XVI

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...

─ Estaba conmigo ─ se anticipó Rosé, Lisa la miró perpleja, la criada titubeó un poco, notó que Adam se dirigió hacia ella mirándola con extrañeza ─ Escuchamos algunos ruidos y le pedí a la Señora Wyllson que me acompañara a ver si era algún animal o algo... al escuchar el disparo corrimos hacia aquí y no lo vimos a usted.

─ ¿Buscaste a Lisa en lugar de llamarme a mí? ¡¿Acaso no es obvio que debías llamarme a mí?! ─ cuestionó enfadado.

─ Yo le pedí que no te molestara, estabas dormido y decidí que era mejor ir a buscar por nuestra cuenta ─ dijo Lisa.

Adam frunció el ceño, aquello le parecía ilógico, como el hecho de que él no estaba dormido, más aún cuando no tenía minutos de haber ido a buscar a Lisa justo antes de oír al ladrón.

─ Señor Wyllson ─ llegó un policía a interrumpir.

Lisa y Adam se apartaron junto al policía que anotaba algo en un tablero que tenía en sus manos ─ Nos llevaremos al intruso a prisión...

─ Quiero poner cargos, quiero que lo hundan en la cárcel. ─ espetó Adam.

─ Si, pero, me temo que también va a acompañarnos, usted detonó el disparo justo antes de que el chico pudiera huir, tendrá que responder por eso. ─ avisó el oficial.

─ ¿Está hablando enserio? ¿Acaso no sabe quién soy yo? ─ preguntó un tanto desconcertado.

─ Tiene que declarar, pero le advierto que una vez que el ladrón se recupere éste puede poner una denuncia, y deberá responder ante ella. ─ dijo el oficial.

Minutos más tarde Adam subió a la patrulla junto a Lisa, ambos fueron a declarar mientras operaban a George del hombro.

Era cuestión de tiempo para que el sujeto se recuperara y decidiera levantar cargos contra Adam, la rubia en cambio estaba más preocupada por ser el "amante de Jennie" quien se había introducido a su casa, quería saber cómo se enteró en donde vivía y más aún, quería saber si George planeaba decir algo acerca de su encuentro con ella en el burdel.

Todo el día siguiente la rubia no dejaba de estar nerviosa, Rosé en cambio estaba un poco molesta, lo notó Lisa cuando le estaba apretando con mucha fuerza el corsé.

─ No te lo dije antes, pero, gracias por cubrirme con Adam, no debiste hacerlo ─ dijo Lisa mientras Rosé le arreglaba el cabello.

─ Tuvo suerte de haber llegado a tiempo ─ dijo Rosé ─ Verse con la señorita Kim es muy peligroso.

La rubia se congeló enseguida dedicando un rostro anonadado a la criada.

─ Sí, sé que tiene encuentros con la meretriz, no pienso negarlo más, y tampoco quiero saber qué clase de encuentros tiene con ella, pero sí le voy a pedir que por favor me avise cuando decida ir a buscarla, porque la próxima vez no creo poder ayudarle.

La rubia no dijo nada, sus mejillas estaban demasiado ruborizadas, sentía un poco de nauseas, insinuar que se veía con una prostituta era algo demasiado lejos y atrevido, aunque fuera cierto, no se sentía muy orgullosa de que los demás lo reconocieran, sí quería a Jennie, pero le apenaba, el cómo una mujer de clase alta tan fina y respetada hiciera algo tan bajo como encontrarse a escondidas con una prostituta.

─ ¿Estás lista? ─ le preguntó Adam arreglado con un traje de catrín y un sombrero tan alto y ostentoso que parecía absurdo.

Subieron al carruaje rumbo a la propiedad del duque de Sir Nicholas, el condado era demasiado lujoso, las calles eran demasiado extensas como los amplios jardines del rededor.

LA MERETRIZ - JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora