Capítulo 22. Cayendo otra vez.
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Tomo una bocanada de aire mientras sigo esperando a que Aleksandr abra la puerta, pero sólo hay silencio del otro lado.
Me parece muy raro que él no responda, teniendo en cuenta de que se ha tomado la molestia de mandar a dos personas a buscarme. Finalmente, la puerta se abre y Aleksandr aparece del otro lado de ella, usando una ajustada camiseta sin mangas, permitiéndome así ver su hombro herido envuelto en gasas.
—Entra —me ofrece pasar, echándose a un lado de la puerta y dejando ver la oscuridad de su habitación detrás. Luego de pensárselo un par se segundos, niego.
—Mejor hablemos aquí afuera, así cuando terminemos solo tendré...
Oigo a Alek soltar un bufido, y luego siento su mano tomar la mía con firmeza.
—No. Entra.
Al pisar la habitación y la puerta ser cerrada, no me queda otra que esperar a que Aleksandr haga su primer movimiento. Me quedo quieta y en espera hasta que siento al ruso pasar por mi lado, y lo que parece ser una eternidad después, una luz es encendida y toda la habitación es alumbrada.
—Siéntate —me indica, señalando la cama.
Aunque no quiero obedecerlo, me obligo a dejar de comportarme como una niña malcriada y a ser juiciosa.
Mientras menos drama haga, más rápido se terminará esto.
Una vez me encuentro sentada, cruzo mis piernas y miro a Alek fijamente.
—¿De qué querías hablar?
—Necesito que le digas a Madness que es mi hija.
Rasco la punta de mi nariz con suavidad, y poco a poco una mueca va apareciendo en mi cara.
—Directo al grano, como siempre —Aleksandr no responde, simplemente se queda en silencio, esperando a que diga algo más—. ¿Y por qué lo tengo que hacer yo?
—Eres su madre.
Juego con la esquina de mi labio, todavía sin apartar mi mirada de la suya, y niego.
—No. Si tanto quieres que lo sepa, díselo tú.
Me pongo de pie y camino hacia la puerta, dispuesta a irme. Pero antes de siquiera llegar a tocarla, Aleksandr me detiene y pega su pecho contra el mío, causando que mis suaves senos se peguen por completo contra su duro pecho; para luego inmovilízame con sus brazos. A causa de nuestra cercanía, puedo sentir su respiración chocar contra mi cara suavemente, a la par que su pecho sube y baja con tranquilidad.
—Escúchame, Becka. No sé qué veneno te metieron en la cabeza en estos últimos seis años, pero que te quede claro de que yo no soy tu enemigo.
Sonrío con cinismo. —Casi no se nota.
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Blackjack, Reina {A #2}
RomanceLibro II de la bilogía 'Azares': Blackjack, Reina. ♣ · ♥ · ♣ · ♥ · ♣ · ♥ · ♣ «Empezó en Las Vegas y terminará en Las Vegas» · ♣ · ♥ · ♣ · Las cosas no habían salido del todo bien para Becka hace seis años y, esta vez, las cosas no sald...