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Con zapatos recién lustrados, un traje azul a la medida y el pelo bien peinado, Min YoonGi recibió todas las miradas de apreciación que el personal médico tenían para él.

- Señor Min- una enfermera extranjera lo saludó detras del mostrador de recepción, con una emoción mal contenida

YoonGi se abstuvo de verla con molestia, para sonreír lo más afable posible

- señorita Wilson, es bueno verle

La mujer puso un mechón de cabello tras de la oreja, tratando de verse lo mas atractiva que pudiera tras dos turnos en el hospital.

- El señor Min ya fue trasladado de vuelta a la habitación, el doctor le hizo los últimos estudios esta mañana, asegura que pronto será dado de alta

- Lo sé, el doctor me lo dijo esta mañana, pero de todas maneras quise pasar a agradecerle lo que ha hecho por mi

De alguna manera no mentía al respecto, la mujer había sido muy amable al mantenerlo al tanto del avance de Jimin, tras de que el omega se habia negado a verlo durante las dos semanas que había estado en el hospital.

- Es un placer ayudar, señor Min, y por esas bellezas puedo asumir que al fin podrá ver a su omega, dele saludos de mi parte

YoonGi asintió y bajando su mirada al hermoso ramo de flores que sostenía le arrancó una y se lo tendió a la mujer. Le entregó la única rosa que tenía.

Suspirando para aminorar los nervios se dirigió al ascensor para llegar al cuarto piso donde estaba Jimin.

En la caja metálica, dio golpeteos con su pie, mordia sus uñas, muriendo de anticipación por llegar y ver a Jimin tras tantos días separados. Estaba practicando en voz baja su discurso de disculpas, ignorando la mirada juzgadora que un joven pelirosa tenía sobre él. En el ascensor atestado de personas insignificantes, YoonGi no tenía mente para el pelirosa que abrazaba a un osito de peluche.

Tenía mucho que arreglar y sabía que unas flores no harían la diferencia ante lo que había hecho, pero quería marcar un cambio, razón por la que estaba en sus mejores ropas, tratando de quitar la última apariencia que le dio a Jimin.

No le daba flores desde que finalizó el cortejo, la culpa crecia al estarlo haciendo nuevamente en un hospital y no en casa cuando Jimin pudo apreciarlo más.

Cuando llegó a la tenebrosa puerta, soltó el aire contenido antes de tocar con suavidad, no quería perturbar el descanso de Jimin, pero también moría por verlo, no le gustaba la idea de saberlo solo, era atendido por el personal del hospital pero de ahí no tenía ningún familiar acompañandolo

Jimin no tenía a nadie más que él y Baekhyun, por alguna razón, el omega no dijo nada de lo acorrido a Byun por lo que el metiche seguía de viaje por Milán en un desfile de moda por su trabajo como modelo, razón por la que YoonGi no estaba colgado en algún puente o el fondo del río Han. Jimin también se negó a denunciarlo a pesar de la sugerencia de su médico.Cosa que YoonGi agradecía, aunque sabía que merecía ir a prisión.

Ya que eso no sería arrestado, se dedicaría a usar la oportunidad que Jimin le dio para enmendar su error.

YoonGi no recibió ninguna invitación a pasar, sin embargo sabía que su olor ya había delatado su presencia. Sin demorarse más abrió la puerta y asomo la cabeza con algo de timidez.

En una cómoda camilla Jimin tomaba lo que quedaba de su desayuno tardío, había estado siendo examinado por lo que no pudo comer antes, su rostro no denotaba ninguna emoción al urgar entre la gelatina con una cuchara plástica.

- Jimin

Habló el alfa entrando con paso lento hasta plantarse a los pies de la camilla. Jimin permaneció imperturbable al levantar la mirada hacia él, estando el alfa de pie y Jimin acostado, debía sentirse en ventaja, pero su situación lo hizo bajar la mirada, incapaz de descubrir odio en los ojos miel de Jimin.

Mi Fortuna ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora