"Capítulo Uno: Camino a San Onofre"

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Estacioné mi viejo carro frente aquel enorme edificio y lo miré durante varios minutos.

No podía creer aún que estaba de vuelta.

-San Onofre - musité en voz baja- allá vamos.- exhalé antes de bajar de aquel viejo trasto colorado y me puse rumbo a la entrada principal de aquel penal que ya conocía como la palma de mi mano.

Al llegar me puse en una fila donde se encontraban los familiares que esperaban entrar para ver a los presos, ahí se encontraba Capese y otro guardia que no conocía de nada.

-Mira vos, llegó la gripe española a San Onofre- dijo nada más verme con una sonrisa de oreja a oreja- cada día más linda piba, sos como el buen vino.

- Veo que seguís igual de pajero que siempre- le contesté - dejate de joder y llevame con Antín. 

- No te puede recibir, tiene una junta- dijo- luego hablará con vos, acompañame.- lo seguí por aquellos oscuros pasillos de desgastadas y sucias paredes.

Capese terminó su caminata cuando se puso frente a la puerta de la que era mi antigua oficina, aunque eso sería por poco tiempo. Golpeó la puerta varias veces hasta que se escuchó a una voz femenina darnos paso.

-Licenciada- dijo Capese una vez dentro- le presento a la licenciada que a partir de ahora laburará con usted.

Entré en aquella oficina que me traía miles de recuerdos, no quería estar aquí ,pero me quedaron cuentas pendientes y mi objetivo ahora era diferente. Frente a mí se encontraba una mujer que me podría sacar unos diez años, era muy bella pero se veía muy desgastada por lo que podía parecer mucho mayor; frente a ella se encontraba un preso cuya cara me sonaba bastante ya que su rostro era el rostro estrella en los diarios, el rostro de aquel famoso feminicida.

-Encantada- dijo la chica mostrándome una leve sonrisa- Emma Molinari-dijo para acercarse a mi y saludarme con dos besos en las mejillas.

-Igualmente, Emilia Ballesteros- le devolví la sonrisa.

- Vos escoria, finalizó el cotorreo, seguime- dijo Capese sacando violentamente a aquel hombre de allí. 

-Sigue igual de bruto que siempre- dije mirando mal a Capese.

- ¿ Lo conocés ?- me preguntó curiosa.

-Bueno digamos que yo ya trabaje en San Onofre, pero tuve que volver a mi país  para despedir a mi abuelo quien murió el año pasado, luego volví unos días a Argentina de vacaciones para después volver a España y bueno volví de nuevo- reí interiormente por lo repetitiva que había sido mi historia.

-¿ Sos Española?

-Bueno nací en Argentina pero con un año me mudé con mi abuela, quien era mi única familia, a España. - le expliqué - En cuanto me gradué, realicé un intercambio a Argentina y estuve trabajando en San Onofre, y bueno, lo demás ya te conté.- dije dando por finalizada nuestra charla, aún no la conocía del todo, y a pesar de parecer una buena persona no tenía la confianza suficiente para contarle porque me fui y mucho menos porque volví.

Estuvimos organizando quien se iba a encargar de cada preso y de sus familiares, yo le pedí a Emma encargarme de los presos que se encontraban en los pabellones, mientras ella se encargaría de los que se encontraban en el patio. Estuvimos charlando tranquilamente hasta que Emma me contó algo que me impacto totalmente.

-¿ Como que hubo un motín y que Rita murió ?- pregunté sorprendida- creía que se había jubilado... ¿Quién más murió?- pregunté preocupada.

- Sapo Q...- No dejé que terminara de hablar cuando la corté.

Licenciada Ballesteros - El MarginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora