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Actualidad

- ¡No es un poema!

El hombre pelirrojo levantó la mirada hacia su colega recién llegado. El detective Howard Chase se incorporó del lugar donde había estado de cuclillas, inspeccionando la serie de 20 agujeros que dejaron los proyectiles de un arma de alto calibre.

- Creí que te tomarías unos días libres, Jeon

El aludido negó, agitando su rojizo cabellos sobre su cara demacrada. No había podido dormir bien los últimos meses, mantenía su musculoso cuerpo en movimiento gracias a la cafeína y analgésicos para la migraña.

- No puedo quedarme en casa a perder mi tiempo

Corrección, no podía quedarse en casa viendo la vitalidad abandonar el cuerpo de su hermano menor.

- Te di licencia para que puedas cuidar de tu hermano.

- Y lo hago

Diablos si no, todo sus ahorros habían sido invertidos para pagar los mejores médicos y medicinas para Jungkook. Desde  tratamientos experimentales a los nada tradicionales con chamanes, había probado todo para poder volver a ver el brillo de vida en los ojos de su hermano, todo sin ningún éxito.

Agobiado y perdido entre ver a su hermano moribundo y su abuela con el corazón roto por eso, el detective Jeon no podía hacer más que tratar de ocupar su mente en el trabajo, aún cuando se suponía debía estar descansando.

Chase, su supervisor había sido empatico al darle un tiempo para su familia, pero el oficial Jeon ya no podía seguir en ese departamento que le asfixiaba, no podía ignorar más la voz que le ordenaba ingresar al departamento de los Min y saquear en busca de una prenda con el aroma que aliviaría un poco el sufrimiento de Jungkook.

Jeon Lihan era un hombre honesto, dedicado a su trabajo y jamás había quebrantado la ley, o al menos fue así hasta cinco meses atrás.

Cuando Jungkook enfermó y el doctor aconsejó traer una prenda de su omega destinado para realizar terapias de aroma a su alfa deprimido, Jeon fue en busca de YoonGi. Pero nadie supo darle razón de él, Min estaba perdido en su propio dolor, huyendo del mundo y no lo culpó, Jimin y su hijo habían muerto hacia tan solo días, suficiente  hacia con seguir respirando.

Desesperado y sin más opciones, ingresó a los laboratorios y sustrajo una camisa de Jimin, la maleta que se encontró en la escena del crimen había sido llevada como evidencia junto a posibles armas homicidas de la cocina. Tomó solo lo necesario para no ser descubierto y logró mantener vivo a Jungkook. El médico creía que con terapias de aroma, Jungkook podría mantenerse hasta que su lobo madurara y tuviese suficiente edad para sobrellevar el lazo roto.

Pero el aroma de la ropa desapareció con el tiempo y Jungkook recayó, fue entonces que Jeon tuvo que recurrir a YoonGi. Las cosas no salieron nada bien  y ahora no podía seguir tratando a Jungkook. Solo podía esperar a que su lobo muriera y que el delicado cuerpo del cachorro soportara para seguir viviendo como un beta.

El tiempo se acababa y para cubrir esa amarga realidad, dedicó su tiempo para encontrar al asesino que no solo acabó con la vida de dos personas ese septiembre.

Hace solo unos días, sus colegas de narcóticos habían dado con el cadáver de una omega y cuatro alfas, Jeong se volvía más descarado al ir tras omegas hembras y alfas ahora, debia ponerle un fin para que nadie tuviese que despedir a un ser amado por su culpa.

La escena del crimen había sido estudiada a fondo, todas las pistas posibles fueron recabados por el equipo, realizaron una minuciosa autopsia a los cinco cadáveres que encontraron, siendo su concentración el de la omega.

Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora