Perfecta, es la palabra con la que todos describen a la coronel alemana más conocida del mundo, bueno frente a todos no está lejos de serlo.
Es valiente, inteligente y cuidadosa... Pero una misión desatará lo verdaderamente importante de ella, ¿Com...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La voy a colgar y luego voy a matar al asqueroso mafioso italiano, pero primero la voy a colgar a ella.
Dejo la carpeta en la cama y trato de calmarme antes de ir a verla, no le quiero gritar pero si me molesta que no me lo haya dicho y que se lo haya guardado para ella. Salgo y me dirijo directamente a su habitación, Gabriel se me atraviesa en frente y lo aparto de un manotazo.
-Ahora no, quítate.-Le paso de lado y toco la puerta sin importarme que el clon me esté viendo.
No me habré y toco más fuerte, juro que cuando no me abra tumbo la maldita puerta.
-O abres por las buenas o la tumbo, Tayra.-La puerta se abre segundos después y entro casi llevándomela a mi paso.
-No hagas ruido, la vas a despertar.-Comenta y miro a mi princesita dormir.
-¿Porqué putas no lo dijiste?
-No es importante.-Mierda y más mierda.
Quiero ahorcarla y no de la forma que me gusta, maldita terquedad de mierda.
-Isabella, ese bastardo te...
-No lo digas, por favor.-Su voz suave se quiebra un momento y suspiro tratando de entenderla. -Se que talvez debí decirlo pero no me sentía lista... No es fácil.-Una sensación horrible se hace presente cuando la veo llorar.
Me acerco y la envuelvo en un abrazo que no duda en responder, dejo un pequeño beso en su cabello y lo peino con mis dedos.
-Necesitaba tiempo para sentirme mejor conmigo misma y luego hablarlo.
-¿Quieres hablarlo?-La tomo de los glúteos obligándola a envolver sus piernas en mi cintura.
Salgo al balcón y me siento en la silla que cuelga a un lado, se acomoda a su gusto escondiendo su rostro en mi cuello y levanto un poco mi cabeza para darle más espacio. Me impulso un poco con mis pies para mover la silla y la castaña se aferra a mi.
-No la muevas.-Sonrío moviéndola más fuerte.-¡Iván, no! Esta cosa se puede caer. La mandé a poner para Athena.
-No se va a caer, no seas miedosa, cariño.
-Si nos caemos ya vas a ver.-Nos quedamos un rato en silencio.
No hace falta hablar, todavía no está lista y no la voy a presionar. La siento juguetear con los trazos de mis tatuajes y me concentro en acariciar su espalda.
-Me siento de alguna forma, sucia. Tu hermana dice que es normal y que debo de centrarme otra vez en mis terapias anteriores y lo que aprendí.-Habla luego de un gran rato en silencio.
-No soy psicólogo pero no creo que sea normal, no es tu culpa y no deberías sentirte así. Digo eres completamente hermosa y lo que te hizo no define nada. No estás sucia y lo sabes, cariño.
