Capitulo 39 ~ A un segundo

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~ SEMANAS ATRÁS ~

- Tiene que aparecer amor, no podemos regresar a casa sin él. - Camino alrededor de unos arbustos con la esperanza de que nuestra mascota siga allí. - Los niños no se tienen ni siquiera que enterar.

Thomas busca por el otro lado, al parecer sin éxito.

Justo después de que los niños se fueran al colegio, Thomas y yo decidimos salir a correr por el vecindario, algo que nunca hacemos pero decidimos empezar, como un buen hábito. Hoy era nuestra primera vez y se supone que Baloo iba con su collar junto a nosotros pero de la nada salió corriendo. Nos tomó desprevenidos y solo empezó a correr soltándose del collar.

Lo peor, salimos sin guardaespaldas y ahí íbamos Thomas y yo, como locos corriendo por todo el vecindario tras el perro, todo controlado hasta que giró hacia el parque y desapareció.

Desapareció de la nada, se esfumó.

- No puede ser, los niños. - Dice a mis espaldas preocupado. - Nos van a odiar, se van a ir de la casa.

Me acerco a él y pongo mis manos en sus hombros en señal de apoyo.

Ambos estamos realmente sudorosos y con las mejillas rojas, como si hubiésemos corrido un maratón. Aunque esto se le acerca mucho.

- Tienes toda la razón, pero, es mi deber decirte que no te preocupes.

Sonríe

- Eres de gran ayuda sin duda. - Deposita un corto beso en mis labios. - ¿Qué vamos a hacer?

- ¿Adoptar otro perro como Baloo? - Sugiero como una medida desesperada.

- O podemos decirles que murió de viejito.

- Baloo tiene como 4 años amor, eso es como la mitad de su esperanza de vida, la mitad de la mitad.

- En años perro son como 30 años. - Frunce los hombros como si eso le diera sentido a todo.

Voy a responderle pero soy interrumpida abruptamente por una fuerte y extraña sensación que recorre mi cuerpo casi haciéndome caer.

Es como si me quisiese empezar un ataque de ansiedad, no puedo permitirme sufrir otro de nuevo.

Thomas me sostiene en lo que se me pasa, aunque no lo hace del todo.

- ¿Estas bien cariño?, ¿quieres sentarte?.

- Creo que ya fue suficiente ejercicio por hoy, además, tan solo desayune una manzana. - Intento desviar la preocupación de un ataque de ansiedad a un bajón de azúcar.

Me ayuda a llegar hasta una banca, al sentarnos dejo caer mi cabeza hacia atrás tratando de evitar a toda costa que se vuelva peor.

¿Por qué?

No lo entiendo, me siento bien. A excepción del perro, todo bien.

- Y justo te dije que comieras algo más. Esto me pasaba seguido si salía a hacer ejercicios sin desayunar. - Me riñe con cariño.

Me casaría de nuevo, un millón de veces más con él.

- Tienes razón, lo siento... - Tomo su mano, me siento mejor.

Hold MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora