20. Lo Que Pesa El Pasado

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La carga del pasado es infinita.
José Luis Borges.

Otra vez volví a ser tragado por ese vórtice de luz, hasta atravesar mis sueños y el tiempo. Otra vez volvía a ese sueño donde todo parecía ser tan antiguo y lejano, pero a la misma vez nostálgico e importante. Ahora me encontraba en un bonito bosque donde había una especie de estanque o pequeño lago. Aquí volví a ver al apuesto chico este estaba observando el agua con la mirada perdida, mientras la leve brisa mecía su corta melena de cabellos negros y rubios entrelazados, como el oro brillante en la noche. El chico observaba paciente el paisaje mientras la fina hierva le cosquilleaba la piel.
<<Febio esperaba paciente la llegada del rey, ya que aquí era el lugar donde ambos se solían ver para tener más privacidad y así poder mostrar su amor sin temor a que alguien los juzgasen. Pero las palabras de su hermana hacían mella en sus pensamientos, y este pensaba en todo lo que estaba ocurriendo con el rey. El sabía que lo que su relación con el rey estaba mal y que más pronto que tarde la gente podría enterarse, ya que la guardia especial del rey estaba enterada de esto. Por lo que algún día todo se sabría y el rey no elegiría entre él y su esposa. Por eso debía de apartarse del rey y dejar su relación por terminada antes de que lo amase más, demasiado como para no soportar su ausencia o compartirlo. Por lo que tras tanto meditar pensó en que este sería su último encuentro y que después de esto, se alejaría de él y de su amor. Así que tras tanto mirar el agua le apeteció bañarse.>>
Luego de escuchar aquella voz que me relataba los pensamientos del joven vi como este despojaba de su quitón y sus vestimentas para luego meterse en el agua. La profundidad de esta no era mucha ya que al joven apenas le llegaba un hasta su torso. Al este zambullirse y salir mojado pude ver su perfecta piel blanca brillar con el reflejo del agua y el sol, y este parecía una estatua de sal y mármol. Perfectamente cincelada, dándole un toque hermoso para la vista. Por otro lado, vi como alguien se acercaba a paso silente y cuando se acercó más, pude darme cuenta de que se trataba del rey. Este buscaba con la mirada al joven y al seguir sus prendas dio con el en el agua. Este llevaba unos ropajes más de simples y normales, similares a los del joven, pero aun así llevaba sus armas. Este se quedó mirando durante unos segundos al joven como bañaba en el agua, lavando su cuerpo. Pasando sus manos mojadas por su húmeda y nívea piel, rozando con delicadeza sus brazos y torso, donde se podía notar sus delgados músculos. El rey observa al joven con esmero como este se bañaba, cautivado por el hermoso cuerpo del joven. Que al estar desnudo en el agua y al ser tan cristalina dejaba ver cada parte del placido cuerpo. Tras un momento el hombre no aguardo más y decidió desnudarse para acudir al encuentro de su amante. Así que al despojarse de sus vestimentas pude ver el varonil y musculoso cuerpo de aquel hombre. Con alguna que otra cicatriz de guerra en algunas partes de su cuerpo y con algo de vello oscuro sobre su pecho he hombría. Este se acercó al joven con total sigilo y lo sorprendió en el agua abrazándolo por detrás, y así pegando su cuerpo al de su amante. El joven al sentir su abrazo cerro los ojos y sonrió de buen grado mientras el hombre le susurraba algo al oído. Este seguidamente inclino un poco su cabeza hacia atrás mientras el rey besaba su cuello y deslizaba sus manos por el suave cuerpo del joven hasta acabar en su cintura. Seguidamente pego su virilidad a las posaderas de su amado y sin mucho esfuerzo la introdujo. Consiguiendo que de los labios de su amante se escapara un leve gemido, mientras el rey besaba y mordisqueaba el cuello del joven para luego llevar una mano hasta su rostro y hacerlo girar para quedar frente a el. Para así el rey buscar los jóvenes y rosados labios de su amante que gemía con cada movimiento de cintura de su rey, y acallar estos con un apasionado beso. Tras un leve momento de besos, gemidos y embestidas, el hombre le dio la vuelta a su amante y para luego este enredar sus piernas en la cintura de su amado y salir del agua. Para dirigirse a la orilla del estanque donde el rey soltó al joven en el suelo y levanto la pelvis del joven donde dirigió sus labios a las nalgas del joven e introducir su boca en medio de esta. Aquí beso y lamio la abertura de chico e introdujo su experta lengua en esta, para así saborear y lamer esta con tanta maestría que su amado soltaba alaridos de placer. Una vez satisfizo su hambre bajo la pelvis e introdujo su miembro en el joven, que suplicante pedía ser amado. Una vez dentro el rey empezó a embestir mientras besaba al joven y acariciaba cada parte del dulce cuerpo de su joven amado. El hombre besaba y le susurraba cosas, mientras Febio gritada del placer que su rey le daba con cada arremetida. Hasta que ambos llegaron al clímax total donde ambos gritaron de placer para luego fundirse en un placentero beso de amor.
<<aunque Febio había hecho el amor con su rey, seguía convencido de lo que tenía que hacer. Y era dejar a su rey, por mucho que le doliese, ya que el no podía pedirle al hombre que amaba que abandonase todo por el o que su nombre fuese deshonrado por su culpa. Por lo que decidido dejó un papiro confesando su decisión y aprovecho que el rey estaba dormido para marcharse.>>
Relato la voz mientras veía como el joven con lágrimas en los ojos abandonaba al hombre, no sin antes dejar el papiro a su lado y darle un último, pero suave beso. Tras esto el joven se marchó.
<<mientras Febio se dirigía a su casa montado a caballo, no podía parar de pensar el su amor y en lo mucho que le dolía tener que soparse de su amado. Pero con lágrimas en los ojos y el corazón desecho se decía a el mismo que era lo mejor para ambos. Pero Febio estaba tan ensimismado en su desamor que no se dio cuenta lo que le estaba pasando a su familia. Cuando este estuvo más cerca pudo ver que a lo lejos en el oscuro cielo de la noche emergía una columna de humo y en esa misma dirección se encontraba su casa. Febio preso del miedo galopo con todas sus fuerzas hasta llegar a su hogar, que al ver el humo presentía que algo malo estaba ocurriendo. Conforme Febio se acercaba pude ver como algo a lo lejos era consumido por las llamas, acompañado al olor a quemado venían los gritos y los llantos. Cuando llegó hasta su casa vio como esta era consumida por las llamas, pero no había rastro de su familia. Entonces cuando este se bajó del caballo y se acercó al que era su hogar, busco a su familia e intento adentrarse entre los escombros, pero el fuego era tan fiero que no pudo. Este llamo a su familia, gritando sus nombres, pero no hubo respuesta alguna. Porque lo que este no sabía es que todo era una trampa.>>
Narro la voz mientras yo observaba la escena y un fuerte dolor se adueñó de mi corazón. Tanto como si yo fuese el que estaba sufriendo la perdida en vez de aquel joven. De repente vi como un hombre se acercaba al joven por detrás y lo golpeaba en la cabeza con algo para aturdirlo. Luego el joven fue arrastrado y llevado a la parte de atrás de la casa donde se encontraban su familia amordazados.
<<Febio no lo sabía, pero el espía de la reina siguió a la joven hermana de este al bosque donde se dirigía el rey para verse con su amante, pero lo que el espía no sabía es que Artemia no iba a reunirse con el rey sino con su hermano. Cuando la reina confirmo sus sospechas mando a los príncipes junto con la guardia personal de estos para asesinar a la chica y a su familia. Pero antes de empezar amordazaron a su familia y los utilizarían de rehenes para apresar al hermano de esta, cosa que consiguieron. Ahora Febio se encontraba delante de su familia que habían sido torturados para que les rebelase el paradero de este. Cuando a Febio se le paso el mareo por el golpe vio horrorizado la escena. Su madre estaba herida y golpeada brutalmente, tanto que apenas se movía. Sus hermanos pequeños estaban también golpeados, pero menos. Y su hermana estaba tirada en el suelo con múltiples heridas, pero aún seguía un poco consciente. Y tras de ellos múltiples guardias y los cuatro príncipes.>>
- Ahora que tu hermanito a llegado, por fin podremos terminar con esto — dijo uno de los príncipes mientras amordazaban y ataban a Febio a un poste cercano a la casa.
- Si, pero antes le enseñaremos a esta pornaí que es meterse con nuestro padre y las consecuencias de ser su hetera — dijo otro de los príncipes mientras señalaba a la madre de Febio y dos guardias cogieron a esta y la arrojaron al fuego delante de sus hijos. La mujer grito de dolor cuando las llamas empezaron a consumirla achicharrándole la piel a la vez que esta rodaba por el suelo intentado salir del incendio. Mientras sus captores reían divertidos, sus hijos pequeños lloraban aterrorizados como su madre era consumida por las llamas. A la misma vez que Artemia gritaba el nombre de su madre y Febio luchaba por intentar romper sus ataduras.
- Calla estúpida, este es tu castigo por haber osado fijarte en nuestro padre — dijo otro de los príncipes abofeteando a esta con tanta fuerza que cayó al suelo y sangrando por la boca.
- Tranquilo hermano que no vemos terminado aun con ella — dijo uno de los príncipes al otro con una sonrisa macabra acercándose a la joven y mientras era sujetada por unos guardias a la vez que el príncipe rompía los ropajes de la muchacha para desnudarla frente a todos. Para luego empezar a toquetear a Artemia con lascivia a la vez que sus hermanos se acercaban como hienas hambrientas a su presa.
<<La joven grito y suplico clemencia intentado resistirse a los abusos, pero fue inútil ya que el príncipe la abofeteo y se lanzó sobre ella. Febio intento desatarse por todos los medios, ya que tenía que impedir que abusaran de su pobre hermana siendo el verdadero culpable de todo en vez de Artemia. Cuando consiguió romper las ataduras fue directo a golpear al príncipe, pero uno de los otros príncipes le impidió el paso blandiendo su espada y atravesando a Febio con esta. Pero eso no freno a Febio y con aun la espada clavada en su torso se dirigió a defender a su hermana. Este golpeo con todas sus fuerzas al príncipe para hacerlo aún lado y liberando a su hermana en el proceso. Pero al hacer esto uno de los guardias levanto su espada y dio un fuerte tajo a Febio abriendo el pecho de este en dos. Febio cayó herido al suelo delado por el dolor a la vez que escuchaba los fuertes gritos de su hermana y el estridente llanto de sus hermanos pequeños. Y mientras su visión se tornaba borrosa y su sangre fluía por sus heridas y se derramaba en el suelo como un rio de sangre. Escuchó a uno de los príncipes ordenar que asesinaran a los niños y los guardias agarraron a estos, y los llevaron hasta la hoguera donde antes estaba su casa y donde aún seguía ardiendo el cuerpo de su madre para lanzarlos. Al caer los niños en las llamas gritaron de dolor al igual que hizo su pobre madre. Febio al ver a sus pequeños e inocentes hermanos ser consumidos por las llamas intento arrastrarse con las pocas fuerzas que le quedaban para intentar salvarlo, pero otro fuerte grito llamo su atención. Aquellos hombres estaban otra vez sobre su hermana, abusando de esta y maltratándola, y este horrorizado no supo que camino escoger. A quien intentar salvar; a su pobre hermana que estaba siendo forzada por esos bellacos, o a sus inocentes hermanos de ser consumido por las llamas. Su indecisión fue por unos segundos, pero esto le consto muy caro. Ya que uno de los guardias aprovecho esto y clavo su espada a este por detrás, atravesando en su totalidad el pecho y el corazón del joven. Lo último que vieron los ojos de Febio fue como sus hermanos morían cremados por las llamas y como su hermana era abusada por esos monstruos. Y mientras el frio y la oscuridad lo consumía, presenciaba todo el dolor y muerte que el había provocado por su pecado...>>
Dijo la voz a la vez que yo presenciaba tal horrenda y dolorosa escena. Tan dolorosa que sentí mi corazón destruirse en mil pedazos como si el dolor de la perdida fuese mío en vez del joven. Y mientras el dolor y las lágrimas me consumían un torbellino de luz paso sobre mi sacándome de aquel lugar.
De repente todo se desvaneció y ahora me encontraba en medio de la oscuridad, gritando con el rostro invadido por las lágrimas y el cuerpo húmedo por el sudor. De repente una puerta se abrió con fuerza entrando alguien con prisas y gritando mi nombre. Apenas pude ver de quien se trataba, ya que estaba algo alterado por lo que había visto en mis sueños, aparte la oscuridad y la visión empañada por las lágrimas solo que se trataba de un hombre. Este intento acercarse a mí, pero mi primer impulso fue alejarme y gritar mas, cosa que lo hizo detenerse.
- Soy yo Gael — dijo aquella persona con una voz tranquilizadora a la vez que levantaba los brazos con cautela — soy Kieran — dijo dando un paso con cautela — tranquilo no voy a hacerte nada malo — hablo con calma intentado hacerme razonar — ¿puedo acercarme? — pregunto con cautela a la vez que yo me limpiaba las lágrimas de los ojos y así poder verlo mejor.
Tras limpiarme las lágrimas con el dorso de la mano pude ver mejor y con esto divisando a Kieran. Este iba sin camisa, vestido con solo un pantalón gris que parecía ser de pijama, con el cabello rubio algo alborotado. Este me miraba preocupado e intranquilo, intentando ser cauteloso conmigo para no asustarme. Entonces recordé todo lo que había pasado; a aquel oscuro callejón y mi agresor, pero también a Kieran defenderme y salvarme la vida. Así que un poco más cociente de todo asentí con la cabeza a la respuesta de Kieran y este se acercó rápido hacia mí, tanto que en pocos segundos ya estaba a mi lado.
- ¿estas bien? — pregunto interesado en mi a lo que yo respondí que si asintiendo con mi cabeza a la vez que él se sentaba a mi lado.
- ¿dónde estoy? — dije observando a mi alrededor buscando algo que me dijese donde estoy.
- Estas en mi cuarto, en mi casa — contesto el acercándose a la lampara de la mesita para encenderla — te quise llevar a un hospital, pero no sabía cómo íbamos a explicar lo sucedido — dijo mientras la tenue luz de la lampara iluminaba la habitación y con ello a Kieran. Al levantar la mirada pude ver su espectacular torso fuerte y musculado, con algunos leves arañazos y hematomas sobre su depilado pecho y atractivo abdomen — quise llevarte con tu familia, pero antes de desmayarte me pediste que no se enterasen de nada y yo respete tú decisión, pero lo único que se me ocurrió fue traerte aquí y curarte yo — continúo diciendo mientras yo intentaba no fijarme en sus marcados y depilados abdominales.
- Si, gracias, has hecho bien — conteste cerrando los ojos por unos segundos para resistir el impulso de pasar mi mano por cada irresistible cuadrado de su abdominal. Para luego obligarme a mí mismo a levantar la mirada y mirarle a la cara, pero al hacerlo me espanté — ¡por Diana! — exclamé alarmado por los moratones y heridas que este tenía en la cara que, aunque estos parecían curados seguían viéndose mal. Y instintivamente vinieron a mi mente los recuerdos de Kieran y aquel ser peleando juntos como bestias, y todo por defenderme.
- Tranquilo, se ve peor de lo que parece, pero estoy bien, lo importante eres tú — contesto con una leve sonrisa intentando que no me preocupase demasiado al ver lo alarmado que yo estaba — te cure la herida del cuello y la de la cabeza, pero quiero saber si te ha herido en algún lado más, ¿o te duele algo? — dijo analizándome en busca de alguna herida más.
- No, yo estoy bien, eres tú el que más herido estas — dije mirándolo de arriba abajo, preocupado y dolido por todo el daño que recibió por mi culpa, por salvarme — tu brazo, ¿está bien? — pregunté agarrando el brazo vendado de este preocupado. Ya que me acorde perfectamente como había recibido una fuerte herida en el por la mordedura de aquel tipo.
- Me encanta que te preocupes por mí, pero solo fue una leve mordedura de vampiro y esta curada — respondió con su atractiva sonrisa agarrando mi mano de forma intima con la suya.
Al hacer esto instintivamente levanté mi mirada y al hacerlo me di cuenta de que el me estaba mirando fijamente. Por lo que nuestras miradas chocaron la una con la otra, entrelazándose por un lazo invisible que me impedía apartar la mirada de el. Y que a la misma vez me atraía más y más como el magnetismo de dos imanes, mientras me sumergía en esos ojos azules del mismo tono que él océano. Y recorriendo con mi mirada las hermosas facciones de su rostro, perfilada y fina, pero fuertes y firmes, como la belleza felina de un tigre. La atracción que este ejercía en mi era imparable, como la fuerza magnética tanto que estuve a punto de volver a caer en sus labios. Pero este hizo un movimiento brusco con el brazo e hizo una mueca de dolor cosa que llamo mi atención y me sacó de ese embrujo.
- Perdona, ¿te echo daño? — pregunté bajando la mirada hacia su brazo, a la vez que me separaba un poco de este.
- No, he sido yo mismo que me he olvidado de la herida y he hecho un movimiento brusco — contesto mirándose la venda de su brazo para luego volver a mirarme. Como si quisiese continuar con lo que estaba pasando o estaba a punto de pasar entre los dos, pero antes de que se acercase más me levanté.
- ¿me podrías decir donde has puesto mi camisa y mi mochila? — pregunté intentado cambiar de tema.
- Ah, tu camisa está rota por eso te he puesto una mía y tu mochila esta hay mismo — contesto señalando hacia una silla donde estaba mi mochila y camisa hecha jirones — ¿si quieres ducharte puedo dejarte algo de ropa? — preguntó al verme a mi mirar perturbado mi camisa. Por un momento dude de su propuesta, ya que mi miedo y desconfianza innata me hace dudar de las intenciones de los demás. Pero al verlo así de herido por mi culpa y yo sin apenas algún rasguño, recordé que gracias a el estoy vivo y a salvo de lo que ese tipo quería hacerme. Y tras unos leves segundos acabé por aceptar su propuesta.
Al kieran darme algo de ropa para dormir me dirigí al baño para ducharme.
Mientras me duchaba no pude evitar en pensar en lo que había pasado con ese sujeto y en cómo estuvo a punto de pasarme algo horrible. De no ser por Kieran ahora mismo no sé qué sería de mi, ya que esta vez no podría recuperarme de ese duro golpe. Y aunque había pasado ya todo, seguía sintiéndolo todo. El terror por volver a pasar por ese dolor; como la peor de las torturas. El asco de sentir mi cuerpo machado allí donde este ha sido tocado o rozado por ellos, como si dejasen manchas que no pueden ser limpiadas. La agonía de tener que vivir con ese pesar como heridas esas que nunca cicatrizan y que constantemente están abriéndose para provocarte más dolor. Con todo esto viene el dolor y la tristeza, acompañado a las demás mientras revive la escena una y otra vez. En cada sueño, en cada mirada de otro hombre, en el roce o la voz de otra persona y a cada rato que estas solo. Esta noche por suerte no corrí con esa desgracia, pero me ha servido para revivir mis pesadillas y recordar lo que me mato por dentro. Y lo peor es que ese sujeto me conocía. El me hablo de aquella fatídica noche y dijo que me echaba de menos, aparte de las obscenidades que hacía y decía, sobre mi o mi cuerpo como si lo conociese. Lo que quiere decir que él fue el causante de mi desdicha y dolor, y lo peor es que me conocía. La sabia mi nombre lo que quiere decir que ha estado investigando o siguiéndome desde aquello. No sé si quieran acabo con el o pudo librarse, pero el no es el único del que debo preocuparme y que con el vendrán más males...
Después de haber estado arrodillado en el suelo de la ducha mientras lloraba y pensaba en todo, me ordene a mi mismo ducharme. No podía estar mucho tiempo aquí en la ducha o Kieran creería que me pasa algo y no quiero sentir lastima de nadie. Por lo que luego de ducharme me vestí y me miré al espejo. Aquí volví a ver lo que siempre veo de mi propio reflejo, un cadáver feo y macilento, marcado por la suciedad y heridas imborrables. Después cerré los ojos y me obligué a mí mismo a dejar de pensar en eso para luego ponerme la máscara. Aquella que siempre llevo para ocultar mis pesares, mi dolor, mi tristeza y agonía. La misma que utilizo desde pequeño para enmascarar lo que de verdad siento, para que nadie sepa lo que de verdad pasa conmigo y así no tener que crear una carga a más nadie. La máscara de las emociones o sentimientos que perdí y que no volveré a sentir jamás...
Al salir del baño busque mi teléfono para ver qué hora era y para coger un Uber que me llevase a mi casa. Así que al no encontrarlo en la habitación fui en busca de Kieran para que me informase. Al salir de la habitación me llego el delicioso aroma de la comida envolviéndome como cebo para presas y me condujo al salón. Este tenía la cocina abierta, separada solo por una leve pared que apenas ocultaba la mitad de la cocina. A un lado en el salón estaba una mesa con sillas para sentar a cuatro personas, y a unos cuantos pasos estaba la zona de descanso donde había un sofá en forma de L una pequeña mesa rectangular y una televisión bastante grande sobre un mueble blanco con una vitrina a un lado y dos estanterías superpuestas arriba de la tele, pero separadas en forma de escalón donde había diversas fotos y trofeos. Muy cerca de donde estaba la mesa había otra puerta que parecía conducir a otra habitación. Esta estaba entre abierta y por la leve luz que salía de esta pude ver que se trataba de un estudio por él escritorio que se veía junto a la pared, al igual que la mesa para dibujar muy cerca de este otro. La curiosidad me tentó a querer ver más, pero al escuchar los pasos de alguien llegar me di la vuelta para encontrarme a Kieran salir de la cocina. Este llevaba puesto una camiseta y traía con él una fuente con comida en ella, esta parecía ser algo de carne en salsa con pasta.
- ! Ah, pero si estás aquí ¡— exclamo sorprendido al verme para luego acercarse con la fuente para dejarla sobre la mesa — espero que te guste la pasta y mi carne en salsa — dijo al dejar la comida sobre la mesa y para luego mirarme con su magnética sonrisa.
- Estaba buscando mi teléfono, ¿me podrías decir dónde está? — pregunté evitando responder, ya que no esperaba quedarme a cenar y este me miro un poco aturdido, no por mi pregunta. Sino por mi tono cortante.
- Si, lo dejé en mi estudio — dijo dando la vuelta a la mesa para entrar por la puerta que yo antes vi y al salir venia con este en la mano — lamento decirte que recibió algunos daños, la pantalla no resistió el golpe y está un poco rota, pero se enciende — dijo nada más salir de la habitación y dármelo. Yo cogí y lo revisé. La pantalla tenía varias grietas y una leve mancha de tinta en la esquina, donde parecía ser el centro de las grietas. Al encenderlo pude ver que eran las once menos cuarto y casi me da algo al ver hora que era, además de todos los mensajes que tenía.
- ¿pasa algo? — preguntó Kieran a mi lado.
- No, solo que es muy tarde — conteste preocupado — debería de irme ya — dije guardando mi teléfono.
- ¿Te vas? — pregunto Kieran y yo asentí — al menos cena y si quieres te acerco yo a casa — dijo este — ¿o si quieres quedarte a dormir tampoco hay ningún problema? — sugirió con esa encantadora y convincente sonrisa.
- ¿cómo voy a dormir aquí? ¿estás de broma? — exclamé impresionado por su sugerencia.
- ¿Porque no? — preguntó encogiéndose de hombros — dormiríamos en habitaciones separadas y mañana te acercaría a tu casa y a la universidad — sugirió — además, si te vas tendrás que explicarle a tu familia tu herida de la cabeza y la del cuello, pero si te quedas para mañana estarán un poco curadas y podrás quitarte las vendas — dijo tentándome para quedarme mientras me miraba arqueando una ceja y mostrando su envolvente sonrisa. Cosa que tras meditar unos segundos acabé aceptando sentándome en la mesa.


Tras varias horas por fin llegué a mi casa, aturdido y cansado. Y nada más entrar me tuve que apoyar en la pared para no caer de rodillas, pero con las pocas fuerzas que tuve me tumbé en sofá ayudándome de la pared. Al llegar a este me dejé caer y grité adolorido, al sentir los cojines en mi cuerpo. Estaba herido y cansado, y apenas tenía fuerza para moverme más, pero al menos estaba cómodo. El sonido de mi teléfono resonó en mis oídos como el ensordecedor ruido de una enorme maquinaria, pero no tenía fuerzas para contestar la llamada. Pero aun así sabia de quien podría tratarse la llamada, ya que solo dos personas eran las que tenían su número. Mi socio Verón, o ese hombre. En cualquiera de los casos, las consecuencias eran las mismas. Ya que la misión se ha ido al traste. El objetivo acabo viéndome antes de yo atacase y cuando la tuve sometida para capturarla, se apareció su novio al rescate. Este me cogió por sorpresa y me ataco con furia, y apenas tuve tiempo para reaccionar. Yo luché con mi rival y le llegué a causar grandes daños, pero no conté con que el objetivo le ayudase. Estaba desprevenido y entre ambos aprovecharon para atacarme, perdí mi arma el trascurso de la batalla y salí gravemente herido. Ambos eran sobrenaturales y estaban en sus territorios, yo no cuento con ayuda de campo ni tampoco muchas armas. Ya que para no llamar mucho la atención apenas lleve armamento, solo mi arma y un cuchillo de combate, pero en un entorno que no había apenas agua para combatir. En resumen, el objetivo escapo con el otro y les perdí el rastro. Ahora seguramente estarán en alerta y avisarán a sus respectivas organizaciones para que me busquen. Lo que significa que la misión está en peligro, ya que perdimos el factor sorpresa y los brujos darán parte a las demás organizaciones para reforzar la seguridad de la ciudad. Esto no le gustara a mi colaborador, ya que nuestros enemigos estarán en guardia. Así que sea lo que sea que busca tienen que encontrarlo ya o será demasiado tarde para conseguir su meta. Y yo tendré que hablar con ese hombre, para que ponga en marcha algún plan de fuga para mi antes de que la cosa se ponga peor.



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