Especial

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Jimin caminaba un tanto cohibido entre los pasillos del edificio mientras  sostenía entre sus abrigadas manos el recipiente con la comida que había preparado  especialmente para su Hyung. Ese día YoonGi se había levantado demasiado  temprano. Como estaban en la época fría, quedarse acurrucado en las mañanas invernales eran una tentación  por lo que su sueño pesado no le dio tiempo de prepararle el desayuno antes de que se fuera.

Una de las pocas cosas que odiaba de su mayor  era su casi religiosa adoración  por el trabajo, hasta el punto de saltar sus comidas si algún caso le era encargado.

Si bien  era cierto  que no tenía un omega  y por ende instintos que le hicieran sobreprotector, le era imposible permitir  aquello, su esposo tenía que estar bien alimentado para que pudiese seguir impartiendo justicia y hundiendo a los malos. Por otro lado no sólo el humano también  su lobito, tenía que estar sano para que siguiese siendo suavececito al acariciar. Porque por muy gruñón  que fuese, el lobo negro era un  amante de los mímitos, en especial si eran bajo su barbilla.

Hizo un puchero al recordar  que hace mucho no lo veía, YoonGi pocas veces lo dejaba salir pues no solian llevarse bien

- buenos días, ¿puedo pasar?

Jimin le sonrio a la secretaria por mera cortesía. La mujer no era para nada de su agrado, desde que llegó  a trabajar con su Hyung solía darse cierta confianzas que al omega le daban muy mala espina. Nayeon también  no era muy buena ocultando su desagrado hacia el rubio.

- señor Park, que bueno verle- quiso golpear la cabeza de la beta contra el escritorio pero eso podría dañar el almuerzo de su esposo así que solo se trago el disgusto - temo que no puede pasar, esta tarde hay junta con los socios, YoonGi pidió no ser molestado

Podía escuchar el triunfo  saliendo junto a aquellas palabras

- a mi si me recibirá- antes de que la mujer pudiese decir pío, se encamino a la puerta de la oficina presidencial

La mujer hizo el intento  de seguirle siendo interceptada por la pasante encargada  de las copias

- ¿acaso estas loca?, el señor Min es originalmente  el dueño de todo esto, podría correrte con un chasquido

Con un gruñido  se volvió a sentar en su silla con los brazos  cruzados, maldito mocoso

Jimin entró a la gran oficina, sintiendo escalofríos tras desaparecer  su arranque de valentía, YoonGi odiaba  ser interrumpido mientras trabajaba. Tragó en seco viendo los matices neutros y fríos que dotaban el lugar de elegancia. La decoración  en nada era su estilo, el prefería colores con más vida, colores pastel como las sudaderas y pijamas que por lo general usaba.

En el centro  de la habitación  con los ventanales  a su espalda  dando vista a un majestuoso día lluvioso, estaba YoonGi  atrás de su escritorio de madera caoba, demasiado  ocupado en documentos aburridos culpables  de que ignorará su presencia. Su ceño se  mantenia fruncido, más de lo habitual, pero sus labios  hechos una perfecta raya eran señal de que no estaba de malas pulgas

- Yoon...

El alfa enseguida sacó las narices de su computadora al escuchar la chillona vocecita del omega, el rubio le sonreía  desde la entrada. El mal humor del alfa se hizo  presente, el día había sido una mierda y ahora ahí está Jimin para terminarlo de empeorar
Por otra parte su lobo  despertó  de su siesta con un gruñido

Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora