Perfecta, es la palabra con la que todos describen a la coronel alemana más conocida del mundo, bueno frente a todos no está lejos de serlo.
Es valiente, inteligente y cuidadosa... Pero una misión desatará lo verdaderamente importante de ella, ¿Com...
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—¡Metelo ya!—Gruño de malas.
—No sé puede, el agujero es muy pequeño.—Se defiende.
—Ábrelo más.—Intenta hacer lo que le dije pero no lo logra, por lo que termino haciendo yo el trabajo.
Tomó el pequeño brazalete de brazo dorado y tiro de los dos lados para separar las pequeñas hojas, luego lo paso por mi brazo y lo acomodo con las ojas hacía el frente.
—Vez como si se podía idiota.
—Tenía mis manos sudadas.—Se defiende el rubio.
—Lo que tu digas cárter.
Cuando termino salgo de la casa y Abel ya me esta esperando.
—No creo que se refirieran a eso cuando dijeron "Tematica Griega"—Lo miro mal y subo al auto.
—No me dijeron a cual bando tenía que pertenecer.—Hago un puchero en señal de que no me interesa nada.—No sé cómo acepté ir a esa estúpida... ¿Que es cena o baile?.
—Yo si, le ofrecieron algo de su interés por eso esta aquí... Creo que baile.—El resto del camino lo paso en silencio mientras jugueteo con el encaje de mi capa.
Al llegar al hotel donde se llevara a cabo el evento Abel intenta buscar estacionamiento pero todo está lleno de autos, por lo que nos toca aparcar a unos metros de la antrada. Antes de bajar tomo la cartera dorada y recojo el encaje de la capa para evitar ensuciarla.
Abel se baja y me abre la puerta para luego extender su mano para que yo la tome, luego de tomar su mano comenzamos a caminar en dirección a la entrada.
La calle está llena de chicas con hermosos vestidos blancos con detallas en dorado los cuales llaman mucho la atención de todos, no es para menos esos vestidos son hermosos.
—Bienvenidos al Olimpo.—Dice un chico con un traje griego muy eleborado.
—Buenas noches.—Saludo al chico.
Al entrar me quedo parada admirando el interinor, todo tiene hermosas flores blancas, las mesas están decoradas con pequeños adonises de cerámica, sin hablar de todos los detalles en dorado.
Noto varios vestidos de colores llamativos, casi todos dando alusión a algún dioses como "Hades, Afrodita, Atenea."
Un chico se me acerca y me ofrece tomar mi capa pero niego levemente, no quiero quitarmela aún.
Mi tío nota mi precencia en el lugar y me llama hasta el otro lado de la habitación, justo al frente de todos donde el y el presidente de Alemania están hablando con alguien a quien ya conozco y que por cierto no tolero. Camino hasta el lugar sin tomarle importancia a las miradas que tengo sobre mi.
—Buenas noches.—Saludo de manera formal al llegar junto a ellos.
—Interesante elección de colores para una temática como esta, ¿No es así comandante?—Habla el presidente y lo miro detalladamente.
