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Había quedado con Alemania y con Rusia a primera hora en el descampado que había mencionado ONU, donde se iba a montar la feria de Navidad

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Había quedado con Alemania y con Rusia a primera hora en el descampado que había mencionado ONU, donde se iba a montar la feria de Navidad. No tenía nada mejor que hacer. 

Apareció por allí el primero de los tres, para minutos después, ver aparecer a Alemania junto con Blondi, su pastora alemana. Se dio cuenta, en cuanto el alemán le abrazó con fuerza, de que no le había echado de menos en absoluto. Estuvieron hablando durante alrededor de veinte minutos, hasta que vieron aparecer al ruso a lo lejos.

Italia se quedó quieto, aunque, en cambio, Alemania corrió hacia el ruso para abrazarle a él también. El italiano apartó la vista y se miró a su alrededor. Fue entonces cuando vio a España, junto con Portugal y Noruega a lo lejos, intentando montar un puesto entre los tres, aunque en realidad, Noruega era el único que parecía estar haciendo algo.

Frunció el ceño y volvió a mirar a Rusia y a Alemania. Después sonrió para que no se dieran cuenta de lo molesto que estaba.

—¿Qué hay que hacer aquí?—Preguntó Rusia, acercándose a  él de nuevo, pues acababa de llegar y no sabía exactamente cómo ayudar a montar la feria. Alemania sonrió y señaló con el dedo índice distintas cajas desperdigadas por todo el descampado.

—Cada caja contiene material para montar un puesto. Algunos son como tiendas de campaña pero muy altas. Otros son simples puestos de mercadillo, los cuales hay que decorar con luces, decoraciones y etc. Cada persona puede elegir encargarse del que quiera. Con un poco de suerte quedarán algunos libres y nos los podremos pedir antes de que nos los quiten—explicó Alemania.

El ruso sonrió y miró al alemán. Se puso un poco serio,  como si le diera pena algo o alguien.

—Mi padre no ha venido, y el tuyo tampoco, ¿No?—Preguntó. Alemania se giró hacia él y negó con la cabeza.

—No. Mi casa es el mismísimo país de la alegría ahora mismo.—Hizo una pequeña pausa y luego sonrió.—Además, ¿Mi padre viniendo a una feria de Navidad? Ni aunque le pagues.

—¿Y el tuyo, Italia?—Preguntó Rusia, mirándole a él. Italia dio un pequeño respingo, pues se encontraba mirando al español por encima del hombro, no muy contento. Se giró hacia él de inmediato. No es que le estuviera prestando demasiada atención a la conversación.

—¿Sí?

—Que si ha venido tu padre.

—Ah, sí—respondió sin mucho interés. Volvió a girarse e hizo un gesto con la cabeza para señalar al italiano mayor, que estaba a veinte metros de ellos, al lado del puesto que Japón, China, Grecia y Colombia estaban montando.—Le está montando drama a Imperio Japonés porque ha comprado una pizza prefabricada para comer.

Italia volvió a girarse para mirarles, sin poder ocultar su malestar.

De repente y sin avisar, Alemania los agarró a los dos de la mano y comenzó a dirigirse, emocionado, hasta uno de los puestos que quedaban libres.

A chiste ❀ ~ España × Italia ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora