Capitulo 12 ~ El último beso

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Abrazo mis piernas mientras miro a la ventana. Puedo ver el letrero de Hera desde aquí, no es muy lejos, podrías tardar entre 30 y 40 minutos en auto si tienes suerte con el tráfico. Sin tráfico llegarías en 15.

En mi pecho aún tengo la sensación de impotencia, hace una semana no veo a los niños. Thomas salió del hospital y aunque este fin de semana estaria con ellos, se fueron a la casa del lago con Simone y Gianna, me invitaron pero me negué teniendo en cuenta que estaría Thomas allí. Volverán hasta el martes.

Es domingo y estoy libre, excedí mi límite de horas en el hospital por semana y me han hecho venir a casa aunque no hay duda de que preferiría estar con mis manos y mente en un paciente.

Me pongo de pie y busco mi celular, al encontrarlo en una pequeña mesita reviso los mensajes que le envié a Mike hace unas horas, pidiéndole que venga en cuanto pueda, aún no los ve, está trabajando.

Me dejo caer en el sillón y suspiro con pesadez. Si, definitivamente estoy aburrida. No suelo tener mucho tiempo libre y cuando eso pasa, simplemente no sé qué hacer, mucho más cuando paso por una crisis emocional y solo quiero tirarme al suelo a llorar con las canciones de Adele.

La puerta suena haciendo que me sobresalte, pero me recupero rápido y me levanto del sillón después de gritar "Ya voy".

Busco dinero en mi cartera y abro la puerta esperando ver el repartidor con mi almuerzo, pero no es así. Me arrepiento de no haber revisado antes de abrir.

- Eleanor.

- Oh no..., Tú... - Lo señaló molesta - Vete a la mierda.

Decidida empujó la puerta para cerrarla pero él la detiene.

- Tenemos que hablar.

- No, no quiero escucharte, no quiero verte, no quiero saber nada de ti. - Digo dándole la espalda.

Camino de regreso al sillón, solo con la esperanza de que entienda que no lo quiero cerca y se vaya.

- No me iré hasta que hablemos.

- Entonces quédate ahí, pero detrás de la puerta.

Me lanzo de nuevo boca arriba en el sillón y cubro mi rostro con las palmas de mis manos agotada. Poco después escucho la puerta cerrarse y siento un alivio.  Por primera vez me haya hecho caso.

- Soy un hijo de puta, lo sé.

No me hizo caso, solo entró.

- Si no te vas llamaré a la policía, les diré que entraste sin permiso.

¿Es tan difícil para él respetar mi espacio? Quiero que se vaya, no quiero verlo.

- Eleanor, escúchame...

Camina hasta que entra a mi campo de visión, viste un conjunto deportivo, con una gorra en su cabeza, algo que nunca le vi usar, además, lleva una carpeta en su mano.

Me pongo de pie agotada.

- ¿No crees qué ya me hiciste suficiente daño? Solo déjame en paz, por favor. Tú dices que no te merezco. Mierda, yo lo sé, créeme, cada día me creo más esas palabras. Por eso quiero mantenerte lejos, respeta eso.

- Cállate. ¡Escúchame! -:Se ve irritado y su reacción me molesta un más.

Me cruzo de brazos y decido quedarme en silencio, solo esperando a que diga algo que me hará llorar en la oscuridad mientras abrazo mi almohada, porque siempre es así.

- Perdón...

Me trago las palabras.

Clava sus ojos azules en los míos conmoviéndome. ¿Cómo es posible?

Hold MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora