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Italia se relajó un poco al darse cuenta de que tan sólo se trataba de Rusia

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Italia se relajó un poco al darse cuenta de que tan sólo se trataba de Rusia. Al instante se preguntó qué hacía su mejor amigo allí, tratando de no pensar en lo que él creía que era. Rusia le arrinconó contra una de las paredes del callejón y le miró, burlón. 

—¿Para cuándo a boda?—Preguntó Rusia, mientras Italia se sonrojaba y alzaba una ceja a la vez. ¿Qué sabía Rusia? 

—¿Q-qué estás diciendo?—Preguntó, con vergüenza por lo que Rusia pudiese haber averiguado. Rusia se acercó un poco más a él, aún con su sonrisa burlona, mientras el más bajo se ponía cada vez más nervioso. Respiró hondo, seguro de que era lo que él creía que era.

—No te creas que no os vi. Os estuve siguiendo todo el tiempo y vi perfectamente cómo entrasteis a su casa.—Le picó en el hombro, mientras Italia comenzaba a sonrojarse mucho y a sentirse incómodo.—¿Qué hicisteis mientras estabas ahí solitos, eh? Dime que al menos te pusiste protec...

—Cállate—interrumpió el italiano, muerto de vergüenza y a la vez molesto.—Eres imbécil. 

Italia le apartó de un empujón y salió de allí todo lo rápido que pudo, deseando que Rusia no le siguiera. El ruso se quedó solo, todavía con su sonrisa burlona en la cara. Italia continuó caminando hasta llegar al descampado. Lo cruzó en apenas un minuto hasta llegar a su casa, sin querer ver a nadie.

(...)

—Italia: 1, Portugal: 0.—Se rio Noruega, en cuanto el italiano se hubo marchado de la casa del español. España se giró hacia él con molestia y el ceño fruncido.

—Déjame—pidió con vergüenza. Seguramente, el noruego hubiera estado escuchando toda la conversación, o Argentina se lo hubiera dicho todo después. Noruega se puso serio.

—Ahora de verdad, ¿Quién de los dos te gusta?—Preguntó el nórdico, sentándose a su lado. España le miró durante algunos segundos. Parecía decirlo en serio, y no sabía si debía confesárselo. El noruego había bromeado muchas veces sobre que le gustaba Italia y Portugal, pero, en realidad, España nunca le había dicho si eso era verdad o no.

—Eh... ¿Prometes no decírselo a nadie? —Noruega asintió de inmediato, esperando a que España se lo dijera. El español dudó un poco antes de acercarse a su oído y susurrarle el nombre.

—Ya lo sabía yo—respondió Noruega, levantándose. No se le veía demasiado emocionado o sorprendido. —¿Por qué no invitas a Portugal a casa y después cenáis los tres juntos esta noche?

—Italia y Portugal se matarán antes de que a los camareros les dé tiempo de servir la comida. —Respondió España, como si fuera algo lógico. Noruega pareció estar pensando durante algunos segundos.

—Bueno, pues entonces invítalos a los dos a casa.

(...)

España no estaba seguro de que fuese una buena idea, pero antes de que se pudiera dar cuenta, Noruega ya había mandado un mensaje tanto a Italia como a Portugal, invitándoles a su casa.

A chiste ❀ ~ España × Italia ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora