San Diego, California
Vivi
Fin de semana.
Cuando salimos de fin de semana con mamá es una locura, siempre nos hace apresurarnos porque llegaremos tarde, como si fuéramos a viajar en un avión, o sea si lo haremos, pero el avión es de nosotros, podemos salir a la hora que queramos, pero al parecer a mi madre no le queda muy claro eso.
—Vivi Anderson ¡Baja ya! — Grita desde el primer piso.
—¡Ya voy, mamá, relájate! — Le digo estresada. Me estreso muy rápido y mamá no ayuda en nada.
Termino de hacer mi cola en el cabello y tomo mi móvil saliendo de mi habitación, bajo y están dos de nuestros escoltas metiendo maletas a la camioneta, mamá está caminando de aquí a allá buscando algo, Tanner está en el sofá con su móvil y papá termina de bajar laa últimas maletas por las escaleras.
—¿No has visto mi iPad? — Pregunta mamá.
—No es aquella de allá — Señalo dónde se encuentra su iPad — Relájate, mamá.
—Llegaremos tarde.
—Tenemos un avión, mamá, nuestro avión, podemos salir cuando queramos.
—Lo sé, pero igual tenemos que llegar puntual.
Rodeó los ojos y mi móvil vibra en mi mano con una notificación, es Alex indicándome que está afuera de casa. Lo sé, preguntarán ¿Tu novia irá? ¿Cómo hiciste para convencer a tus padres? Pues la verdad no fué tan fácil y menos con Tanner, se negó a llevarlo, les rogué hasta de rodillas, literalmente y les recordé que también tengo que presentarlo con mis abuelo, al final dijeron que si, pero sé que no será algo normal. Es primera vez que llevamos a alguien está conmigo sentimentalmente.
Salgo de la casa dirigiéndome al portón viendo a mi chico. Alex es un chico rubio, de ojos verdes, es perfecto para mis gustos y llevo alrededor de 2 años enamorada de él, nunca se lo dije hasta hace 3 meses se me declaró, fué un momento tan lindo para mí y sin duda acepté.
—Hola — Saludo sonriendo mientras el portón termina de abrirse, cuando se abre por completo me le tiró encima abrazándolo y él hace lo mismo.
—Hola, guapa — Salida él, separándose de mí para dejarme un beso en los labios — ¿Todo bien?
—Si, ahora que estás tú.
—Aún no puedo creer que tus padres me dejarán ir — Toma la manija de su maleta adentrándose a la casa conmigo.
—Yo tampoco — Me río — Costó, pero se logró.
—Mis nervios atacan en el peor momento, justo ahora, por ejemplo.
—Ay, tranquilo, peleón — Digo en un tono burlón y tierno.
Le puse ese apodo porque una vez uno de mis amigos me abrazó, no me sentía bien y él me abrazó para no me sintiera sola, Alex se puso celoso y le dijo que ¿Por qué me estaba abrazando? Se veía tierno enojado y diciéndole a mi amigo que no me abrazará, que al final nosotros dos nos reímos y eso hizo enojar más a Alex, de ahí nació el apodo peleón.
Nos adentramos a la casa y cuando mis padres ven a Alex sus cara no tienen explicación, se ven enojados, felices, arrepentidos, ¿Orgullosos? No lo sé, la verdad, pero mamá se acerca a saludar al chico a mi lado de un beso en la mejilla, que él recibe y ha papá le estrecha la mano, duda por un momento, pero al final acepta, está en modo papá celosos y que puedo decir de Tanner, esté no se mueve del sofá y solo se digna a decirle "Hola". No quieres aceptar que su hermana menor tiene pareja, le tocará acostumbrase.
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Color miel『En edición』
Roman d'amourCeleste es una chica de 17 años la cuál se muda a Carolina del norte en su último año de colegio. En su antiguo colegio la trataban como la rara y nunca tuvo una amiga, pero al llegar a Carolina su vida cambiará y la llevará a conocer al chico de su...