Blackjack, Reina {A #2}

♣ · Capítulo 25 · ♣

Capítulo 25. Necesito de tu ayuda.

♣ · ♥ · ♣ · ♥ · ♣ · ♥ · ♣

Pov's Aleksandr Vólkov

Existe gente inoportuna, y luego está Sonya.

Becka se encontraba solo a solo unos segundos de decirle a Madness que es mi hija, que bastante me costó que ella aceptara decírselo, y de la nada se le ocurre a Sonya volver de entre los muertos.

Pasan varios segundos en que todo se queda en silencio en la sala, y no es hasta que redirijo mi mirada hacia Becka y que veo su cara de horror, que no termino de digerir la noticia del voyeviki.

—¿Sonya? ¿Sonya Levy? ¿Qué busca ella aquí? —pregunto confuso y con los pensamientos revueltos, intentando adivinar cómo hizo para escurrirse de las garras de Raffaele, pero sobre todo cómo puedo quitármela de encima lo más rápido que me sea posible. Pero Sonya parece tener otros planes, porque de la nada ella irrumpe en la habitación, agitada.

—Necesito hablar contigo. Es urgente —es lo primero que dice.

Me pongo de pie al mismo tiempo que entra Caleb en la sala, caminando de lo más calmado. No parece molesto con que Sonya haya entrado en la habitación de esa manera. Lo miro con confusión, esperando una respuesta de su parte, pero nada coherente sale de su boca, o al menos no para mí.

—Adelante, óyela. Su historia es muy creíble.

No sé descifrar si en la voz de Caleb hay enojo, confusión o sarcasmo. Simplemente las palabras abandonan su boca rápidamente, confundiéndome más sobre esta situación.

Algo está pasando, empezando porque se supone que Sonya no está viva.

Miro de reojo detrás de Sonya, captando la imagen de un niño de unos ocho años que se esconde de mi con ayuda de su cuerpo. Al instante mis músculos se tensan y mi mirada sube hacia su cara.

—Puedo explicarlo —Sonya se apresura a hablar, volviendo a esconder al niño detrás de ella.

—No me interesa ninguna explicación que quieras darme. Te doy la oportunidad de irte y hacer como si esto nunca pasó. La única condición que te pongo es que tienes que hacerlo ahora mismo.

—Pero primero escúchame, por favor. Necesito de tu ayuda.

Niego, esta vez en silencio, pero antes de seguir con esta discusión mando a Becka con Madness hacia su habitación. Al principio la rubia no parece estar muy segura de hacerlo, pero cuando siente la tensión crecer en el aire, se apresura a tomar a Madness de la mano y llevársela lejos. Espero pacientemente hasta que sus pasos ya no se escuchen y que el voyeviki que las vigila me haya indicado que es seguro hablar. Solo entonces me giro hacia ella nuevamente y hablo.

—No es posible que estés viva.

—Olvida todo eso y por favor escúchame. Estoy desesperada —miro en silencio a la mujer que hay enfrente de mí, sin mover un solo músculo. Cuando ve que no simpatizo con ella ni el montón de lágrimas que se acumulan en sus ojos, vuelve a hablar—. ¿Crees que si no estuviera desesperada hubiera venido hacia ti? Por el amor a Cristo, sé que quieres matar a Raffaele y que harías cualquier cosa por verlo muerto. A él y a sus allegados. No estaría aquí si no fuera de vida o muerte.