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Una llamada entrante interrumpió su lectura. Tenia una media hora leyendo el mismo párrafo, su cabeza incapaz de procesar la información. Toda esa situación afectaba su rendimiento como uno de los mejores profesionales en derecho penal

- Min YoonGi

- Joven Min- parpadeó incrédulo, esa voz tenia mucho de no oírla

- Lee..

- Buenas tardes, Joven- el tono formal y sofisticado, casi podia ver su rostro estreñido

Cuánto odiaba a esa mujer

- antes que nada, me gustaría ofrecer mi más sentido pésame

- ¿Qué quiere?

La vieja beta nunca fue de su agrado, lo menos que necesitaba era su hipocresía

Escuchó un suspiro irritado del otro lado de la línea, el mismo que soltaba cada vez que se equivocaba en su redacción, hablaba sin pedir la palabra, manchaba su ropa o hacia cualquier cosa que un cachorro de cinco años no debia. Reir o llorar era un crimen por el cual perdería su derecho a tocar el piano.

Habia sido un dia de mierda, lo menos que quería era hablar con su antigua institutriz

- pronto será una fecha importante, los antiguos colaboradores de Min Inc hemos organizado una ceremonia en honor al aniversario luc...

- señora Lee- disfrutó callarla, en otra ocasión estaria siendo golpeado con una regla o libro

- Con todo respeto, váyase al diablo

Cortó, colocando el teléfono con brusquedad. Al menos se ahorró el montón de reclamos que de seguro incluirían palabras como grosero y cualquier otro calificativo lo suficientemente comedido para poder ser parte del vocabulario de la mujer

¿Una ceremonia?

No fue al maldito sepelio, menos iría a rendir honores en su aniversario

Solo esperaba que su amado padre estuviese ardiendo en el quinto infierno.

El piso le dio la bienvenida, su cuerpo reboto contra el frio mármol de la enorme estancia.  El metálico de la sangre haciendose presente tras el certero golpe en su mejilla

El lobo en su interior gruñia mientras retrocedia humillado, no tenia el valor para hacerle frente a ese hombre

- ¡E-eres un maldito!, ¡no quiero verte mas! ¡Tu lo arruinaste todo!

La voz ya le salía rasposa por llevar un buen rato gritando y por el nudo en su garganta. A sus veinticinco años se veia como un cachorro acorralado en el suelo con lágrimas saladas de impotencia e ira

- ¡Dime eso cuando dejes de depender de mi dinero!- con fuerza desmedida fue puesto en pie, sus cabellos negros presos por las manos de su padre

Haciendo uso de su ventaja aparto el cuerpo del alfa mayor con un empujón que casi lo manda al suelo

- ¡¿como pudiste hacer eso?!, ¡eres un maldito!

- ¡se trataba de tu futuro!, ¡yo no iba a permitir que mi hijo fuese un mediocre músico!

Sus uñas se enterraron en sus palmas con un grito se fue encima del hombre. El puñetazo con el que lo derribó fue lo último que tendría de él. Sonrió entre lágrimas cuando el agudo dolor en su pecho marcó el rompimiento de su lazo paterno

- Te odio- se dio la vuelta rumbo a la puerta. La mansión Min era una cárcel a la que jamás iba a volver

Ya podia ser parte de él, huir. Era la mejor salida antes de enfrentar algo que terminaria por destruir su corazón frágil. El era débil, no importaba cuan fuerte se viera, en el fondo siempre sería ese pequeño niño que fue abandonado en la vieja casona de su abuelo.

La mañana siguiente de enterrar a su madre en lugar de recibir palabras de apoyo o un mísero abrazo solo le demostraron lo miserable y solitaria que sería su vida

El olor a nuevo de su auto lo recibió, se sintió mas miserable cuando vio la radio, una melodia apenas se escuchaba al estar el volumen bajo

Frustrado sacó sus garras destruyendo el aparato en segundos. Tantos años de estudio, noches en vela en la que paso componiendo, sus libretas llenas de letras y lágrimas. Sus dedos adormecidos tras horas y horas de práctica en su viejo piano, todo con un objetivo

La Escuela de Artes en New York

Una carta, una maldita carta fue suficiente para destruir sus sueños. Un simple papel con palabras amables comunicando lo inútil que era. No fue suficientemente bueno para ingresar

Cumpliendo el trato con su progenitor, pronto se vio rodeado de libros, ensayos, artículos, leyes, portafolios y anhelos desechados en el basurero de la facultad de Derecho.

Río, se reía de su estupidez, era su padre de quien hablamos, el alfa tenía influencias en todos lados. Falsificar una carta de admisión no debio ser una tarea difícil.

Lástima que no consideró el que uno de sus antiguos maestros le reprochara el haber dejado sus sueños a lado. Una simple coincidencia que lo hizo remover el pasado encontrando la conspiración de la que fue víctima.

El lo manipuló, solo lo estaba usando. La ira creciendo atacó a la razón, haciéndole considerar la venganza como una dulce salida

Min Jeesung pagaría por haber arruinado su vida

El le quitó sus sueños, él le quitaría lo que mas amaba

Su imperio.

Uno que por azares de la vida dependía de su  buen desempeño como pretendiente del estúpido heredero Park.

Talvez era tiempo de terminar el  cortejo que le habia sido impuesto. Así Park Jihyun rompería cualquier trato con ellos, ese Alfa acabaría con su padre al ver a su tesoro sufrir. Era un gran plan

Después de todo su corazón no es el que iba a terminar roto.



Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora