"Capítulo Dos: El nuevo interno"

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Estacioné mi carro como pude mientras miraba como de reojo como mi celular no paraba de vibrar. Tenía como treinta llamadas perdidas del penal, y es que había dormido de pena y en la mañana era imposible  levantarme de la cama.

 Dejé que el celular sonara y corrí con avidez hasta la oficina de Antín donde me esperaba Capese y donde posiblemente me esperara una gran bronca también.

- El pibe se fue al pabellón de los Borges, seguime - me dijo nada más llegar, a lo que sin rechistar fui tras el.

-Che Emmi, se te pegaron las sabanas- dijo Diosito una vez que llegué junto a ellos, ambos se encontraban en la parte exterior de la puerta del pabellón, por lo que tuve que quedarme con las ganas de conocer al resto de la banda que finalizó con el reinado de Sapo.

-Buen día Diosito- le dije y miré al nuevo con esperanzas de que se presentara.

-El es moco- dijo presentando al chico- el wachín es de pocas palabras ¿sabés?

-¿ Y tu nombre verdadero entonces es?- volví a preguntarle al chico a lo que Diosito me miró indignado.

-Ya te dije como se llama.

-Cristian- dijo el chico tímidamente.

-Dale, vamo' - dijo Diosito.

Caminábamos por el penal tranquilamente hasta que Cristian soltó una pregunta que incomodó totalmente a Diosito.

-¿ Qué hiciste para terminar acá?

-No se pregunta eso, son códigos-dijo con cierto enfado.- Me la jugué por mi hermano, eso hice - comentó más tranquilo- ¿ Vo'?

-No se pregunta eso- contestó el chico repitiendo las anteriores palabras de Diosito, gesto que me hizo reír y que dejó algo descolocado al rubio teñido.

-Sos rápido, Moco, ¿eh?- bromeó dándole un zape en la nuca .

- Maté a mis amigos- contestó repentinamente Cristian, hecho que hizo que tanto Diosito como yo lo miráramos impresionados.- pero fue un accidente.

Diosito simplemente me miró y para cambiar de conversación me preguntó a mi lo mismo.

- ¿ Y vos porque volviste acá?

-¿ Te olvidaste lo del código?- bromeé- era joda, dejé muchas cuentas pendientes en San Onofre, cuentas que tengo que solucionar.

Tras mi respuesta, nos sumimos en un cómodo silencio hasta que llegamos al nuevo pabellón que le habilitaron a las chicas trans. Tenía muchas ganas de visitarlas, ningún interno conocido sabía que había vuelto, y las chicas no era la excepción, por lo que moría por verlas y sobre todo por ver su reacción ante mi llegada.

- Buen día chicas ¿Cómo andan?- saludó Diosito.- les traigo una sorpresa.- dijo dándole paso a Cristian, aunque este no era la verdadera sorpresa.

Cristian entró algo apenado, mientras que yo me quedé en la puerta esperando la señal de Diosito para sorprenderlas.

-Mmm, ¿Quién es el bomboncito?-dijo una de las chicas.

-Que lindo.-comentó otra.

-Un amigazo, el moco- contestó Diosito e hizo una señal disimulada para que yo entrara al pabellón con sigilo.

-Ya veo lo que les importa su amiga que le dan más importancia a unos giles que a mi presencia- cuando solté eso, todas las miradas se dirigieron hacía mi y las chicas comenzaron a gritar como locas mientras besaban mis mejillas y me abrazaban con ternura.

Licenciada Ballesteros - El MarginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora