Capitulo 24 ~ ¿Por qué no solo... ser felices?

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Eleanor

- Hola... - Saludo desde la cama al hombre tras la pantalla del celular, con las pérdidas ganas que tengo de moverme, tan siquiera para hablar.

- ¿Cómo estas Lizz? - Mike, que al parecer se encuentra sobre el sillón de su departamento, me observa a través de la videollamada con un gesto confuso.

- Me enfermé. Me duele la panza y he vomitado tres o cuatro veces, perdí la cuenta hace un rato...

- ¿Te estás hidratando? - Pregunta en un tono de preocupación.

- Si pero si tan solo vomito una vez más tendré que ponerme una vía. - Me cubro con la cobija hasta los hombros, pues ahora tengo escalofríos.

- ¿Estas en tu departamento? Iré a cuidar de ti. - Se pone de pie y lo veo moverse por la habitación.

Lleva una camisa azul con el logo de los Beatles en ella, recuerdo que se la di hace dos años por su cumpleaños.

- Estoy lejos de Seattle, con Thomas y los niños. No te preocupes, estaré bien.

- ¿Segura? - Se detiene.

- Si, a eso no te llamaba. - Se deja caer en el sillon de nuevo - Creo que tengo gastroenteritis pero, (no preguntes como) pensé que podría estar embarazada.

- ¿Qué? Repite lo que dijiste. - Acerca tanto su rostro al celular que noto en primer plano su expresión terriblemente familiar.

- Me hice una prueba de embarazo hace unas horas Mike.- Le repito dando todo de mi para que logre escuchar lo que digo.

- ¿De mi? - Se ve confuso pero no tan aterrado como esperaba.

- Noo tonto, de mi mesita de café. - Le digo con sarcasmo - Pero, no te preocupes, salió negativa.

- Oh... - Se queda en silencio unos segundos.

No sé si es por la fiebre pero no logro comprender la expresión en su rostro, parece que le dije lo contrario.

- Alégrate, ¿sabes lo que significa? No serás papá.

- Lo sé Eleanor. ¿Se dio cuenta Thomas de eso?

- Él es el culpable de que tomara esa estupida prueba en primer lugar. Pero, no le dije nada que no deba saber.

- Está bien.- Su semblante ha cambiado.

- ¡Ellie! - Escucho a Amelia desde afuera de la habitación.

- ¡Un segundo! - Respondo en un tono de voz más alto que por un momento me aturde - Debo irme, hablamos luego. - Me despido.

- Cuídate Lizz. Te llamaré mañana y si no haz hecho nada por ti, iré a donde sea necesario para cuidarte. ¿okey?

- Si mamá... - Le digo en broma, él sonríe.

- Anda, descansa.

- Tú también.

La llamada termina y dejo caer el celular sobre el colchón. Con esfuerzo me siento sobre la cama sin quitar la manta de mis piernas y me dispongo a recibir mi visita.

Hold MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora