𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰𝑰𝑰

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ADVERTENCIA: Consumo de alcohol + quizá una sorpresita inesperada al final xd (esto ultimo no es ninguna advertencia, bueno si, pero no de ese tipo)

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ADVERTENCIA: Consumo de alcohol + quizá una sorpresita inesperada al final xd (esto ultimo no es ninguna advertencia, bueno si, pero no de ese tipo)

El plan era simple, colarse en las cocinas haciéndose pasar por el personal, conseguir comida y correr como nunca. No llegarían muy lejos, por que, bueno, estaban en un barco en medio del mar. Pero, sí que podrían esconderse, que era lo que Emma quería conseguir.

Nunca había estado entre sus planes robar comida en las cocinas, pero no quería abandonar el barco sin probar la fruta fresca o los bizcochos que cocinaban en los hornos.

Siempre veía las cocinas cuando iba a hacer alguna reparación, y echaba de menos la comida que no fuese de dudosa procedencia. Así que si, iba a conseguir aunque fuera una misera tostada. Siguió caminando entre la gente con la cabeza alta y la mirada clavada en la pared del fondo, odiaba esa postura, hacía que le doliese la espalda de lo tensa que estaba, pero no le quedaba otra.

Parecía que a primera vista habían pasado desapercibidos, Emma a lo lejos divisó unas mesas con las que podrían ocultarse. Fueron directos, intentando no chocar con ningún trabajador quienes iban de un lado a otro gritando con prisas.

En otras circunstancias Emma se hubiese quedado a observar el caos, el vapor en el ambiente, el olor a limón, azúcar y sudor, o lo estresados que estaban siguiendo órdenes del cocinero jefe, perdido entre los fogones.

Por fin llegaron hasta las mesas que Emma había visto, era, relativamente, el lugar más tranquilo de toda la estancia. Había algunos platos adornando la superficie, sobre todo esponjosos bizcochos de naranja, limón y lo que Emma dedujo que sería melocotón. En medio había un bol lleno de fruta, que brillaba con el reflejo de la luz.

Ambos se miraron un instante antes de abalanzarse y coger una pieza del bol. Emma sonrió, viendo el melocotón que tenía entre las manos, Gilbert, en cambio, se decantó por una naranja.

– ¿De todas las frutas te coges una naranja? – Le preguntó escéptica, viendo como hacía girar la fruta entre sus manos.

– ¿Qué? Me gustan las naranjas, tienen buen sabor y el color es bonito.

Ya, el color era bonito.

Más bien le recordaba a alguien a quien el color le quedaba bien.

Pero Emma no lo comento, se mordió la lengua y volvió a fijarse en la mesa. Apenas a un metro de distancia había otra con el mismo mantel, solo que esta vez con tartas.

Preciosas tartas de todos los colores y texturas. Algunas olían a mantequilla, a glaseado o a limón. Pero la que más le llamó la atención fue una que yacía en la plataforma más alta, como si fuese la más importante.

Tenía tres capas, la de abajo color arena, en medio era blanca como la nieve y la última y la más fina era una capa de mermelada de frambuesa. O al menos eso supuso por el olor. La mermelada también estaba decorada con frutos rojos, haciendo parecer la tarta quince veces más llamativa.

𝑻𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒊ó 𝒎𝒊𝒔 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 [𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑩𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆 𝒙 𝑶𝑪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora