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Su preciado sueño, algo característico de Min. Podia pasar la vida entera entre cuatro paredes, solo en su amada cama. Ahora ahí solo podia sentirse asfixiado

Las paredes de un beige que algún dia fue blanco. Sabanas amarillentas desechadas en el piso con rastros de sustancias desconocidas y el amargo olor del Alfa

Una típica habitación de hotel fue su refugio. Paso dias ahi metido sumido en su desgracia. Los frascos de pastillas para dormir vacíos y rotos sobre la sucia alfombra

Ya no sentia su cuerpo con tantas sustancias en su organismo, solo queria dormir y desaparecer el dolor tanto físico como emocional, al menos unas horas, sentado en un rincón con el rostro oculto entre sus rodillas no sintió el paso del tiempo

Despertaba sólo encontrando la oscuridad y el olor a humedad. En total silencio  pues su lobo no estaba en mejor estado como para hablarle. No habian gruñidos ni reclamos, solo quedaban las olas de culpa y soledad

Los golpes y gritos de su amigo para él solo eran murmullos. Jung Hoseok permaneció tal centinela en el pasillo todos esos días. No queria invadir el espacio del pelinegro pero debia estar cerca, tenía miedo, no soportaría perder a alguien más

Cuando quizo llevarlo  a su casa Min se negó, seria el golpe final para su orgullo el ser visto tan vulnerable

La llamada de su abogado fue lo único que lo sacó. De un hotel pasó a una funeraria. En ese lugar donde dos féretros eran el centro de atención, rodeados de todas las rosas que el joven bailarín ya no recibiría

Desde una banca en el pasillo veía a todos entrar y salir, algunos le hablaban para dar el pesame otros solo le veian con lástima

Sus ojos solo podian enfocar el escalofriante objeto, la primera vez que vio dormir a su bebé estaba en una cuna, ahora su lecho eterno sería un ataúd ¿como alguien podia construir algo así? ¿No pensaba en el que seria usado por un cachorro?, por un pequeño que ya no podría crecer ni ser un gran pintor de dubujos feos. Su alfita ya no sería quien le diera besitos mágicos para sanar sus ataques de ansiedad, ya no haría berrinches pidiendo dulces que luego iria a compartir con su papi manipulador

Jimin...

Solo pensar en su nombre hacia crecer el nudo en su garganta. Era menos doloroso pensar en el toque suave de sus manos sobre la suya. su aroma sutil y refrescante arrullando sus sueños, su voz chillona que se transformaba en una melodía que abrigaba su corazón con parsimonia. El solo recuerdo de su sonrisa acariciaba su alma a la vez que la sumía en el remordimiento, lo único que hizo fue destruirlo

Su lobo se agitó de pronto al sentir el suave aroma floral, relacionandolo de inmediato al Jimin alegre despues de "una tarde de omegas". Alegre no era una palabra para describir al omega castaño que entró al recinto.

Llevaba nucha prisa, sus ropas costosas completamente desaregladas, su maquillaje corrido por las lágrimas y el sudor, supo el momento exacto que dio con él no dudando en ir en su búsqueda

Si habia alguien a quien darle la cara era a ese hombre, se puso en pie viendo la pequeña figura acercase parecía que se derumbaria en cualquier momento. Este mantenía su labio inferior atrapado entre sus dientes, con terquedad fingia ser fuerte. Se parece mucho a él ¿Estaba mal querer que lo abrazara?, engañarse y pensar por un momento que tenia a su Jimin entre sus brazos

La cachetada volteo su rostro, permaneció quieto viendo a la pared incapaz de enfrentar la mirada contraria

Lo merezco

- ¡¿como te atreves a llorar, hipócrita?! - el chillido llamo la atención de los más cercanos a la entrada

- ¡¿Estas feliz?!,-  apretó con fuerza sus puños resignado dispuesto a soportar los golpes en su pecho- ¿Qué mierda haces aquí?!, ¡vete!

- ¡amor!- el escándalo solo creció cuando el alto alfa llegó. Los golpes e insultos esta vez iban para él. Queria sacarle los ojos por no permitirle expresar su odio hacia Min y si mismo

Los fuertes brazos apretando con fuerza y delicadeza al mismo tiempo, las lágrimas escapando ante la impotencia de no poder evitarle ese trago amargo. Cuando las feromonas le rodearon pareció entrar en razón, vencido cayó al piso  cansado y con el corazón roto. Sus hipidos y llanto podían escucharse hasta afuera

Queria a su mejor amigo de vuelta

- Baek...

- Lo siento, lo siento- repetía buscando consuelo en el hombro de su novio

Min solo deseaba que le volviera a golpear, quizas así ya no se sentiría tan miserable.

Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora