Al día siguiente Lisa se había levantado desde muy temprano, a pesar de que toda la noche no pudo conciliar el sueño.
Tenía un dolor en el pecho que no la había dejado dormir, no sabía si era por Adam o por cómo trató a la meretriz.
─ Señora Wyllson, ¿quiere que le sirvamos el desayuno? ─ preguntó una criada.
Lisa asintió, pero antes de que la criada se marchara le llamó ─ ¿Ha visto a mi criada, Rosé? ─ la mujer asintió.
Minutos más tarde, la puerta de la recamara de Rosé se abrió abruptamente, la criada gruñó, pero al abrir los ojos su piel se tornó blanca al ver a su jefa parada frente a ella con una ceja arqueada.
─ Señora Wyllson ─ dijo asustada.
─ Supongo que ésta botella no es precisamente algo medicinal ─ dijo Lisa sosteniendo la botella con ginebra.
Rosé solo pasó saliva con fuerza.
─ Por favor, no me despida. Lo lamento mucho, solo quería descansar un poco ─ rogaba la pobre criada siguiendo a Lisa por toda la casa, mientras los empleados seguían limpiando. La rubia estaba poniéndose sus guantes y buscaba su sombrilla para salir ─ se lo suplico Sra. Wyllson, no volverá a ocurrir, le prometo que...
Lisa se detuvo en seco y la miró ─ No te voy a despedir, Rosé. No me molesta que te diviertas, sólo que estaba algo preocupada, es todo ─ murmuró.
Rosé frunció el ceño ─ ¿Va a salir?
─ Si, iré a la empresa de mi esposo─ avisó altiva.
Rosé casi grita de la sorpresa ─ ¿Él lo sabe? ¿Sabe que irá? ─ preguntó.
─ Él sigue durmiendo, no veo por qué no deba ir
─ Se molestará si lo hace sin avisar ─ comentó Rosé.
─ No me importa, de todas formas, siempre se molesta. ─ dijo saliendo de la casa.
Bugels estaba en el coche, y en cuanto vio a Lisa ésta le pidió que la llevara a la empresa de su esposo, mientras Rosé la seguía para detenerla ─ Por favor, no lo haga. ─ pidió jadeante. ─ ¿por qué quiere ir?
─ Porque quiero hacerlo, es todo ─ dijo Lisa.
Rosé la miró confundida ─Lisa, ¿hay algo que no me ha dicho? ─ preguntó incrédula.
Lisa se mordió los labios ─ Tengo curiosidad por ver las condiciones de los trabajadores, es todo. ─ dijo.
─ Bien, la acompañaré. Si algo sale mal al menos sabré cómo ayudarla ─ sugirió.
Lisa puso sus ojos en blanco y asintió, ambas mujeres subieron entonces al carruaje, en el camino observó detenidamente a su criada, ésta se veía feliz, cantaba una dulce melodía y se distraía con cualquier cosa que pasara por la calle.
─ ¿Con quién estuviste anoche? ─ preguntó la rubia.
Rosé se paralizó ─Solo con Doris y una amiga, es todo.
─ ¿Una amiga? ─ preguntó Lisa.
─ Ya sé que no debí haber preparado nada y mucho menos invitar a alguien, que teníamos mucho trabajo, pero...
─ Te he dicho que eso no importa, por mi puedes hacer las celebraciones que quieras, pero avísame para que mi esposo no se entere antes y te castigue. ─ dijo Lisa dedicando una dulce sonrisa. Rosé asintió ─ pero aún no me has dicho quién es tu amiga.
─ Es sólo una vieja amiga de hace años, me la encontré en el mercado y la invité.
Lisa achicó sus ojos y asintió incrédula ─Pues deberías invitarla más seguido ─ sugirió la rubia ─ digo, si es ella el motivo del porque estas tan feliz esta mañana no encuentro ningun inconveniente.
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LA MERETRIZ - JENLISA
FanfictionEn tiempos de la época Victoriana 1888 donde la sociedad londinense vive una doble moral, Lalisa Manoban contrae matrimonio con un burgués de la Ciudad de Londres, la presión social de ese tiempo le traerá un problema en su matrimonio al no poder c...