Jennie se acercó un poco y miró a lo lejos la festividad ─ Veo que olvidó invitarme a su festín ─ luego sonrió malévolamente. Pronto desató el nudo en el cuello que ataba su caperuza y al desprenderla con un solo brazo dejó relucir un hermoso vestido rojo, demasiado llamativo, que dejaba al descubierto sus hombros y clavícula, acentuando hermosamente su busto. Un criado se acercó a tomar su caperuza, mientras la meretriz observó a Lisa de arriba abajo penetrantemente por lo dulce y tierna que lucía la rubia.
Lisa parpadeó un par de veces hasta que finalmente pudo hablar ─ ¡¿Qué hace usted aquí?! ─ gruñó sujetando el brazo de la chica hasta arrastrarla a un pequeño y angosto cuarto donde solía tomar el té a solas.
─ ¿Es así como trata a sus invitados? Eso deja mucho de qué hablar ─ comentaba indignada, pero juguetona a la vez.
Lisa la miró con apuro ─ ¿Por qué ha venido? ¿Qué es lo que quiere? ¿No ha sido suficiente el dinero que le di la última vez? ─ cuestionó mientras Jennie contemplaba el cuartito con curiosidad. Al escuchar la última pregunta se detuvo y le dedicó una mirada seria a la rubia.
─ No he venido por dinero, he venido a traerle esto ─ dijo lanzándole una bolsa de papel que la rubia atrapó torpemente.
─ ¿Qué es? ─ preguntó abriendo la bolsa.
─ Es una hierba que le he conseguido desde Asia, ayuda a la fertilidad ─ añadió la prostituta. ─ dígale a su criada que la ponga a hervir con poca agua, beba un té de ésta todas las mañanas antes de su primer alimento.
Lisa olfateó la hierba e hizo un gesto desagradable ─ Es muy gentil de su parte conseguir tan extravagante planta... ─ dijo haciendo una mueca de asco, pero luego posó sus ojos en la prostituta que estaba atenta a su reacción ─ Pero... ¿a qué ha venido vestida así? ─ soltó altivamente.
Jennie se encogió de hombros y quiso abrirse paso a Lisa para salir por la puerta de madera ─ Porque supe que tenía un banquete y me invité sola ─ comentó restando importancia.
Pero Lisa volvió a tomar su brazo con velocidad antes de que la chica saliera ─ Eso no es una respuesta valida ─ gruñó logrando con su agarre que la más baja se girara de golpe y chocara contra el cuerpo de la rubia, dejando sus rostros demasiado cerca.
─ Lisa... ¿se puede saber por qué...? ─ Llegó Adam abriendo la puerta, Lisa alcanzó a apartarse de Jennie, pero su esposo se detuvo de preguntar cuando al abrir la puerta vio a Lisa junto a otra mujer encerradas, frunció el ceño al no conocerla, parecía bastante confundido. ─ ¿Quién es ella? ─ le preguntó a su esposa.
Lisa estaba más pálida que de costumbre, había llevado sus manos a su espalda para ocultar la planta que Jennie le había dado, pero un cosquilleo en su interior sentía miedo por haberse encerrado en aquel cuarto con una cortesana, tanto que no podía articular palabra alguna para contestar a su esposo, solo balbucear sin sentido.
─ Mi nombre es Katheryn Smith ─ Jennie contestó rápido al ver los nervios que acorralaban a su clienta ─ mi esposo, Oliver Smith ofrece sus condolencias al no haber podido venir ─ añadió con mucha clase, al grado que Lisa estaba boquiabierta con lo bien que Jennie improvisaba ─ Su esposa la Señora Wyllson fue muy amable al invitarnos, nos habló mucho sobre su gran empresa... Teníamos ganas de conocerle, mi esposo es dueño de una constructora en el norte de Londres. ─ dijo muy segura. Si algo tenía Jennie eran demasiadas historias en su cabeza, puesto que como prostituta conocía bien a sus clientes y Oliver Smith era sin duda uno muy reconocido del norte de Londres que había ocupado sus servicios al no lograr complacerse por su esposa Katheryn.
Adam miró a Lisa, no estaba enojado, cómo podría hacerlo si su esposa le había contactado con un posible cliente muy rico del cual aprovecharse ─ Disculpe a mi esposa Señora Smith, no me avisó sobre dicho tan provechoso encuentro ─ observó a Lisa. ─ Adam Wyllson, a su servicio ─ hizo una reverencia bastante pretenciosa, puesto que el hombre se había dejado llevar por lo sensual que lucía dicha mujer.
ESTÁS LEYENDO
LA MERETRIZ - JENLISA
FanfictionEn tiempos de la época Victoriana 1888 donde la sociedad londinense vive una doble moral, Lalisa Manoban contrae matrimonio con un burgués de la Ciudad de Londres, la presión social de ese tiempo le traerá un problema en su matrimonio al no poder c...