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Los finos zapatos salpicaban el agua de los charcos que se iban formando, su piel se erizó por el frío que lo atacó, gracias a la delgada camisa blanca ya humeda

Riendo con una emoción rara que lo había acompañado todo el día, el pelinegro cubría con su saco al rubio omega que iba más adelante, este más serio pues no quería que la caja en sus manos se viera afectada por la lluvia

El guardia les abrió la puerta del edificio, internamente YoonGi agradeció que el portero les diera una amable bienvenida a pesar de la hora

Tras haber terminado la fiesta por su matrimonio y al fin poder arrancar a Jimin de los brazos de su padre habían salido rumbo a su nuevo hogar, ya pasaba la media noche

Sintió un dolorcito incómodo en su pecho ante el ambiente creado por su menor, era normal que los recién casados sintieran melancolía al abandonar su casa y empezar una vida lejos, pero el sabia que el tiempo que pasarían adecuando su nuevo hogar y yéndose de luna de miel, podría ser utilizado para compartir y disfrutar los últimos días del viejo

Al volver de su viaje convenceria al viejo para que le dijera la verdad a Jimin, el tenia ese derecho

- vamos es por aquí- pasó su brazo sobre los hombros del rubio y lo guió hacia el ascensor, rezando para que no estuviera descompuesto o que la tormenta no afectase la electricidad mientras estaban dentro

Como mucha suerte en un solo día no era algo de lo que pudiera disfrutar, el aparato estaba fuera de servicio y les tocó subir los cuatro pisos, agradeció la buena idea que tuvo al dejar las maletas en el auto, no tenía sentido si a la mañana siguiente tomarían un vuelo a Jeju, el lugar donde sería su luna de miel, ospiciada por Park Jihyun como regalo se bodas

Sentia que era una manera de joder, pues en el trato original, YoonGi se había negado a irse de luna de miel

Llegaron hasta la puerta que marcaba el número de su apartamento, sintió nervios mientras insertaba la llave, si una maldita llave, ni siquiera había un tablero para una clave, era obsoleto como todo el departamento

Se sintió avergonzado por traer a alguien acostumbrado a lo mejor a ese lugar, pero sabía que era Jimin y este se pondría a buscar cada lado positivo del cuchitril

- ¡Espera!

- ¿pasa algo?- extrañado vio al omega que rebuscaba en su bolso mientras mantenía en alto la misteriosa caja, de la que no se había separado durante todo el viaje en el ruidoso auto de Hoseok

- dejé mis medicamentos abajo, debo tomarlos a primera hora- culpable le tendió la caja - iré por ellos

- no es necesario- lo retuvo por el brazo- afuera esta lloviendo y puede hacerte mal, sabes que tus defensas no son buenas, quédate aquí, yo iré

Maldiciendo y tiritando por la ropa mojada corrió al auto que había quedado estacionado lejos del edificio, buscó en las maletas del omega y casi queda ciego por el arcoiris que era sus prendas, esperaría su próximo pago para comprarle ropa decente

En la otra maleta, con más ropa, estaba también algunos utensilios para cocinar, requisitos para la escuela donde empezaria a estudiar, bufó, por supuesto que el viejo Park le pagaría su amada carrera, era un viejo alcahuete que solo ladraba y jamás mordia a su amado cachorro

Fue hasta la cuarta en que encontró las píldoras, Jimin no dió una descripción de cual era la que ocupaba así que llevo todas las que encontró

Fue durante su cuarto mes como novios que descubrió las crisis que martirizaban  a Jimin, habían estado tranquilos viendo Coco, cuando Jimin empezó a culvusionar y quejarse de un fuerte dolor en su vientre y pecho, quedó helado cuando el omega cayó inconsciente y más cuando fue llevado en una ambulancia

Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora