Jin Ling descubre un nuevo camino

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El manager salió del auto lentamente, conforme avanzaba sentía como se formaba un nudo en su estómago y que el nerviosismo se apoderaba de su cuerpo.

Estaba a tan solo un metro de aquel pequeño edificio ubicado a las afueras, lo suficientemente lejos de todo el barullo de la ciudad y con la posibilidad de disfrutar de una hermosa vista de la naturaleza. Hace años que Jin Ling no visitaba aquel lugar, con solo ver la fachada sabía que muchas cosas debían haber cambiado pero algo que se mantenía igual era aquel campo de flores al lado del edificio, donde una vez él y su madre habían sido fotografiados. Fijo su vista en las orquideas, admirando la manera en que estas se balanceaban lánguidamente por el viento, pero ni aquella escena fue capaz de tranquilizar a su nervioso ser.

Esto es una mala idea. Debería enviarle un mensaje a Huaisang, le diré que algo surgió con Sizhui y tengo mi agenda llena como para poder reprogramarlo.

Pensó en aquel brillante plan mientras sacaba su celular de su bolsillo, convencido que era una idiotez el haber aceptado la oferta del diseñador, pero se detuvo al escuchar la puerta de entrada abrirse.

—¡A-Ling!

Jin Ling soltó una maldición bajo su aliento, antes de guardar su celular en el bolsillo trasero de su pantalón, arreglando su expresión para mostrar una sonrisa al momento en que alzó su rostro.

—Huaisang, —saludó recorriendo aquel último metro.— ¿me estabas esperando?

Huaisang asintió con una amplia sonrisa. El diseñador estaba vestido de forma bastante simple, algo poco usual en él. Usaba una camiseta de cuello redondo blanca, un overol de pantalón en tono mostaza combinado con unas zapatillas deportivas.

Se notaba que había estado trabajando en sus nuevos diseños por cómo su cabello estaba amarrado en una desordenada coleta alta y por las manchas de pintura en sus manos e incluso mejillas. A pesar de la tecnología con la que contaban, Huaisang era excéntrico al hacer sus diseños con pintura y lienzos.

—Escuché cuando el auto llegó, así que pensé en venir a recogerte.

Maldición. Pensó Jin Ling, pero lo que salió de su boca fue:

—Que amable de tu parte.

—Bueno, entra. Te daré un tour por mi taller, desde la última vez que viniste hemos hecho cambios.

Jin Ling se adentró al edificio, siendo guiado por Huaisang. Le asombró que el lugar no fuera tan grande, aunque en retrospectiva era algo que debió esperarse siendo que estaba basándose en las memorias de su yo de cinco años.

El lugar era acogedor y bastante limpio, además para su sorpresa los colores que adornaban el lugar eran sobrios. Una vez pasando el recibidor había cuatro puertas, la de la derecha era algo así como el área privada de Huaisang, donde realizaba sus diseños e incluso tomaba inspiración.

La habitación estaba algo desordenada con telas, pinturas y lienzos regados por los escritorios y suelo, las paredes no estaban pintadas de colores sólidos sino que había pequeños paisajes. A Jin Ling le gusto uno con un lago con coloridas flores de loto.

La de la izquierda era el taller. Jin Ling no era capaz de ver el color de las paredes dado que casi todas estaban cubiertas por estanterías con impresionantes cantidades de telas. El lugar se sentía algo apretado a pesar del gran espacio con el que se contaba, había tres grandes mesas de trabajo, cada una con una máquina de coser y un pizarrón lleno de papeles que Jin Ling no era capaz de comprender. El lugar contaba con una cantidad obscena de maniquíes esparcidos por toda la habitación, algunos contaban con pedazos de tela encima, sujetados por alfileres mientras que otros solo tomaban espacio.

Super Trouper - ZhuilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora