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La merienda de hoy se trataba de unos pequeños bollos con canela que preparo el cocinero junto con una deliciosa tasa de te.

Rosalin repitió esto en su mente como si fuera una mesera, frunció los labios antes de colocar la bandeja en la pequeña mesa del invernáculo, ya que hoy el duque se le dio por salir de su estudio y realizar su trabajo en este lugar.

Sus ojos color lila miraron las mariposas que aleteaban por todo el lugar antes de fijar su vista en el duque a solo con o pasos de distancia de ella.

Respiro hondo antes de avanzar hacia el duque quien se hallaba absorto mirando las flores.

- duque - llamo.

Este se sorprendió un poco antes de girar y mirar a su esposa, fue una escena tan hermosa su cabello rubio brillaba gracias a la luz que entraba por los cristales parecían delgadas hebras de oro fino y hermoso quiso tocarlo pero se resistió a hacerlo.

- gracias - dijo el antes de ponerse en pie mientras arrancaba una rosa en el proceso.

Rosalin miro la flor en su mano que rara pensó al ver su convinacion de colores.

- es una nueva variedad ¿Te gusta?- dijo el colocandola con cuidado al lado en su oído y aprovechando para pasar sus dedos por su fino cabello.

- es muy linda gracias nunca había visto este estilo de rosa - retrocedió un poco al ver su cercanía

- si e mandado a hacer un ingerto de dos rosas pero asta ahora está es la única que a nacido desgraciadamente mueren muy rápido - dijo mirando los hermosos tonos de color oro y lila mesclados en los pétalos de la rosa que se parecían tanto a la de su portadora.

- valla es impresionante - tocó los pétalos suaves de la flor mientras sonreía.

El duque camino hacia la mesa para luego sentarse en una silla miro de reojo a su esposa quien no dejaba de tocar la flor en su cabeza, sonrió ante esto no esperaba que le gustará tanto.

- Rosi - la llamo.

Ella sin notar el apodo que había usado se giro y al darce cuánta que el ya se hayaba sentado corrió hacia este y empezó a servir el te, se sentaron juntos y disfrutaron un momento agradable sin necesidad de hablar.

Era pasifico ver el aleteo de las mariposas el sol traspasar el vidrio tocando los suaves pétalos de las rosas que brilla an aún más destacando esos vibrantes y alegres colores.

Suspiro ante esto como quisiera que esto siempre fuera así, que este momento nunca se terminará, pensaron ambos

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Rosalin chasqueo su lengua, acaso no hay criadas en esta mancion por qué tengo que estar haciendo este trabajo se dijo mientras aceleraba aún más sus pasos asta pasar el despacho de su esposo sin tocar para luego arrogar el manojo de papeles sobre la mesa del duque.

Este miro sorprendido todo esto sin atreverme a decir nada

- podría por favor duque dejar de mandar a su mayordomo a qué me mande a hacer este tipo de trabajos - dijo ella mientras miraba molesta al mayordomo

Este solo pudo sonreír débil ante está acusación

-¿Eh?- el duque se hallaba aún más confundido ante sus palabras miro de reojo a Erick quien le ronreia.

Este ... Viejo.

Este viejo es muy astuto, pensó el duque antes de asentir ante su esposa

- lo lamento le daré una lección por tratar a su señora como una simple doncella - dijo mientras miraba a Erick de medio lado

Este comprendiendo su mirada se arrodilló de golpe a los pies de rosalin quien abrió sus ojos sorprendida.

- por favor mi señora perdoname !- grito el mientras golpeaba su frente contra el suelo - este sirviente fue muy atrevido - siguió

Rosalin movió sus manos sin saber que hacer miro al duque y luego al mayordomo sin saber que hacer

- yo... Yo - no sabía que decir

- mi señora por favor perdone a este pobre mayordomo incompetente - siguió alzando su voz que se entre cortaba con cada palabra

Los labios del duque trataban de no crisparce hacia arriba al ver está escena definitivamente este mayordomo era de mucha ayuda.

- ah- exalo rosalin - está bien, está bien lo perdono - dijo ella tratando de levantarlo- pero por favor no haga esto de nuevo - miro al hombre ahora de pie.

El duque le lanzó cuchillas a su mayordomo quien no pido resistir no caer de rodillas nuevamente.

-lonsiento mi señora !!- grito golpeando su frente - este mayordomo incompetente no sirve para nada mis manos ahora tiemblan y mis piernas no dejan de doler este pobre hombre ya no resiste ni tomar una pobre hoja - se quejo exagerando las cosas

El rostro de rosalin se puso de tantos colores que ya no sabía ni que hacer miro por ayuda al duque pero este se hallaba inmerso en sus papeles, mordió su labio y tomo al mayordomo de la mano ayudándolo a parar

- está bien lo entiendo si necesita algo no dude en pedirlo - dijo con tono cariñoso

La verdad es que este hombre y su esposa la habían tratado bien desde que llegó aunque al principio su esposa fue algo molesta pero al pasar el tiempo fue mejorando su actitud.

- gracias mi señora - dijo el hombre secando las inexistentes lágrimas de sus mejillas con un pañuelo.

Rosalin sentía como el tic en su ojo empezaba a hacerce más molesto, además este hombre que era lo que se secaba ¡no tenía nada en la cara!.

Suspiro antes de mirar de reojo a su esposo que ni en un solo momento había dejado de mirar sus papeles, lo miro por unos segundos antes de salir del despacho.

El duque levantó su cabeza para luego lanzarle una bolsa a su mayordomo quien no dudo en cogerla.

- cada vez te haces mejor actuando tal vez deberías ir a una ooera y dedicarte a eso - dijo sonriendo.

El mayordomo se rió también ante esto para luego contestar

- señor pero que dice este viejo siempre le servirá a usted - el duque levantó una de sus cejas para luego mirar como los ojos de su mayordomo se iluminaban al ver el interior de la bolsa llena de joyas.

- espero que le compre algo digno a su esposa - dijo el duque para luego inundar su cabeza nuevamente en los papeles.

El mayordomo sonrió antes de correr hacia la puerta y mirar de lado a lado.

Debería agradecerle a su señora ya que gracias a ella había tenido una gran recompensa.

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