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-Hablemos

-Ahora no

-¡¿Entonces cuando?!- Jimin se alteró en su tono, ya cansado de que el alfa tratara de evadirlo

YoonGi podía salir todas las malditas noches a emborracharse y hacer sabe la luna que cosas, pero nada cambiaría, un bebé seguía creciendo en su interior

Su primer cachorro

¿Como podría disfrutar de tal dicha si su alfa veía a su hijo como un intruso?

Jimin sabía que el bebé llegaba para cambiar muchas cosas, que los planes que ambos tenian se tendrían que cambiar o renunciar a ellos del todo, sin embargo la actitud de YoonGi lo hería.

- No hagas esto, Jimin- YoonGi cerró los ojos trataba de calmar a su parte animal la furia se sentía caliente en su garganta desde que recibió la noticia del bebé.

Era de madrugada y apenas volvía al departamento, estaba tomado como las últimas semanas y por supuesto que le molestaba estar discutiendo cuando solo quería dormir.

-Es que no entiendo, todo iba tan bien y ahora, ahora, tú pareces como si me odiaras

Dolido era la forma de describír la manera en que el omega soltó aquella frase

Los típicos malestares del embarazo no se manifestaron en Jimin, estuvo varias semanas sin siquiera imaginar las consecuencias que había dejado el celo de YoonGi.

Jimin no tenía un aroma muy fuerte que delatara su estado, ni el agudo olfato de YoonGi fue capaz de detectarlo, no habían nauseas o vómitos, Jimin solo notó que estaba subiendo de peso, aunque atribuyó esto a su reciente apetito excesivo.

El ciclo de sueño también se le alteró, batallaba para no quedar dormido en clase, y solía llorar por la mínima cosa

No se hubiera enterado del embarazo de no ser por uno de su compañeros de clase, habían estado en una lección de práctica, el olor a carne cruda lo llevó a terminar vaciando su estómago en uno de los cubículos.

Sus compañeros que presenciaron todo trataron de ayudar y uno de ellos en son de broma sacó a relucir la posibilidad de un "bollo en el horno"

Las dudas y cuentas trajeron las dudas a Jimin y finalmente lo confirmó con una prueba de embarazo.

Parecía gracioso como el resultado de una prueba de embarazo que solo costó unos wones había desencadenado tantas fracturas en su tranquila vida y su matrimonio.

Jimin sabia sobre los posibles temores de YoonGi, la turbulenta historia con su padre no le había dejado un gran deseo por experimentar la paternidad, razón por la que pensó en darle tiempo para asimilarlo

Pero pasó un mes y nada cambió, por el contrario empeoró

El alcohol era el mayor problema, YoonGi parecía haber perdido el control con la bebida, apenas pasaba en casa ya sea por el trabajo o por estar inconsciente en la barra de algún bar.

Llegaba a casa solo a cambiarse para ir a trabajar, de ahí ni siquiera pisaba el departamento, prefería irse a emborrachar.

Al principio era así, pronto el trabajo también dejó de ser importante, la vida del alfa se resumía prácticamente en tomar, su rendimiento bajó, lo que trajo reclamos y una amenaza de ser despedido.

Incluso Namjoon llamó para advertirlo. Que fuera el esposo de Jimin no le aseguraba el empleo en la firma de los Park. Eso fue lo último que faltaba, Jimin tuvo que dejar su docilidad para enfrentarlo en esa charlas, antes de que YoonGi cayera en una adicción o peor, que terminara herido en algún accidente o en una de las tantas peleas en las que se andaba metiendo por su irritabilidad.

Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora