes pasado por esos extraños sueños que llevo teniendo estos días, pero también es verdad que ese mismo día conocí a Enzo y desde ese momento no puedo dejar de pensar en el.
Seguramente está molesto porque cree que Enzo me está distrayendo y perjudicando en mis estudios, y por eso a lo mejor a creé que es una mala influencia para mi.
- Oye Enzo podrías aclararme una cosa — dije deteniéndome a su lado y este se giró para mirarme confundido — ¿desde cuándo somos novios? — pregunté y este esquivó mi mirada por un segundo para luego sonreír, pero antes de que fuese a responder volví a hablar — creo que no hace falta que te lo diga, pero ya te lo he dicho antes — hablé serio — apenas nos estamos conociendo y unos cuantos besos no nos hace novios ni nada por el estilo — terminé por decir.
- Lo sé, sé muy bien lo que me habías dicho y lo entiendo — contesto con esa sonrisa de picaruelo que siempre pone cuando algo de lo que digo le hace gracia.
- Bien, ¿entonces porque le has dicho eso a mí profesor? — pregunté con un tono de voz un poco más enfático y este hizo una leve mueca con la boca de molestia, como si no le hubiese gustado que le hablase de ese tema o de mi profesor.
- Lo he hecho por que le gustas y no iba a permitir que coquetease contigo delante de mí, y menos cuando yo te estoy pretendiendo — contesto un poco más serio, pero con una sonrisa cínica y dejándome a la vez congelado sin saber que decir.
- ¿qué yo le gusto? — pregunté confuso por lo que él había dicho y este respondió asintiendo con la cabeza —¿a mi profesor? — volví a preguntar y este volvió a asentir con la cabeza a la misma vez que yo me reía — como voy a gustarle yo a mi profesor, se puede saber de dónde te has sacado eso — dije entre risas.
- Pues del modo en que te mira y habla a ti y en cómo me mira y me habla a mi — contesto un poco más serio y yo lo mire confuso sin entender a que se refería — el te mira del mismo modo que un hombre cuando se siente atraído por otra persona y a mí como un rival que le está disputando el amor y la atención de su pretendido — dijo con soltura y seriedad.
- Yo no creo que sea eso, pero suponiendo que tienes razón, eso no te da ningún derecho a portarte como lo has hecho y a tratarme como si fuera algo tuyo porque no lo soy — dije con un tono cortante quitando por completo su sonrisa y haciendo que este me mirase fijamente para luego dar un paso hacía mi.
- sí, sé que no tengo derecho a tomarme ese atrevimiento y que no somos nada más que conocidos — contesto acercándose más — pero tu para mí eres especial y si es verdad que no sé lo que siento por ti, pero nunca he experimentado esto que siento y no voy a permitir que otro tipo me quite lo que quiero y yo te quiero a ti — dijo extinguiendo el espacio que había entre nosotros para luego posar una mano en mi cintura y la otra en mi mejilla, y agarrando este con delicadeza aproximo su rostro al mío y poso sus labios contra los míos para fundirnos en un maravilloso y ardiente beso.
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El Sol Poniente(Editando)
Random"El me miró y sonrió, acerco sus labios junto a los míos, sintiendo su aliento junto al mío y el aroma de su piel. Al unir nuestros labios sentí una chispa eléctrica encender mis nervios, el movía lentamente su boca consiguiendo que la mía siguiera...