XIX

1.2K 140 29
                                    

Adam subió el volumen del gramófono, tensó su quijada mientras Irene se abrazaba de su cadera con una enorme sonrisa ─ Todo se acomodó ─ gimió feliz ─ Tendrás la herencia a tu nombre y podrás reclamarme desafiando a Patrick, juntos seremos una hermosa familia.

─ ¡Lo que estás diciendo, no es verdad! ─ gritó empujando a Irene de su agarre.

La chica lo miraba extrañada, sin embargo, pensó que probablemente no lo creía porque estaba igual de asombrado que ella, sonrió sujetando sus mejillas ─ amor, no es mentira, es real ─ murmuró.

Adam estaba petrificado, Irene tomó la mano de éste y la guio encima de su vientre ─ Es nuestro bebé, serás padre. ─ celebró con entusiasmo.

Adam negó reiteradas veces, quitó la mano de encima y se alejó de la mujer con un rostro lleno de repulsión─ ése niño que esperas no es mío ─ espetó.

Irene pasó un fuerte nudo en su garganta, tratando de controlarse─ Adam─ sonrió tratando de entender lo que se suponía sería una "buena noticia" ahora se convertía en la peor de todas ─ No es de Patrick, es tuyo, lo sé ─ gimió tocando su vientre ─ Es tu hijo, Adam, él que tanto añorabas, al fin serás papá.

Enseguida, Adam corrió tras ella para cubrirle la boca ─ No vuelvas a decir eso, yo no puedo tener un hijo contigo. ¿Cómo pudiste ser tan idiota?

Irene se apartó de su agarre, tenía su respiración golpeando su pecho, sus ojos lagrimosos lo miraban con asombro ─ no lo entiendo, al fin tienes todo lo que querías, y niegas a tu propio hijo.

─ ¿Todo lo que quiero? ─ cuestionó exasperado ─ ¿No te das cuenta de que ya tengo todo lo que quiero? ─ preguntó burlón ─ Te dije que lo primero que haré será pensar en mis negocios, nunca hablamos sobre tener un hijo.

─ Adam, creo que no estás viendo las cosas como yo ─ insistió la mujer entre lágrimas ─ Con tu dinero, puedes pedirme en un duelo o pagarle a Patrick, dejar a Lisa y vivir juntos ¿no lo entiendes?

─ ¿Tú crees que un bastardo heredará mi fortuna? ─ cuestionó. ─ Te dije que primero son mis negocios, y que quizá después me enfrentaría con Patrick, pero cómo voy a hacerlo si ahora ambos esperan un hijo.

─ ¡El bebé que estoy esperando es tuyo! ─ Irene no pudo contener más la desesperación, se echó a llorar al suelo, a Adam no le parecía atractivo que una mujer se viera tan débil, era tan humillante verla perder los estribos, y la atracción que sentía por ella poco a poco se estaba desvaneciendo, ahora tenía puesto el interés en otra chica.

Lisa ocupaba su lugar como esposa, y obviamente no la dejaría hasta que las tierras y el dinero estuvieran legalmente a su nombre, por el contrario, sentía una profunda atracción "sexual" por "su amiga" ese deseo impetuoso que una vez sintió por Irene, ahora lo sentía por Jennie, después de todo "Adam es un hombre y tiene necesidades" al menos así lo pensaba.

Jennie entró a la habitación, lo primero que vio fue a Rosé, que tenía un rostro pálido, la meretriz notó que la criada tenía un libro en su mano, a lo lejos vio una mecedora, dedujo que Rosé estaba sentada en la mecedora leyendo por el leve movimiento que esta terminaba de hacer. Lentamente sus ojos se posaron sobre la cama de Lisa, un bulto blanco envuelto en sábanas la hizo llegar a la conclusión de que la rubia estaba dormida.

─ No logro que quiera hablar y tampoco comer. ─ murmuró Rosé ─ llegó así desde que volvieron de su antigua casa.

─ ¿Qué pasó? ─ preguntó Jennie con su rostro anonadado.

Rosé se acercó más a ella y le susurró ─ Falleció su padre.

Acto seguido, la criada salió de la habitación dejando a Jennie encerrada junto a Lisa.

LA MERETRIZ - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora