Hold Me

Capitulo 11 ~ Más de mil razones

Me bajo del auto y camino hacia la entrada del jardín de niños.

Intenté evitarlos, desde ayer que discutí con Thomas. Me excusé con Simone y Gianna de no poder ir a cenar porque debía hacer una cirugía de urgencia, algo qué no es cierto. Solo quería darme un espacio, para mi misma, para pensar, entender y aceptar. Pero, no duró mucho hasta que Simone me recordara que me había comprometido en ir por Katie al jardín de niños hoy, y aunque quise negarme, fue imposible, Katie me espera y no le fallaré.

- Eleanor, ya he llamado a Katie - Me recibe la mujer cuando me acerco a la puerta, yo muestro mi mejor sonrisa.

- ¿Cómo le fue hoy? - Sigo el ritmo de nuestra conversación, lo que siempre me dice y lo que siempre le pregunto cuando vengo por Katie.

- Muy bien, hemos hablado de las profesiones y ha mencionado que sus tías son chefs, su padre hace carros y su madre es doctora... ¿Su madre era doctora?

Esa sonrisa falsa que traía ahora se desvanece.

- No la conocí, así que no lo sé. - Le respondo cortante, ella asiente insatisfecha con mi respuesta.

Le mentí, si lo sé, Thomas hablaba de Anna, pero no le contaré nada que no necesite saber.

Katie como siempre corre hacia mi con una sonrisa en el rostro, haciendo que esta vez una sonrisa sincera se forme en el mío.

- Hola mi vida.

La alzó en mis brazos como es costumbre y mientras me abraza como siempre lo hace, me tomo un momento para disfrutarlo. Disfrutar sus delgados bracitos rodear mi cuello con dulzura, el aroma de su cabello, siempre huele a manzanilla por su shampoo, además el contacto de su mejilla en el costado de mi cuello, y su risa de fondo, feliz por verme. Con el paso del tiempo aprendí a llevar su peso en mis brazos sin que sea mayor esfuerzo, Katie es delgada además, a pesar de que come con normalidad, es algo de genética, así que si, puedo alzarla en cuanto sea necesario, nunca se lo negaré si lo pide y yo pueda hacerlo.

- Hoy salimos a jugar en la arena.

Se separa y me mira con una sonrisa

- ¿E hiciste castillos?

- No, hice un dinosaurio de arena.

- O vaya, eso es mucho mejor .

Camino con ella hacia el auto, me pierdo en sus palabras, en la forma enredada en la que me cuenta su día. Usualmente valoro los momentos que comparto con ellos pero no hay que negar que se vuelven costumbre y suelo dejar pasar los detalles, las cosas que no pienso a diario, los hábitos, esas cosas en las que no puedo dejar de pensar ahora.

Sé que después de Thomas (y pocas veces los niños), puedo entender al 100% lo que Kay quiere decirme, puedo entender esas palabras que aún no pronuncia bien, esas que todavía no conjuga a la perfección o las que inventa de repente. Sé que cuando esta feliz en el auto mueve sus pies en un vaivén, turnándose, mientras habla o solo mira por la ventana. Sé que suele contar las personas que ve por la calle, qué su color favorito es el azul, que odia los pantalones ajustados, nunca lleva su cabello peinado porque también lo odia, aunque a veces debe ir peinada a las presentaciones escolares y bueno, hace  un poco de drama pero termina dejándose. Sé que no le gusta estar con desconocidos, Thomas y yo nos turnábamos para estar con ella cuando recién entro al jardín de niños, y también recuerdo ese día cuando la llevé al jardín y después de despedirnos, soltó mi mano y camino por si sola adentro del lugar, sin llorar, sin un puchero en su rostro, sin mirar a atrás, eso me conmovió.

Vi crecer a Katie, la conozco desde que era muy pequeña, ¿cómo no podría sentirme así? ¿Cómo no podría estar triste por perderla?.  Yo la alimenté, la cuide, le enseñe a sentarse, a comer, a usar sus piernas, calme sus llantos, la hice reír, la lleve a su primer corte de cabello cuando tenía dos años, sostuve su mano miles de veces mientras caminábamos juntas, también la lleve en mis brazos, he dormido tantas veces con ella sobre mi pecho que la extraño cuando no está ahí, le enseñé a enfrentar sus problemas, aún lo hago, también he limpiado sus heridas, me siento orgullosa muy seguido y quiero llorar a veces cuando de repente me doy cuenta que cada vez me necesita menos. Eso en pocas palabras es Katie para mi, y yo soy alguien, no legalmente pero ella es mi hija, y no tuve que decirlo, ni siquiera insinuarlo para que con 4 años dedujera que soy su madre,  ella solo lo sintió, lo sintió tan fuerte como yo.