"Capítulo Dos, Cuarta Parte: Varias declaraciones de amor"

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Miraba con orgullo a Miguel mientras conversaba con aquel reportero. Me encontraba algo nerviosa por la noticia que le tenía que dar al susodicho. Sin embargo, no podía evitar emocionarme ante lo que estaba consiguiendo el preso que se encontraba frente a mí, y no pude evitar recordar a mi amiga Emma.

Me hubiera encantado que ella pudiera ver que su chico estaba publicando sus vivencias en prisión y que gracias ello estaba saliendo adelante y la idea de quitarse la vida había desaparecido de su cabeza. Aunque me atemorizaba que se volviera a estancar ante la noticia de que iba a perder la potestad de su hijo.

Lo había pasado muy mal cuando me enteré de que Miguel se había tratado de quitar la vida varias veces desde que lo capturaron, pero con ayuda de los chicos de la sub 21, Brian y algún que otro profesional que pude traer a la prisión para que conversara con él, pudimos esperanzar a Miguel, el cual estaba apunto de convertirse en un gran escritor con un gran bet seller entre sus brazos.

- Vos deberías de escribir también tus vivencias- dijo de repente Miguel llamando mi atención, al parecer me había quedado demasiado tiempo envuelta en mis pensamientos, puesto que ya no estaba aquel reportero en la celda y parecía que Miguel llevaba un tiempo observándome mientras yo miraba a la nada.- entre lo vivido en San Onofre y lo vivido acá... tenés más páginas que escribir que yo.

- No creo que eso sea lo mío- confesé- además entre ser la marioneta de Antín y lo que me espera en casa... no tengo tiempo de nada.

-¿Que te obligó ahora a hacer el pelotudo ese?- me preguntó.

-Por ahora nada, pero no lo aguanto más al viejo verde ese.

-¿ Y cómo está mi hijo?- preguntó haciendo que me atragantara un poco.

Llegó la hora...

-Verás de el venía a hablarte...

-¿Pasó algo? ¿Está bien?- preguntó nervioso.

-No te preocupes, el está bien pero hay algo que te tengo que contar y no es una buena noticia- declaré- Me mandaron una carta del juzgado de familia, no me dejan más a Lucas.

-¿Qué, pero porqué?- preguntó y le gesticulé que no sabía el porqué- no tienen motivo alguno... sos directora de una prisión , tenés buena economía, más menores a cargo... ¿ Que problema tienen?- golpeó la pared enfadado.

-No sé Miguel, pero tenemos dos opciones, o buscás a alguien que se haga cargo de él o tenemos que salir a hablar con el juzgado de familia...

- Puedo hablar con la hermana de Emma...

-¿La ves como una opción?- pregunté- Te recuerdo que ni si quiera se preocupó por Mica, ella está también bajo mi custodia...

-Lo intentaré, antes que recurrir al juzgado... ni caso me van a hacer...

-Yo no te puedo ayudar en eso, no tengo mano con ellos. Sin embargo, Antín si que la tiene... quizás le puedas escribir una carta de recomendación y que él se la dé...

-Es una opción, hablaré con la hermana de Emma y si no recurriré a él como última opción- me expresó con tristeza- aunque seguro que busca algo a cambio...

-De eso me encargo yo- dije con seguridad- un chantaje más, o un chantaje menos...

- De verdad Emilia, no se que hacer para agradecer todo lo que estás haciendo por mi familia y por mí, te prometo que en cuanto reciba la guita del libro te paso todo a vos...

-No tenés porqué- dije con sinceridad- con que no te metas en problemas a mí me vale.- dije por último antes de despedirme y salir de allá rumbo al comedor donde se reclamaba mi presencia.

Licenciada Ballesteros - El MarginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora