Tal vez en otra vida pueda ser su chica
Celeste.
¿¡Qué hace ella aquí!? La rubia se acerca a Tanner con una sonrisa.
—¡Sorpresa amor! Dime que me extrañaste — Habla Ivanna dándole un beso corto a Tanner.
—¿Qué haces aquí? — Es lo único que pregunta Tanner.
—Me nombraron como capitana de porristas, tengo que estar aquí ¿No estas feliz?
—Si, lo estoy, pero me hubieses avisado.
—Oh, tal vez no hubiese traído a... — Sophia me señala con la mirada haciendo que Ivanna me vea.
—¿Qué hace ella aquí? — Frunce el ceño viéndome de arriba a bajo.
—Lo mismo que hacemos todos aquí — Le responde Christian.
—Pero se supone que no es nada de nosotros — Recuerda Ivanna haciéndome sentir mal.
—Tal vez la trajo porque su madre le pidió que la trajera, como es su paciente — Habla Sophia haciéndome mirar a Tanner confundida.
—Yo no la traje por ese motivo — Le dice Tanner a Sophia tirándole una mirada fulminante.
—Ay Dios, todos aquí sabemos que eres su supuesto amigo por lastima, tu madre te pide hacerlo — Escucharla decir eso me hace cristalizar mi ojos.
—¿Eso es cierto, Tanner? — Pregunto en un hilo de voz.
—No, lo digo en serio — Trata de acercarse a mi pero retrocedo.
—¿Sabías que yo era paciente de tu madre?.
—Si, pero no es lo que tú estas pensando....
—Creo que no debería estar aquí — Lo interrumpo dándome media vuelta buscando la salida.
—¡Vete con cuidado bonita! — Me grita Sophia mientras salgo por la puerta principal de la casa.
Todo este tiempo pensé que al fin había encontrado a alguien con quien sentirme segura, alguien con quien podia confiar, pero no era así, es absurda toda mi vida, nunca voy a poder confiar en nadie, ni en mi propia psicóloga, me duele que las personas me hablen por lastima o porque alguien se los piden, yo solo quiero tener amigos que de verdad quieran estar conmigo.
Salgo de la mansión del amigo de Tanner, no tengo ni idea de donde estoy y el que me trajo no me llevará así que me dirijo a la playa que está frente a la mansión, son alrededor de las 3:30 de la tarde y yo me encuentro sentada en la arena frente al mar, queriendo llorar pero también quieriendo demostrar que soy fuerte así a nadie le interese lo que me suceda, busco en mi móvil el número de papá para que venga a buscarme pero cuando estoy apunto de marcarle, alguien grita mi nombre detrás mío, me doy la vuelta y veo a Christian caminar hacia mi dirección.
—Te busqué por todas partes, pensé que te habías ido — Me dice cuando termina de acercarse.
—Le marcaré a mi papá para que venga a buscarme.
—Puedo llevarte, si quieres — Ofrece señalando detrás suyo.
—No, pasaré años sin volver a confiar en nadie — Vuelvo mi vista al frente y Christian se queda unos largos segundos en silencio.
—¿Puedo sentarme? — Cuestiona señalado a mi lado y yo asiento con la cabeza sin quitar la vista del mar — ¿Quieres hablar de lo que sucedió?
—No lo entenderías, nunca has tenido que lidiar con la soledad, mírate eres demasiado lindo y tienes amigos, yo no he tenido ni uno y justo cuando pienso que encontré a alguien resulta ser que mi psicóloga lo mando a ser mi amigo ¿Para qué? ¿Para no sentirme sola?
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Color miel『En edición』
Roman d'amourCeleste es una chica de 17 años la cuál se muda a Carolina del norte en su último año de colegio. En su antiguo colegio la trataban como la rara y nunca tuvo una amiga, pero al llegar a Carolina su vida cambiará y la llevará a conocer al chico de su...