Capítulo 41 ~ Moriremos felices.

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~MESES ATRÁS ~

- ¡Volviste! - Corro como niña pequeña hacia él, que me saluda con gusto.

- Me encanta regresar de trabajar y verte aquí. - Me da un corto beso mientras me abraza de la cadera. - ¿Qué hiciste hoy?.

Nueva York resultó ser más encantadora de lo que pensé y me pasé la mayoría del día vagando por ahí.

- Tomé una clase de yoga con un profesor que olía exageradamente a aceite de coco. - Le hablo sin soltar su abrazo.

- Información súper útil, - Dice con sarcasmo frunciendo el ceño - pero, ¿te sirvió de algo?.

- Sip, ahora estoy en otra sintonía, tienes que verme haciendo el saludo al sol, soy toda una profesional. - Le presumo, él sonríe.

- Si es una pose sexual...

- Podría serlo. - Frunzo los hombros, él sonríe.

- ¿Quieres pastel? - Pregunta separando nuestro abrazo para buscar algo en su portafolio negro de cuero.

- ¿Pastel?, ¿tienes pastel en tu portafolio?.

- Tengo todo en mi portafolio. - Saca una cajita mediana de color celeste. - Hoy uno de los pasantes me lo obsequió como agradecimiento por un favor que le hice hace unos días. Pensaba dárselos a alguien más por allí pero, vi que eran de chocolate y sé que es tu favorito, entonces pensé: "¿Por qué no llevárselos a mi querida futura esposa?". Y así es como terminaron en mi portafolio. - Explica haciendo gestos graciosos.

Amo la complicidad que de nuevo se ha formado entre nosotros, amo sentirme yo misma cada segundo mientras estoy a su lado.

- Pues si, se me antoja, gracias cariño. - Tomo la cajita en mis manos y le doy un corto beso.

- Bien, ¿qué quieres hacer hoy? - Pregunta mientras caminamos hacia la habitación, apenas empieza a anochecer.

- Podemos ver una película, o cocinar la cena juntos, ¿qué te parece?. - Propongo sentándome sobre la cama, él en cambio va al vestidor.

- Lo qué tú quieras.

Sonrío victoriosa mientras abro la pequeña caja, encontrándome con cuatro perfectas rebanadas de pastel de chocolate, no dudo un segundo en meter una de estas a mi boca.

- Wow... - Musito con la boca llena de pastel. - Está realmente bueno.

Soy fan del chocolate desde que tengo memoria, de hecho, es el primer sabor que siempre escogeré si me dan opciones, en donde sea y como sea.

- ¿Qué cosa?, ¿mi trasero? - Pregunta desde el vestidor apenas asomando la cabeza con un gesto coqueto, yo me rio mientras meto otro bocado de pastel a mi boca.

No muy buena combinación, casi aspiré el pastel.

- Ujum... Ese también. - Respondo de nuevo con la boca llena.

Él sale segundos después con solo un short de pijama encima.

- ¿Sabes que es de mala educación hablar con la boca llena? - Se sienta en la cama junto a mi.

- No me importa. - Frunzo los hombros y después de tragar le doy otro bocado al pastel.

- Tranquila señorita, el pastel no irá a ningún sitio.

- No había comido nada esperándote y está muy bueno. ¿Quieres? - Le ofrezco una rebanada que recibe a regañadientes, él, por el contrario, no es muy fan del chocolate.

Hold MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora