𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽𝑰

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La noche pasó tranquila, poco después del baile se juntaron con Bash y los tres volvieron al barco

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La noche pasó tranquila, poco después del baile se juntaron con Bash y los tres volvieron al barco. Gilbert observaba a Emma, quien se había tumbado en su cama mirando al techo con los ojos cerrados mientras que Bash y el se cambiaban para darles intimidad.

Hace apenas unos minutos que habían repartido el correo, el cual ahora estaba esparcido entre las sábanas de la cama que el adulto y él compartían, al menos esa noche. Una vez con la ropa cambiada dio un vistazo rápido a los envoltorios en busca de alguna carta de especial importancia, pero sin mucho éxito y dando su búsqueda por perdida se sentó con un lápiz y su libreta mientras pensaba que escribir. Había tanto que quería plasmar en aquella hoja, tanto que contarle a la chica zanahoria que no sabía ni por dónde empezar.

Pensó en mencionarle a su - ya no tan nueva- compañera, ya le había escrito sobre Bash en cartas anteriores, pero nunca sobre Emma, aunque no tenía muy claro el porqué.

Tanteo un poco con el lápiz, pensando en diferentes posibilidades, pero acababa descartando todas. ¿Cómo le introduciría a Emma? ¿Se referiría a ella como Emma o mejor como William por si alguien leía la carta? ¿Le contaba su secreto? Se le ocurrió empezar a hablar sobre su edad, y quizás luego introducir a su familia o el cómo llegó a trabajar en el barco pero ella ya lo dijo una vez "era esto o morir en la calle" No sabía ni cómo era su vida antes ni por que acabo trabajando aquí, pero fuese lo que fuese no debió de ser agradable.

– ¿A quién escribes? – preguntó Bash, llamando su atención.

– Una chica en Avonlea, Anne. – Sonrió mientras el recuerdo del día que la conoció inundaba su mente – Una vez la llamé "zanahoria" y me pegó en la cabeza con un pizarrón. – Juraría que aún podía notar el impacto de la tabla contra su mejilla.

– Seguro que hizo bien. – Dijo Bash mientras soltaba una risita, probablemente imaginando la escena.

– Es pelirroja – Continuo – Muy temperamental.

– Haría algo más que pegarte. – Eso desconcertó a Gilbert, es decir, si que había hecho algo más que pegarle, le grito y demás, aunque ¿a qué se refería exactamente? Bash tenía una mirada pícara cuando lo dijo, pero no entendía el porqué. Dejo sus preguntas a un lado y retomó la conversación.

–No se si algún día volveré a verla. – No sabía siquiera si volvería a pisar Avonlea.

– Chico – le llamó la atención Bash – ¿Cuánto tiempo piensas quedarte en el barco?

–No lo se – hizo una pausa – Quiero ir a donde me lleve el espíritu, ¿sabéis esa sensación de ser completamente libre? ¿En donde te pones a andar y no te das cuenta de donde estás hasta que realmente te paras y lo piensas? Quiero que mis pies sean los que me guíen, no mi mente, no mis pensamientos, sino mi espíritu. – Se imaginó a sí mismo libre, sin ataduras. – Eso es lo que decía mi padre siempre. ¿Y vosotros? ¿Cuánto tenéis pensado quedaros?

𝑻𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒊ó 𝒎𝒊𝒔 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 [𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑩𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆 𝒙 𝑶𝑪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora