El beta dio el último sorbo a su café y tiró el vaso al basurero, incómodo metió las manos a los bolsillos de su abrigo, desde la banca donde estaba sentado podía verse a Baekhyun hablar por teléfono en el otro lado del pasillo, se rindió al ver que el omega besaba la pantalla despidiéndose de su alfa por milésima vez, ya cansado de esperarlo decidió adelantarse y volver a la habitación primero. Tomó la bolsa que descansaba a su lado, esta contenía el sándwich que había comprado para el guardaespaldas que había contratado.
El hombre estaba trabajando arduamente, llevarle algo de desayunar era lo mínimo que podía hacer tras haberlo dejado a solas con YoonGi.
Caminó sin ninguna prisa, silbando por lo bajo, sonriendo afable al personal médico de esa área y a algunos pacientes quienes ya le conocían como el guapo beta de sonrisa de corazón
Saludó a la dulce anciana que estaba realizando ejercicios de movilidad junto a su enfermero y tomó el pasillo que llevaba a la habitación más alejada y cara del hospital, la sonrisa leve que habia estado en sus labios desapareció y su rostro palidecío al ver la solitaria puerta, importandole poco, soltó la bolsita con comida y aligeró el paso.
Pronto se encontró corriendo por el pulcro piso que chirreaba bajo sus zapatos, ¿Por qué el guardaespaldas no estaba en su puesto?. Sabía que no debía dejarlo solo.
Siguiendo su instinto y dejando de lado cualquier precaución giró la perilla y empujó la puerta que impacto con dureza en la pared, el buen descanso de los pacientes era lo de menos ante el temor que le infringian las alarmas activas en el monitor que media los signos vitales de su amigo
Al entrar lo primero que encontró fue al guardaespaldas, amordazado en el piso gemia y se retorcía intentando llegar a la camilla. Apresurado y esperando lo peor giro su rostro hacia donde estaba su amigo, su sangre pareció ser sustituda por agua glaciar al ver a una enfermera alta inyectando algo en el cuello de YoonGi
Ante su interrupción, de la impresión "la mujer rubia" soltó la jeringa que se rompió en el piso ya sin su contenido
Hoseok era abogado y no un doctor pero no necesitaba serlo para saber que lo que esa persona inyectó era lo responsable de los temblores y convulsiones que el cuerpo de YoonGi empezó a manifestar
- ¿Namjoon?- preguntó estupefacto a la vez que se acercaba con indecisión
La "enfermera" llevaba un uniforme blanco que se notaba que era demasiado pequeño para su cuerpo alto y musculoso, en la cabeza llevaba la cofia que estaba enredada entre los cabellos rubios de lo que distinguió como una peluca, el alfa se había esmerado con el maquillaje pero reconocería el rostro de su antiguo mentor universitario, quien también era un viejo amigo del padre de Jimin
- ¡¿Qué diablos haces?!- el frío glaciar del miedo fue reemplazado por la cólera en sus venas, solo entendiendo que ese amable hombre que conoció en su época estudiantil estaba dañando a su amigo
Sin dudarlo se abalanzó hacia el tomándolo por el cuello con la intención de alejarlo de YoonGi, empezaron a forcejear, empujando en el proceso la camilla y uno que otro aparato médico
Namjoon siendo un alfa era mas fuerte que un beta, Jung sabía que no podria dominarlo pero era alguien persistente y no dejaría que ese hombre tocara a YoonGi de nuevo, agitado, el beta empezó a pedir ayuda a gritos
- ¡No, no es lo que parece!- logró decir Namjoon mientras Hoseok le ahorcaba y sarandeaba contra la pared
- ¡suéltalo!- chilló alguien por atrás, lo siguiente que Hoseok supo fue que había recibido un tremendo golpe en la cabeza que lo tiró al piso
Adolorido soltó a Namjoon y se sostuvo de la camilla de YoonGi viendo a su agresor pelirosa que aún sostenía el zapato con el que lo había golpeado
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Mi Fortuna ||Yoonmin||
FanfictionPark Jimin era un omega afortunado. A pesar de tener una vida llena de lujos como el único heredero de la fortuna de los Park, habia sido víctima del rechazo y críticas desde niño, todo por no ser un omega normal, pero nada de eso importaba ya. Ese...