Capítulo 5. Blackjack, Reina.
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El silencio que se crea luego de oír el nombre que ha salido de la boca de Matteo es uno denso, dándole paso así a que seamos capaces de escuchar, muy a lo lejos, el ruido amortiguado de música proveniente de alguna fiesta cercana.
Matteo -que parece haber vuelto a la realidad-, baja de encima suyo a la chica que había sentada en su regazo y suelta su cigarro en el cenicero, todo mientras sus ojos se fijan en los míos.
—No es posible que estés vivo. Te dieron por muerto hace cinco años.
De parte de Aleksandr no puedo oír nada, pero lo que le dice a Matteo no parece ser de su agrado, pues el italiano aprieta su mandíbula y desvía su mirada, bajándola a la superficie llena de cigarrillos, botellas de alcohol y bolsitas de drogas en su escritorio.
—¿Qué es lo que quieres, Aleksandr?
Del otro lado del teléfono el ruso parece empezar a darle indicaciones a Matteo, ya que este busca un bolígrafo entre todo el desorden del escritorio y empieza a escribir. Segundos después baja el teléfono.
Aleksandr ha colgado.
En silencio Matteo despacha a las chicas, que toman sus vestidos y, luego de haberse cubierto, huyen despavoridas, dándole paso al silencio y a una incógnita que no deja de resonar en mi cabeza: ¿Qué fue lo que Alek le dijo?
Mi pregunta parece ser también la que suena en la cabeza del lamebotas de Matteo, porque solo hace la puerta cerrarse a sus espaldas para Jeremy se acerque más al escritorio del italiano, curioso por la llamada.
—¿Qué le dijo?
Matteo me mira con recelo, como si esperara que de la nada saque una pistola y le apunte a la cabeza, entonces vuelve su cabeza a Jeremy mientras presiona un botón de su teléfono de mesa incesantemente, alterado.
—Que quiere ver a Becka.
—No comprendo, ¿Lo dijo así, textualmente? O...
—No me lo dijo así, pero me dio indicaciones de que la mande a la recepción a las ocho en punto. Si no es para verla, entonces no sé para qué es.
La sangre de mi cuerpo baja a mis pies, al mismo tiempo mi corazón late con fuerza luego de haber oído su petición.
Él quiere verme... Joder, quiere verme. A mí.
Al parecer la emoción que siento es obvia en mi cara, pues la alteración del italiano empieza a volverse furia conforme pasa el tiempo mirándome. Finalmente, su mirada fulminante se aparta de mi cuando la voz de Lina suena del otro lado del teléfono en altavoz.
—Matteo, ¿Qué pasa?
—¿Por qué has tardado tanto en responder? Te he estado llamando desde hace quince minutos.
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Blackjack, Reina {A #2}
Любовные романыLibro II de la bilogía 'Azares': Blackjack, Reina. ♣ · ♥ · ♣ · ♥ · ♣ · ♥ · ♣ «Empezó en Las Vegas y terminará en Las Vegas» · ♣ · ♥ · ♣ · Las cosas no habían salido del todo bien para Becka hace seis años y, esta vez, las cosas no sald...