Rosalin sintió un apretón en el corazón al presenciar esa escena.
Esmeralda, la protagonista de la novela, la mujer que había logrado que Lion se enamorara de ella hasta la locura y luego muriera envenenado.
Ella observó a Lion, que sonreía con amabilidad mientras saludaba al príncipe heredero.
El príncipe, por su parte, tenía una apariencia encantadora, con su cabello rubio resplandeciente y sus ojos del mismo tono que los del duque, rojos como brasas ardientes. Era como un ángel con un toque de peligro.
Rosalin, luego de recuperarse de su trance, saludó al príncipe con cortesía. Sin embargo, no pudo evitar sentir una punzada de preocupación al notar la tensión en el agarre de Lion alrededor de su cintura.
Cuando el príncipe presentó a Esmeralda, una joven de belleza deslumbrante, Rosalin se encontró luchando contra una oleada de emociones encontradas. Por un lado, admiraba su elegancia y encanto, pero por otro, sentía una ligera incomodidad al verla tan cerca de Lion.
Saludos a su majestad, el príncipe heredero - dijo Rosalin al salir de sus pensamientos.
- Oh - respondió el príncipe, mirando a la mujer junto a su primo - así que esta es tu esposa - añadió con una sonrisa - hola, bella dama - saludó a Rosalin.
Ella correspondió a su sonrisa antes de echar un vistazo a Lion, quien observaba al príncipe heredero con el ceño fruncido mientras apretaba aún más su cintura. Rosalin sintió dolor y hizo una pequeña mueca antes de golpear suavemente el pecho de Lion, quien comprendió que la estaba lastimando y aflojó su agarre solo un poco.
- Por cierto, quería presentarte a mi amiga. Su nombre es Esmeralda - anunció el príncipe, presentando a su amiga al duque.
La chica se inclinó un poco antes de dirigir una sonrisa deslumbrante al duque.
- Duque, es un placer conocerlo - dijo Esmeralda.
- Lo mismo digo, joven dama - respondió el duque.
Rosalin observó la interacción con un nudo en la garganta, preguntándose cómo afectaría la presencia de Esmeralda en la vida de Lion y en la suya propia.
A su lado, Rosalin se encontraba de un humor amargo al escuchar las palabras del príncipe. Observó de reojo cómo Lion miraba a Esmeralda. ¿Acaso se había enamorado?
- Quiero irme - murmuró Rosalin en voz baja, aunque el duque alcanzó a escuchar su susurro.
- ¿Te encuentras mal? - preguntó Lion, abriendo sus ojos ante la pregunta.
Rosalin solo había expresado su deseo de marcharse porque no soportaba presenciar la escena del triángulo amoroso entre Lion, el príncipe y Esmeralda. Sin embargo, ahora que Lion lo mencionaba, se le presentaba una oportunidad para escapar de esta absurda reunión.
Asintió, tratando de aparentar malestar.
Lo que Lion vio en Rosalin fue a una chica con grandes ojos mirándolo con lástima, como un conejito desvalido acechado por su depredador y ansioso por liberarse de sus garras. Quiso sacarla inmediatamente de ese entorno y tenerla solo para él. Sin embargo, sabía que eso no sería posible.
- Está bien, ve a descansar. Le diré a Matilda que te lleve algún medicamento - dijo Lion, notando la palidez en la piel de Rosalin al oír su propuesta.
Al ver su reacción, Lion comprendió que había cometido un error.
- No haré nada - prometió, antes de despedirla.
Rosalin vaciló un poco antes de salir del gran salón. Por un momento, consideró quedarse para evitar los acontecimientos que ocurrirían en el libro, pero se contuvo. Después de todo, ella todavía no había muerto. Sin embargo, si Lion se interesaba en Esmeralda, podría divorciarse fácilmente de ella.
Miró por una rendija de la puerta hacia el salón y observó cómo Lion hablaba con Esmeralda, aparentemente felices el uno con el otro. Se preguntó dónde estaba el príncipe, y si acaso él también estaba enamorado de Esmeralda. No vio su cabello rubio entre la multitud, pero reconoció sus ojos color rojo entre la gente.
Decidió regresar a sus aposentos y quitarse el incómodo traje que su doncella le había sugerido ponerse esa noche. Se recostó en la cama, observando la luna creciente por la ventana antes de cerrar los ojos, recordando el tono rojo opaco de los ojos de Lion.
ESTÁS LEYENDO
KILIG
DragosteLisa una mujer independiente nunca espero que después de tener un "supuesto" sueño con un hombre que tocaba tiernamente sus labios iba a terminar así. Este no era ni su cuarto ni su cuerpo ¿Que rayos había ocurrido? Acompaña a esta chica a descubr...