Donde se hacen planes

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—No puedo creer que Zizhen se haya ido de vacaciones con JingYi. ¡Justo cuando apenas volví!—El manager se quejaba a la par que cortaba un pedazo del filete servido en su plato, con más fuerza de la que era necesaria al punto en que uno de los meseros comenzó a temer por el plato.

Frente al castaño, la publicista soltó una risita. Estaba segura que ese pedazo de carne a los ojos de Jin Ling se parecía a cierto compositar.

—JingYi finalmente tiene un tiempo de descanso de Lan Zhan. Obviamente iba a querer irse a juguetear con su novio para hacer valer todas las veces que Lan Zhan interrumpió sus citas. Aún me sorprende que sea un artista de alto mantenimiento, considerando que siempre ha dado esa aura de ser serio e incluso cerrado con sus managers.—murmuró la chica de forma pensativa.

Los Lan eran toda una caja de sorpresas.

Jin Ling soltó un bufido antes de meter un gran trozo de comida en la boca. Entendía que Zizhen quería estar con su novio, sería muy hipócrita de su parte no comprenderlo pero tenía tres meses sin verse en persona. Su comunicación se había basado en mensajes y videollamadas durante todo el tiempo de la gira, y ahora que había vuelto a su rutina de tener que asistir a Gusu, pensó que sería una gran oportunidad para volver a hablar con sus amigos después de tanto tiempo y actualizarse en los chismes de la oficina (Jin Ling evitaría hablar de su relación con Sizhui). Pero al llegar esa mañana se topó con la sorpresa que Zizhen se encontraba disfrutando unas vacaciones en compañía de cierto manager.

—Aún así, debió haberlo dicho antes.—volvió a quejarse tras terminar su bocado, soltando un suspiro.—Por lo menos como quien los unió debió haberme contado.

La publicista volvió a reír, en esta ocasión un poco más alto llegando a atraer la atención de algunos de los comensales del restaurante.

—Vaya Jin Ling, ¿Quién diría que te importaba tanto su relación? En lugar de manager creo que tu verdadera vocación es ser un casamentero.—declaró la chica asintiendo varias veces, ignorando la mirada ceñuda de su amigo.—¡Quizás en tu vida pasada fuiste uno! Como esos que salen en los dramas de época, teniendo todo un pabellón y con dolores de cabeza cuando algún soltero era imposible de casar por sus listas de requerimientos.

Jin Ling rodó los ojos pero dejó que la castaña continuara hablando, le entretenían las historias que A-Qing se creaba, por más locas que estas llegaran a ser.

— Seguramente creaste tantas buenas parejas que ahora estás siendo remunerado por ese buen karma. No solo tuviste la fortuna de nacer en una buena familia sino que también la suerte en el amor te ha sonreído.

Jin Ling casi se ahoga al escuchar lo último. Su mirada se concentró en la chica, quien mostraba una sonrisa presuntuosa. .

—N...No se de que me hablas.—tartamudeó.

Mentalmente se maldijo por la forma en que su voz había sonado con tanto nerviosismo que, sin duda alguna, no sería capaz de convencer a la castaña que nada había pasado.

—Ay Jin Ling, ¿podemos saltarnos eso? Sé que apenas estás en la flor de la vida, pero a mi edad uno ya no está para esos juegos de fingir no saber las cosas.

—A-Qing, apenas tienes veintitrés. Tenemos solo un año de diferencia.

—¿Y?—La chica le miraba con una ceja alzada, como si no entendiera el punto de Jin Ling.—En un año pasan muchas cosas.

El manager comenzaba a preguntarse si eso tenía algo que ver con el disgusto de la chica con las tramas lentas, había sido testigo de muchos arrebatos de A-Qing contra los personajes de sus juegos de romance.

Super Trouper - ZhuilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora