Capitulo 25 ~ Ojitos aceituna

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- ¿Estás cómoda? - Pregunta Thomas después de organizar las almohadas en mi espalda.

Decidimos regresar a casa en caso de que hubiese alguna emergencia con respecto a mi salud pero, me he sentido bien. Los niños no tuvieron mayor problema pero estoy segura que ahora se los debo.

- Si, perfecta. Gracias.

- ¿Quieres algo más? Lo que necesites.

- Estoy bien Thomas, te dije esta mañana que me siento mucho mejor.

- Igual te cuidaré. - Se sienta junto a mi.

- No es necesario, tú viajas en un par de días, tienes cosas que hacer.

- Lo único que tengo que hacer es pasar tiempo con mis hijos y cuidarte.

- Pues ve con los niños, no necesito vigilancia, soy doctora ¿lo olvidas?

- Ellos están distraídos por allí, iré luego con ellos, ¿okey?

Fija sus ojos azules en los míos y poco a poco se acerca a mi ahora clavando su mirada en mis labios.

- ¿Qué haces? - Pregunto alejándolo suavemente.

- Nada - Frunce los labios.

- No quiero que te confundas.

- Lo sé, lo siento. - Se levanta de la cama evitando mi mirada. - Iré al baño.

- Okey.

Sale de la habitación dejándome completamente sola, yo resoplo y pongo una mano en mi estómago, pues aún duele.

A pesar de lo débil que me siento, creo que es momento de que me dé una ducha. Así que como puedo me levanto de la cama, preparo lo que me pondré y justo cuando estoy a punto de entrar al baño una voz desde el pasillo hace que me detenga.

En realidad son dos.

- Ya te dije que está dormida. - Dice Thomas molesto.

- Me da igual, quiero verla. - Responde Mike mientras escucho sus pisadas acercarse hasta que ambos están frente a mi.

- Lizz... - Mike se acerca a darme un abrazo que no dudo en responder.

- Te extrañé.

- Lo sé, yo a ti. ¿Cómo estás? - Nos separamos y se dedica a reparar mi rostro.

- Gastroenteritis. Estaré bien.

- ¿Haz comido? Te ves pálida. ¿Te pongo líquidos?

- He comido y no necesito líquidos por ahora. - Le aseguro.

- La he cuidado, estará bien. - Se acerca Thomas a nosotros con el ceño fruncido. - ¿Quién te invitó? - Le pregunta a Mike.

- No seas idiota Thomas, yo lo invité. - Le respondo ahora molesta, ¿quien se cree?

- Si no lo sabes, yo también soy dueño de la casa así que tienes que avisarme, y yo digo que te ves mejor afuera.

Lo miro molesta, pues su comentario ha sido totalmente innecesario.

- Es que ahora eres su padre, ¿o qué? - Mike empieza a molestarse también.

- Thomas. En serio, madura. Y Mike, no caigas en sus juegos.

Mike se tranquiliza mientras Thomas parece aún más molesto, pues aprieta sus puños hasta que los nudillos se le vuelven blancos.

- ¿Lo defiendes a él? - Me mira el de ojos azules indignado.

Hold MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora