Mi Fortuna ||Yoonmin||

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- Es un placer hacer tratos con usted, señor Min- el alfa extranjero habló con un pronunciado acento mientras le tendía la mano

YoonGi correspondió el apretón, esforzándose  para dar una sonrisa cordial, si el holandes bien lo notó, no podría recriminar su poco interés, suficiente hacía con  salir de su casa para atenderlo

- nuevamente, le ofrezco mi más sentido pésame, echaré de menos la buena cuchara de su esposo, era un omega excepcional

Con un asentamiento despidió al abatido pelirrojo, mordiéndose la lengua para no reírse en su pecosa cara, era más una broma entre Jimin y él, no importaba  el que Jimin se negase a creerlo pero nadie le quitaba de la cabeza que ese hombre tenía un crush con su esposo, desde el mismo día en el que lo invitó a cenar a su departamento y fueron presentados, el hombre se mostró embelesado por el omega que todavía conservaba una tierna pancita tras haber dado a luz, avergonzando a Jimin con sus insensantes alagos, cosa que lejos de molestar a YoonGi le divertían, no podía ponerse celoso del pobre hombre que vestía aquel saco amarillo pollito y zapatos verdes, se fue a la cama cuestionando a Jimin sobre la receta de la pasta y si esta no incluía algún hechizo que tenía al alfa babeando por él o el como de pronto Tae le parecía más pelirrojo , recuerda haberse ganado un almohadazo cuando logró hartarlo con sus burlas

No lo culpaba, solo alguien tonto y ciego no se fijaría en lo hermoso que Jimin se había vuelto, esa estupidez de que la seguridad en uno mismo es el mejor maquillaje se comprobaba al ver a Jimin, con el paso de los años dejó atrás sus ropas anchas que le hacían ver como una monja, optando por algo más acorde a su cuerpo sin dejar del todo atrás ese estilo cómodo y apapachable, luciendo más seguro las partes de su cuerpo que se habían ensanchado tras el embarazo y que hacían de él alguien tierno con ese añadido de sensualidad nata que fue descubierta en el camino

El mismo tenía cierta debilidad al verlo volver de sus clases, el traje blanco se  amoldaba a su cuerpo, los pantalones del mismo color cubriendo el trasero respingon, sus cabellos rubios sudados por el uso de su gorro y el bolso negro al hombro, guardando sus tareas, que para YoonGi serían la cena

De pie en medio de su oficina, ese pasado donde lo esperaba ansioso, para ver cual seria el plato del día o para que lo relevara en el cuido del bebé, se veía tan distante

Cansado se desplomó en la silla , tomó una botella de agua para pasar las aspirinas que sacó del bolsillo, una reunión a primera hora no era lo mejor para sus migrañas

Con suma paciencia puso el tapón en su lugar antes de ponerla sobre la mesa, sonrió al ver como el rostro de Jimin se deformaba en el reflejo jugando con la ilusión óptica que creaba el agua pasó a dejar a Taehyung con ojos enormes y seguido con él, su rostro no era gracioso así que dejo el retrato familiar en paz
Concentrándose mejor en el peluche que  estaba al lado

Sonriendo lo tomó, riendo con más ganas al recordar el día que lo compró, o más bien la noche, había sido años atrás cuando apenas tomaba las riendas de la empresa, empecinado en hacerse con el completo control y dejar en claro que estaba capacitado para el cargo, solia quedarse hasta tarde, trabajando  los fines de semanas, incluso el día que se supone sería libre también era usado para trabajar desde casa, esa noche en particular tuvo una importante reunión hasta muy tarde, luego de estacionar, se arrastró fuera del coche, cargando con todo el exceso de trabajo en los días anteriores, como un ciervo asustado se ocultó tras la camioneta de su vecino cuando vio a Baek y uno de su tantos novios salír, no porque temiera del omega más si por lo que este llevaba en la cabeza

Un gorrito de fiesta, entonces recordó

Era el cumpleaños de Jimin

Maldiciendo se subió al coche de nuevo,  su buen sueño y tranquilidad peligraban en cuanto entrara al departamento con las manos vacías, aceptando así  que no era más que un alfa insensible qué   había olvidado el cumpleaños de su esposo