♣ · Capítulo 9 · ♣

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Maratón 1/3

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Maratón 1/3

Capítulo 9. ¿Qué pasó aquí?

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Pov's Aleksandr Vólkov

Presente.

La llamada de Becka me tiene ansioso.

Es verdad que estoy harto de esperar y que ya no aguanto el hecho de que cada vez que quiero ver a Becka o a la niña deba hacerlo a hurtadillas, como un ladrón, pero debo ser paciente hasta encontrar la cabeza de la mafia italiana o esto nunca terminará.

A mi lado se encuentra Rhett, que vigila las entradas y salidas del casino para que nada se nos escape. El malnacido de Matteo no va tocar ni la acera del local hasta que acabe con todo esto. En cuanto a la herida de bala que Gunther le hizo en la cabeza, por fortuna Michael logró sacarlo antes de la explosión y tratarlo a tiempo.

Estuvo a punto de no lograrlo.

Me distraigo mirando el reloj que yace en la pared de la pequeña habitación escondida discretamente bajo el suelo del casino, inquieto, no percatándome de que Rhett ya no se encuentra inclinado hacia atrás mientras se estira con pereza, sino que está de pie justo detrás de mí. Solo cuando lo oigo tragar agua y, posteriormente, hablar en voz alta, me doy cuenta de ello.

—Recuérdame por qué no podemos subir, matarlos a todos y ya. Tenemos el equipo suficiente.

Miro de reojo al pelinegro y suelto suspiro profundo.

—Todavía tenemos que dar con el mafioso para el que trabaja Matteo. Está más que claro que ese adicto no es el cerebro de todo lo que se hace bajo el nombre de la Casa Nostra.

—Ya, claro... Además de que quieres acabar con toda la mafia italiana desde la raíz.

—No es sólo eso, es que no sacaré a Becka de ahí para correr el riesgo de que pase lo de la última vez.

A mi lado el pelinegro se encoge en su sillón con el ceño fruncido y la mirada fija en la pantalla que hay frente suyo. Lo conozco. Sé que está harto de esperar, pero es necesario. Ya he corrido demasiados riesgos solo porque deseaba verla.

—De sólo verlo me dan ganas de matarlo —murmura Rhett, acercándose a la pantalla exageradamente.

—¿A quién?

—¿A quién más? Al muerto ese.

—Todavía no está muerto, pero cada vez falta menos para que lo esté —murmuro luego de tomar un sorbo de agua. El calor aquí es insoportable.

—No, no. ¡Literalmente está muerto! ¿En qué momento pasó eso?

Me irgo en mi silla, intentando ver en la pantalla que Rhett tiene enfrente qué está pasando. Cuando logró tomar una vista panorámica de todo lo que está pasando por las cámaras, siento cómo cada fibra de mi cuerpo se pone alerta, tensándose.

Blackjack, Reina  {A #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora