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-Espero hagan bien su trabajo.

-Siempre lo hacemos.- respondió Taehyung. Su semblante era serio detrás de aquella máscara.

-Confío en ello, he escuchado buenas cosas de ustedes por parte de mis otros colegas.- dijo con una sonrisa de lado. Baek Shingae era uno de los narcotraficantes más buscados por el FBI, y de alguna manera siempre lograba evitarlos. Y ahora los había llamado a ellos debido a que uno de sus "mano derecha" le había robado parte de la mercancía que iban a transportar hacia China-. Está en el sótano, es todo suyo.

Tanto Byeon como Taehyung asistieron e hicieron una leve reverencia. Taehyung llevaba un maletín negro donde tenía varias herramientas que iba a utilizar con su nueva víctima. Byeon abrió la puerta viendo a un hombre de aproximadamente cuarenta años atado a una silla. Su rostro estaba magullado y tenía algunas marcas en su cuerpo.

-P-por favor no me hagan nada.- pidió el hombre entre hipidos-. Tengo una esposa y una hija...no puedo dejarlas.

-Debiste pensar en eso antes de cagarla.- Kim le restó importancia. Dejó el maletín sobre una pequeña mesa de metal que había allí y lo abrió viendo varias de sus herramientas-. Mmmm a ver, qué usaré contigo...

-¡H-hijos de puta! ¡Sueltenme!

-Demasiado blah blah blah, abuelo.- se quejó Byeon, quien se veía más intimidante gracias a la ropa negra y aquella máscara.

Taehyung sacó un cuchillo y caminó hasta el hombre hasta colocarse de cuclillas frente a él.

-Este es un cuchillo japonés, uno de los más filosos. Estás letras que ves aquí.- señaló una parte superior del objeto-. Dice "poder" en japonés ¡y mira que coincidencia! Yo tengo el jodido poder ahora.

Tae primero le hizo un corte en la mejilla, bastante profundo, provocando que el mayor gritara a todo pulmón.

-¡PUTO LOCO!

Y sin ningún remordimiento enterró el cuchillo en el pecho de aquel hombre y lo bajó hasta su estómago, dejando todo el camino recorrido completamente abierto de par en par. La sangre le llenó la máscara y parte de ella se colo hasta su cara, manos y camisa.

Y supo que sería un problema.

Tae miró sus manos por inercia y todos los recuerdos lo golpearon con fuerza. La sangre, la escena, él sucio de aquel líquido rojo.

-¿Taehyung?

La voz de Byeon se escuchó lejos. Todo parecía haber desaparecido, en ese momento solo eran la sangre, Taehyung y los recuerdos. Su compañero lo tomó por los hombros y como pudo lo puso de pie hasta dejarlo lejos del cadáver. Byeon se encargó de limpiar el cuchillo, guardar las herramientas y sacar a Taehyung de aquella casa, no sin antes decirle a Baek que el trabajo estaba hecho y que ya podían sacar el cadáver.

Lo subió al auto con un poco de esfuerzo y le quitó la máscara, pero finalmente lo logró. Los ojos de Kim estaban fijos en algún lugar que ni él mismo sabía, los recuerdos llegaban como flashes en cámara lenta a su cabeza. Era agobiante.

La sangre.

El cuerpo.

Su rostro sin expresión.

Sus manos llenas de ese líquido rojo.

Él desesperado.

Fue consciente de que habían llegado a casa porque el auto se detuvo.

Sus movimientos eran letargicos y su respiración irregular. Byeon lo ayudó a abrir la puerta y tan rápido como estuvo dentro corrió hacia su habitación.

ESTOCOLMO | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora