Pasado
Jimin tiró la cadena del inodoro y cerró los ojos para no ver como como el remolino de agua se llevaba todas las sustancias asquerosas que habia expulsado.
El bebé fue calmo y se mantuvo incógnito durante días, solo bastó que su papá omega viera las dos rayitas en la prueba de embarazo para manifestarse con náuseas y vomitos. Las primeras semanas fue difícil sobrellevar los malestares junto al continuo estrés al que lo sometían sus constantes discusiones con YoonGi. Se sentía tan solo, la ausencia de su alfa y el saberse sin ninguna otra familia, lo hizo extrañar a su papá más que nunca.
Al menos agradecía que las náuseas eran menos que antes, ya se manifestaban solo durante la mañana, el resto del dia podía dedicarse a otras actividades como comer y dormir. Debido a su reposo obligatorio no podía hacer más que eso. Las cosas con YoonGi iban bien ahora, podía descansar más tranquilo sabiendo que el alfa estaba dormido en la sala y no en un bar.
La situación estaba mejor, pero eso no significaba que habia olvidado lo sucedido, pasaron varios días antes de aceptar a YoonGi en su nido y tardaría mucho más tiempo antes de poder sentirse seguro de su cambio.
Débil y sintiéndose como un zombie mutilado, Jimin se arrastró a una pared donde recostó su espalda, en espera de tener fuerzas para levantarse, sentía que los azulejos giraban a su alrededor.
Gimió débil deseando que los brazos de su alfa llegarán a socorrerlo.
Como si eso fuera posible, YoonGi no entraría ahí hasta que hubiera desaparecido el mal olor.
No lo culpaba, ni se molestaba con él, el pelirrojo alfa lo ayudaba a su manera a pesar de su inicial respuesta negativa ante la idea de ser padres. Jimin pensó que sus achaques terminarían por espantar a su esposo, que este no podría llevar la carga y se retractaria en su decisión de ser parte de la vida del bebé, pero la suerte sonrió a su favor en esta ocasión y YoonGi tomó el rol de esposo que necesitaba.
Talvez la culpa era quien lo impulsaba a hacerlo, sin embargo Jimin, optimista como era, pensaba que con el tiempo sus acciones serían por amor y no por mera obligación o remordimientos.
Culpa o lo que fuese, agradecía las atenciones de su esposo.
YoonGi era un alfa muy listo y letrado, excelente en muchas cosas como conseguir una pausa en sus estudios y que pudiera retomarla más tarde sin perder ningún crédito, pero todavía habían algunos asuntos que no podía cubrir del todo, como la cocina, era un completo desastre, Jimin se preguntaba como es que sobreviviria si no hubiera corrido con la suerte de casarse con un buen cocinero.
Sobrevivieron gracias a un restaurante de comida casera y a los guisos de la señora Jeon. La anciana había sido un ángel en sus vidas. Cuando no había más opción, YoonGi era el encargado de deleitarlo con su "buen sazón".
Para su sorpresa, el alfa que había quemado sus cucharones y ahumado sus cacerolas, un día simplemente llegó a casa, tomó una olla y vertió unas hierbas de extraña procedencia y cuando el brebaje estaba listo, le tendió una taza humeante, ese día había sido considerado como uno apestoso, que era como llamaban a los días en los que Jimin pasaba media mañana en el baño.
Cuando el líquido amargo calentó su estómago, el malestar se fue de forma milagrosa. YoonGi le contó que su compañero de trabajo solía tomarlos en su embarazo y se lo había recomendado. Ambos agradecieron el buen consejo. Y Jimin siguió tomándolo al ver sus buenos resultados
- ¡Jimin!
La voz de YoonGi se oyó lejana, le gritaba desde la entrada de la habitación, quería poner distancia lo más que pudiera del olor a vómito. Como alfa puro era muy sensible a los olores.
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Mi Fortuna ||Yoonmin||
FanfictionPark Jimin era un omega afortunado. A pesar de tener una vida llena de lujos como el único heredero de la fortuna de los Park, habia sido víctima del rechazo y críticas desde niño, todo por no ser un omega normal, pero nada de eso importaba ya. Ese...