Capítulo 1

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Me mudé de ciudad

Celeste.


Soy de las personas que no le gusta estar con mucha gente y heme aquí, en un aeropuerto en el cuál está repleto de personas, mi padre va por nuestras maletas mientras que yo me quedo parada ahí, en medio aeropuerto.

— Listo linda — Dice mi papá dándome la maleta — Celeste, deja esa cara, no es tan nuevo como parec...

No termina de decir todo, cuando una mujer peli roja choca con él, botándole la maleta.

— Como lo siento, no fue mi intención — Dice la mujer levantando la maleta — No estaba viendo, que tonta.

— No te preocupes — Agarra la maleta mi padre — Soy Marcus — Le da la mano.

— Soy Jessica — Le da la mano también sonriente

— Papá — Digo entre dientes dándole una mirada fulminante.

— Ella es Celeste — Me pone la mano en la espalda ignorándome — Mi hija.

— Mucho gusto Celeste — Dice la mujer que posiblemente pueda ser mi futura madrastra.

No digo ni una sola palabra solo le doy una sonrisa fingida dándome media vuelta y caminar hacia la entrada.

Mi papá es el tipo de hombre que toda mujer quisiera tener, alto, de ojos verdes, tatuajes es sus brazos y un cuerpo de un chico de 25 años, no parece un hombre de 37 años y yo soy de esas hijas súper celosas «Él quiso una hija ahora se aguanta»

Salgo afuera y minutos luego aparece mi padre guiándome a la camioneta negra que espera con ¿¡Escoltas!?...

— Desde cuándo tenemos escoltas — Le pregunto a mi papá viéndolo con el ceño fruncido.

— Desde que aterrizamos en Carolina del Norte — Dice dándome un beso en la frente.

Subimos a la camionta que nos lleva al lugar donde se encuntra nuestra nueva casa, un luegar el cuál tiene unas casas que son de las preferencias de papá y de las mías.

Bajamos de la camioneta y entramos a nuestra casa que esta totalmente decorada, hicieron un buen trabajo los que decoraron «Me gusta»

— Tu habitación esta en el segundo piso — Dice mi señor papá sin quitar la vista en su móvil — Espero te guste.

Subo al segundo piso entrando a mi habitación. Okay, veamos, una cama con sábanas blancas y muchas almohadas, vamos bien, un pequeño sofá cama junto a la gran ventana, me gusta....¡Oh espera esa es una pintura de Frida Kahlo, no, una no, dos!

— ¡Papá! — Grito desde mi habitación — ¡Quítame está pintura de aquí, me aterra!.

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Al día siguiente

Luego de que mi hermoso padre me quito esas pinturas tan...aterradoras, puse dos retratos dónde salimos él y yo, ¡Mucho mejor! La verdad es que esa pintura nunca me ha gustado, siento que me mira y no la quiero en mi habitación nunca.

— Celeste se hace tarde para el colegio — Décima vez que me lo repite.

Bajo y desayuno con él, siempre lo haciamos en Boston, era una costumbre, luego de que terminamos salimos de casa subiendo al nuevo auto de papá, el cuál grita, soy el mejor doctor de Boston en Carolina como todos los autos que ha tenido.

Color miel『En edición』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora